El narcotráfico, un modelo de negocio que se adapta a los tiempos

Las organizaciones criminales manejan el tráfico de drogas como si fueran grandes empresas. Los métodos y las rutas son analizados con todas sus variables.

Antonio M. Figueras

Periodista y escritor.

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Pastillas de éxtasis incautadas durante una operación de la Policía Nacional.
Pastillas de éxtasis incautadas durante una operación de la Policía Nacional.

El informe de 2023 publicado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) señala un cambio en las rutas del narcotráfico gracias a la aparición de África en los nuevos movimientos de este mapa. Se diversifican las opciones, principalmente por el aumento de la importancia de los puertos del Mar del Norte y el desplazamiento de las organizaciones criminales hacia la costa levantina española. Algeciras se mantiene como puerto clave en el tráfico planetario de hachís y cocaína.

Las grandes organizaciones criminales actúan con una estructura muy jerarquizada, con una tecnología de última generación y con un sistema de negocio inspirado en las compañías del capitalismo más clásico. Hubo un momento en que el narcotráfico pasó de ser una actividad delictiva sin organización a un negocio con configuración empresarial. El cerebro de esta revolución es Carlos Lehder, socio de Pablo Escobar en el Cártel de Medellín. A Lehder, que ahora reside en Alemania, se considera uno de los principales responsables de la afluencia masiva de cocaína en Estados Unidos a finales de la década de los 70 y principios de la de los 80. El fiscal de su caso le llegó a apodar “el Henry Ford de la cocaína”, porque Lehder impulsó, aplicando el capitalismo de los negocios, el transporte de grandes cargamentos desde Cayo Norman, la isla de su propiedad en las Bahamas.

Dimas Ortiz Sánchez acaba de publicar "La balada de Carlos Lehder. Negocios y aventuras de un narcotraficante de cocaína" (Zanders Libros, 2023). Es una obra fronteriza, entre la crónica más documentada y la narrativa, que permite conocer la peripecia vital de Lehder. De narcotraficante de tres al cuarto dio el salto a magnate de éxito. Aunque su inteligencia natural se vio frenada por la vanidad y las ambiciones políticas. Alternaba golpes maestros con errores de párvulo.

Un personaje dispar

Su pragmatismo empresarial, sin embargo, chocaba con un idealismo muy particular. No tenía inconveniente moral de profesar admiración al mismo tiempo por personajes tan contrapuestos como Adolf Hitler, John Lennon o el Che Guevara. Pero su principal aportación es la modernización del modelo de negocio, explica Ortiz a Escudo Digital: “Carlos Lehder cambia el tradicional sistema de mulas, gente que viajaba en avión con cocaína camuflada en cantidades muy pequeñas, por un sistema de transporte en cadena capaz de movilizar 400 o 500 kilos en una sola operación”.

El tráfico de drogas en España (principalmente hachís, pero también cocaína) se ha convertido en un todo un negocio, una industria que tiene empleos especializados. Lehder empezó con la simbiosis del narcotráfico y el capitalismo. Los que han venido después han seguido su estela. Y el negocio crece. Y las operaciones antidroga también. Aunque advierten distintos portavoces de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que no conviene alegrarse demasiado cuando se produce una mayor aprehensión de alijos. Porque significa que cuanta más droga intervienes más droga ha entrado en el mercado del consumo.

Algunos reporteros que cubren las contiendas bélicas lo hacen “empotrados” entre las tropas que participan en la guerra. Esta metodología cobró fuerza durante la II Guerra del Golfo, en 2003. Salvando el tiempo y la distancia es lo que hizo el periodista Andros Lozano en 2017, que fue pasajero de una lancha con destino a Marruecos. A su vuelta, la embarcación retornó con dos toneladas y media de hachís. Lozano había conseguido que el narcotraficante apodado 'El Chato' le permitiera ver desde cerca cómo se produjo la operación. Esta es la experiencia que narra en "Costo" (Libros del K.O., 2023), donde se perfilan las claves del punto fuerte de entrada de droga en Europa: el Estrecho de Gibraltar.

Narcotráfico y poder

El circuito del Estrecho está experimentando un cambio porque los narcotraficantes utilizan lo último en tecnología para controlar las entregas, como el uso de drones o submarinos teledirigidos. Pero también existe un terreno abonado, aparte de las sucesivas crisis económicas. “Está claro que en los últimos años ha habido un boom. Y quizá no sería descabellado sospechar cierta permisividad. Por un lado el tráfico de drogas es una sustanciosa fuente de enriquecimiento para los que lo manejan, lo que históricamente siempre ha potenciado su capacidad de influir en las instituciones. Por otro, se trata de una zona deprimida económicamente, con pocas posibilidades para sus gentes, y eso facilita que cale en la sociedad”, apunta Ortiz.

Esta relación entre el narcotráfico y el poder judicial, político y de la seguridad resulta un poco más evidente en Colombia o México, pero no es exclusivo. “En España, por ejemplo -afirma Dimas Ortiz-, tenemos el caso del coronel de la Guardia Civil Francisco García Santaella, condenado en 2022 a siete años de cárcel por los delitos de tráfico de drogas y cohecho. Más atrás en el tiempo, en Bolivia, durante la presidencia a la que llegó tras un golpe de estado el general Luis García Meza (1980-81), se puede decir que el país se convirtió en un narcoestado, con su ministro de Interior Luis Arce Gómez como hombre fuerte del tráfico de drogas”.

Hay otros puntos calientes en Europa, como Holanda, sobre todo a través del puerto de Rotterdam. Tradicionalmente fue un núcleo de contrabando y ahora lo es de la entrada de drogas, porque es el puerto más grande de Europa. Sobre otra zona en el radar, Galicia, Libros del KO publicó "Fariña" (2017), una crónica exhaustiva que realizó Nacho Carretero sobre el narcotráfico a finales del siglo pasado. La obra fue ficcionada y se convirtió en serie de televisión de éxito.

El narcotraficante gallego Sito Miñanco. Foto EuropaPress.
El narcotraficante gallego Sito Miñanco. Foto: EuropaPress.