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"Body positive" y "body neutrality": ¿qué son, en qué se diferencian y cómo nos afectan?

Ambos son dos movimientos que buscan romper con los estándares de belleza establecidos, pero sus objetivos son distintos.

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TherapyChat ha ofrecido unos consejos para aplicar los movimientos "body positive" y "body neutrality" de forma equilibrada (Fuente: Therapy Chat)
TherapyChat ha ofrecido unos consejos para aplicar los movimientos "body positive" y "body neutrality" de forma equilibrada (Fuente: Therapy Chat)

Las mujeres se exponen constantemente a numerosos juicios de valor alrededor de su físico y están sujetas a los cánones de belleza impuestos tradicionalmente. Según un estudio realizado en 2017 por el movimiento "La Rebelión del Cuerpo", las mujeres pasan 3,6 horas al día – es decir, casi dos meses al año – pensando en su figura. Asimismo, advertía que el 89% de ellas cree que su apariencia física afecta a su satisfacción con la vida, y que una de cada dos niñas siente presión por su aspecto.

Ante estos preocupantes datos nació el body positive, un movimiento del que se empezaba a hablar en el año 2007 pero que hasta hace apenas unos años no ha comenzado a alzar la voz de manera firme y clara como respuesta al body shaming, una práctica que incita a humillar o criticar a aquellos cuerpos cuya apariencia física se sale de la estándar.

El body positive se creó por tanto en contraposición a este movimiento y con la finalidad de buscar la aceptación de todos los cuerpos sin importar su tamaño, color, sexo o forma. Una idea que, en un principio, se centraba en la validación de los cuerpos de las mujeres con sobrepeso eliminando así el estigma sobre los mismos.

Sin embargo, la creación del body positive dio lugar a que muchas mujeres con cuerpos normotípicos no encontraran en él su lugar, al poner el foco en un grupo determinado. Así surgió el body neutrality, que busca dar voz a estas personas independientemente de su físico y bajo la idea de que todos los cuerpos deben tratarse de la misma forma. Es un movimiento que se define por buscar la aceptación de nuestro cuerpo sin que esto implique amar todas las partes del mismo.

Así, la principal diferencia entre ambos es que el primero busca alabar nuestro cuerpo y quererlo en su totalidad, mientras que el segundo se enfoca en dirigirnos hacia nuestro cuerpo de manera neutral, permitiéndonos amar nuestro cuerpo pero también mostrarnos neutros con algunas partes de él que quizá nos gusten menos, o simplemente conseguir que estas no nos limiten para que el fin de amarlo no sea un objetivo a conseguir de manera obligatoria.

No obstante, cabe destacar que, pese a que los dos movimientos nacieron un una intención positiva, algunas mujeres tienden a verse frustradas en el intento de sentirse cómodas, amar o simplemente percibir de manera neutral a su cuerpo. De hecho, existen casos de mujeres en las que están causando el efecto contrario y también pueden servir de escudo para otras patologías como pueden ser las alimentarias. Las consecuencias psicológicas pueden ser muy graves, ya que estos movimientos que, en primera instancia, se crearon para la normalización de los cuerpos, no son una guía práctica de cómo alcanzar ese objetivo.

Cómo aplicar estos dos movimientos de forma equilibrada

Para saber cómo aplicar estos dos movimientos de forma equilibrada en tu día a día, la plataforma de psicología online TherapyChat ha ofrecido en un comunicado esta lista de consejos:

  1. Las personas que se sientan más identificadas con uno u otro movimiento pueden empezar a leer sobre el mismo, ya que así podrán comprobar si realmente comparten su objetivo.
  2. En nuestro día a día es importante que empecemos a ser conscientes de cómo nos hablamos a nosotros mismos en relación a nuestro cuerpo. ¿Nos comparamos con otras personas? ¿Nos mandamos mensajes negativos sobre nuestro cuerpo? Una vez seamos conscientes del tipo de mensajes que nos hacemos llegar a nosotros mismos sobre nuestro cuerpo, debemos intentar resaltar también las partes de él que nos gusten.
  3. En función del movimiento al que nos sintamos más afines, podemos empezar a hablarnos de manera más positiva sobre aquellas partes de nuestro cuerpo que a priori no nos gustan, o si abogamos por el body neutrality, simplemente relativizar la importancia que le estamos dando a esas partes del cuerpo.
  4. Finalmente, es importante tener en cuenta que si una persona tiene inseguridades acerca de su cuerpo que se han convertido en difíciles de afrontar, estas deben trabajarse con ayuda profesional. Y es que, muchas veces, encontramos que detrás de esas inseguridades hay distintas creencias, experiencias o ideas que han ido formando la visión que tiene esa persona de su cuerpo. Dichas ideas o creencias muchas veces son difíciles de identificar y es necesario el acompañamiento de un experto en el proceso.