La consigna, por no llamarla orden directamente, y dada desde el máximo nivel político, según apuntan a Escudo Digital está clara: vamos a intentar que se deje de hablar del Caso Mediador, más conocido como Tito Berni, y que afecta al Partido Socialista Obrero Español, a golpe de martillo, o lo que es lo mismo, poniendo en marcha operaciones por todo el territorio nacional que ocupen el mayor espacio posible en los medios de comunicación y que mantengan distraída la atención de la opinión pública. A quien o quienes les caigan los golpes es lo de menos.
Estas operaciones van desde auditorias de obras en cuarteles de la Benemérita, “ya solamente falta que miren si han cambiado el sifón del baño y el desagüe del grifo”, nos apuntan miembros de la Guardia Civil, hasta intentar demostrar que ha habido corrupción en la operación que ha terminado con la detención del comisario de la Policía Nacional en Fuengirola, José María Tocornal, acusado de la omisión del deber de perseguir delitos, además de coacciones, violación de secretos con grave daño para la causa pública, descubrimiento y revelación de secretos, por más que la breve nota en la que la Policía hizo público esta detención no aclare ni qué información habría facilitado presuntamente el comisario ni a quién, ni qué operaciones han sido frustradas. Eso sí, algunos medios de comunicación tenían información adicional para un serial.
Y precisamente esta última operación es la que ya ha hecho saltar todas las alarmas por lo que se ya se ha denominado como “la mayor chapuza” que se recuerda del departamento de asuntos internos del CNP. Hasta el punto de que, tras el arresto del reconocido comisario, tuvieron que ponerle en libertad esa misma noche tras un intenso interrogatorio de más de tres horas, sin tan siquiera ponerle a disposición judicial.
Todo estaba preparado como si se tratara de un exitoso guión cinematográfico: importante empresario de hostelería extranjero de la zona, Salomon Kadosh, pide ayuda a uno de los comisarios más carismáticos del Cuerpo tras haberse visto involucrado en una pelea. Esta conversación queda recogida en las escuchas telefónicas realizadas al empresario, y que habían sido solicitadas a la autoridad judicial por un procedimiento que se inició hace un año y medio en el Juzgado de Instrucción número 3 de Málaga, y sirve de prueba ahora para acusar a Tocornal de revelación de secretos, fraude fiscal y hasta de comercio de alta joyería con diamantes artificiales. Lo dicho, buena serie para cualquier plataforma de pago que se precie.
El problema, como indican numerosas fuentes del propio CNP, es que han dado en hueso y se han pasado de frenada en este caso los responsables de dar luz verde a esta operación. José María Tocornal, con más de 40 años a sus espaldas de servicio, es uno de los comisarios más reputados y admirados del Cuerpo. Con tres cruces al mérito policial con distintivo blanco y más de un centenar de felicitaciones públicas, todos sus compañeros, no solamente los de su promoción, se han lanzado al unísono a darle su apoyo, a proclamar su inocencia y ponen la mano en el fuego por el veterano agente público que estaba a punto de jubilarse, además de poner en duda una operación que no dudan en tachar de “enorme chapuza y cortina de humo mediática” puesta en marcha por parte del Gobierno mediante su ministro del Interior, el exjuez Grande-Marlaska.
Lo mismo ha ocurrido con todo el consistorio del ayuntamiento de Fuengirola y la ciudadanía del municipio andaluz, que no han dudado ni en un segundo en mostrar todo su apoyo al comisario ahora cesado y expedientado que llevaba como responsable de la demarcación desde enero de 2018.
Y, aunque según indican las mismas fuentes a Escudo Digital, “el daño ya está hecho y se han cargado de la noche a la mañana la vida de uno de nuestros mejores servidores públicos”, la operación de asuntos internos de la Policía “no tendrá mayor recorrido y se demostrará su clara intencionalidad”, que no es otra que sirva de vacuna -aunque se tenga que administrar a martillazos- frente al Caso Mediador, donde curiosamente los supuestos responsables de la trama, el exdiputado del PSOE Juan Bernardo Fuentes, alias el Tito Berni, y su sobrino Taishet Fuentes, siguen en libertad, mientras en prisión solo hay una persona, el general de la Guardia Civil, Francisco Espinosa Navas.