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Desarticulada una organización que amaña partidos de fútbol en ámbito RFEF y de la Liga de Gibraltar

La organización estaba compuesta por dos hombres vinculados al mundo del fútbol profesional, futbolistas que aprovechaban su profesión para facilitar información privilegiada, conseguidores que aportaban identidades para operar en el juego online y mulas.

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https://youtu.be/VVoDtW0d1mQ

La Policía Nacional, en una operación conjunta con Interporl y Europol, ha realizado 21 detenciones -e investiga a seis personas- en las provincias de Cádiz, Badajoz, Sevilla y Almería como resultado de una operación dedicada al amaño de partidos de fútbol en el ámbito de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y la Liga Nacional de Gibraltar. Se  les acusa, presuntamente, de haber estafado más de 500.000 euros y se les imputa presuntos delitos de pertenencia a organización criminal, corrupción entre particulares en el ámbito deportivo y estafa a los operadores de juego.

La organización estaba compuesta, como afirma la Policía en un comunicado, por "dos hombres vinculados al mundo del fútbol profesional, futbolistas que aprovechaban su profesión para facilitar información privilegiada, conseguidores que aportaban identidades para operar en el juego online y mulas que acudían a salones de juego para realizar las apuestas deportivas prefijadas y cobrar los premios obtenidos".

En esta operación ya se han realizado tres registros en los que han  sido intervenidos 60.000 euros en efectivo, dos vehículos, terminales móviles y material informático.

La organización criminal fue detectada debido al comportamiento irregular en el mercado de apuestas en un partido de fútbol de Tercera División en el mes de mayo del 2021 aunque, posteriormente, los investigadores han constatado que su existencia es anterior a esa fecha.

Debido a la estrecha colaboración que mantiene la Policía Nacional con la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), la Dirección General de Ordenación del Juego (DGPJ) y la Liga Nacional de Fútbol Profesional, se dio traslado de las alertas que se habían producido en el mercado de apuestas al Centro Nacional Policial para la Integridad en el Deporte y las Apuestas (CENPIDA) de la UDEV Central, órgano policial especializado en la investigación de la corrupción en el deporte. Iniciadas las gestiones policiales los agentes determinaron la existencia de una organización dedicada principalmente al amaño de partidos de fútbol en el ámbito de la RFEF y de la Liga Nacional de Gibraltar.

La organización investigada estaba liderada por dos hombres vinculados al mundo del fútbol profesional que utilizaban canales restringidos para comunicarse con el resto de integrantes, deportistas y personas de máxima confianza. De esta manera se aprovechaban de los vínculos personales que mantenían con los jugadores e integrantes de los equipos de fútbol, generando un mayor control sobre los partidos de Tercera División de la RFEF.

Las cuatro fases del modus operandi de la organización

En un primer momento, como señala la Policía Nacional, los deportistas facilitaban información interna de los equipos, lo que ofrecía una ventaja a los miembros de la organización en cuanto a alineaciones de última hora, descartes, sistemas de juego y otros aspectos que no son conocidos públicamente. Posteriormente, los líderes de la red creaban grupos de comunicación encriptados con los propios futbolistas para gestar los amaños deportivos y de esta manera obtener grandes beneficios.

En una tercera etapa, los líderes realizaban apuestas, tanto en las propias casas de apuestas como de manera online (este último modo era el predominante ya que dificultaba la investigación policial en cuanto al seguimiento de la interrelación entre los miembros del entramado criminal, así como de los circuitos de movimiento de dinero creados para canalizarlo: pasarelas de pago, cuentas bancarias…). Un factor determinante, utilizado por los miembros de la organización para evitar el seguimiento policial en la realización de las apuestas presenciales, consistía en ejecutarlas por importes fraccionados para evitar que el cobro del premio posterior generase la emisión de un certificado de premios para la Hacienda Pública por parte del salón de juego. La última fase era la de reparto de beneficios entre los deportistas implicados y el resto de miembros de la organización, tarea realizada por los líderes de la misma.

La organización utilizaba importantes medidas de seguridad, tales como comunicaciones encriptadas para dificultar la identificación de los futbolistas y resto de integrantes del entramado criminal en la red.