En los años 90 Suecia era una de las naciones más envidiadas de Europa, por su alta calidad de vida y bajísimos índices delictivos. Hasta el punto que dos de las mayores multinacionales de seguridad del mundo (SECURITAS y hoy G4S ) empezaron a transitar hacia uniformes mas friendly y menos agresivos cara a la sociedad.
En las décadas de los 2000 y 2010, el alto nivel de vida se siguió manteniendo, pero los bajos índices delictivos empezaron a dispararse al alza. En los discursos conservadores, ya sea desde la oposición o desde el gobierno (Ulf Kristersson), se empezó a hablar de “tiempos difíciles para Suecia”, de “ingenuidad política” e “integración fallida”. Por su parte, los partidos de izquierdas les acusaban de “alarmistas” “racistas” “xenófobos” y resto de calificativos en consecuencia.
En el año 2000, Suecia ocupaba el puesto 18 de 22 países de Europa por número de muertes per cápita en tiroteos. En 2020 ya ocupaba el primer lugar.
En Suecia el promedio de homicidios por arma de fuego es de aproximadamente cuatro muertes por millón de habitantes al año, mientras que el promedio de los demás países incluidos en el estudio de Euroestat es de 1,6 muertes por millón de habitantes.
Quizá esos datos, que reflejan lo que está sucediendo en las calles del país, ha propiciado que el ejército sueco empiece a brindar apoyo a la policía para enfrentar el constante incremento en el número de asesinatos entre bandas criminales, aunque para ello la ley haya necesitado una actualización que permita esta mayor participación militar en labores de seguridad.
2022 fue un año de récord en Suecia, con el máximo histórico de 391 tiroteos que provocaron 63 muertos. Este año, hasta septiembre, ya ha habido 41 muertos en tiroteos.
"Ninguna sociedad decente puede tolerar más de un tiroteo mortal a la semana", sostenía Strömmer, ministro de Justicia sueco, sobre las cifras del año pasado. Si se compara con los países vecinos, las muertes son todavía más escandalosas: en Dinamarca y Noruega se produjeron cuatro tiroteos mortales el año pasado, y en Finlandia, dos.