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El conductor del accidente en el que murieron una madre y sus 2 hijos: "No sé qué me pudo pasar, me dio un bajón"

Comenzó el juicio contra el acusado de tres delitos de homicidio por imprudencia grave al conducir alcoholizado y provocar el choque que terminó con la vida de tres personas en Salceda de Caselas.

Andrea Brunetti

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El acusado del accidente en el que murieron tres personas en Pontevedra, durante el juicio en la Audiencia Provincial de Pontevedra. EuropaPress.
El acusado del accidente en el que murieron tres personas en Pontevedra, durante el juicio en la Audiencia Provincial de Pontevedra. EuropaPress.

Alfredo L., de 33 años, dijo no recordar nada de lo sucedido la noche del 19 de marzo de 2021. "Salí a las 17 horas de casa, con un amigo, y fuimos a un bar. Bebí un gin-tonic y ya no recuerdo nada, ni si cogí el coche. Tampoco recuerdo si fui a más bares, ni si llegué a conducir, si estaba con alguien o si hablé con alguien. A lo mejor la copa me sentó mal, no lo sé. Puede seguir preguntándome -le dijo a la fiscal-, que no lo podré aportar nada más“, declaró. "No sé qué me pudo pasar, si me dio un bajón o qué”, dijo ante la sección segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra, donde se ha iniciado el juicio este martes.

La fiscal solicita que sea condenado a cinco años de prisión y la pérdida definitiva del permiso para conducir. Desde la familia de las víctimas lamentan que esa sea la pena que pide el Ministerio Público, y solicitan nueve años de cárcel, basándose en sentencias condenatorias con penas superiores a los 10 años por sucesos similares y con menos víctimas.

La Fiscalía solicita, además, que el acusado conjunta y solidariamente con la compañía Axa Seguros Generales indemnice en más de medio millón de euros a la familia de los fallecidos.

 

La reconstrucción

Según los agentes de la Guardia Civil, que testificaron durante la vista oral, el hombre salió a la carretera PO-510 (Porriño-Salceda de Caselas), tras haber consumido bebidas alcohólicas en cuatro bares “en cantidad que mermaba su capacidad de realizar una conducción adecuada y segura”.

Los responsables de esos bares detallaron que éste presentaba “evidentes síntomas de una intoxicación alcohólica notoria”, que estaba “hablando solo y balbuceando, con dificultades para mantener el equilibrio, incapaz de mantener la verticalidad, llegando a caerse de una silla al suelo, o tropezar sin motivo aparente y caerse al suelo, quedándose tumbado un rato hasta que consigue levantarse”.

Los informes periciales indican que el acusado condujo su vehículo Renault Megane a una “velocidad excesiva e inadecuada”, alcanzando, al menos, los 128 km/h, en una vía limitada a 90 km/h.

El equipo de expertos de la Guardia Civil que ha reconstruido el accidente sostiene que el hecho que ocurrió cerca de las 10 de la noche se habría iniciado cuando el conductor mantuvo una trayectoria recta al llegar a una curva, atravesó los dos carriles de circulación sentido O Porriño e invadió el carril destinado a los vehículos que iban en sentido Salceda de Caselas, por el que en ese momento circulaba el Citroën C4 que conducía la mujer junto a sus dos hijos. Para evitar la colisión, la conductora intentó una maniobra evasiva hacia la izquierda, un movimiento que era “correcto” pero que no logró hacer a tiempo.

Los tres ocupantes del Citroën llevaban el cinturón de seguridad colocado, el pequeño además una silla homologada, y los sistemas activos de protección del vehículo funcionaron, pero esto no pudo contrarrestar la violencia del choque entre los dos coches, que se produjo de forma frontal. La mujer y los dos niños murieron en el lugar.

Por su parte, el acusado, gravemente herido, fue desplazado al hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo, donde se le realizaron las pruebas de intoxicación alcohólica que arrojaron que tenía 2,49 gramos por litro de sangre, cinco veces más de lo permitido.

En su declaración, el procesado ha dicho que “estaba bien” y que no recuerda nada de lo sucedido, ni de coger el coche ni si llegó a pedir a alguien en el bar donde se encontraba si podía llevarlo a casa por no estar en condiciones para conducir.

 

La familia de las víctimas

María Luisa Gondell, de 39 años de edad, y sus dos hijos, Daniela y Beltrán, de 13 y 6 años de edad, eran vecinos de Salvaterra do Miño. Visiblemente conmocionado, el viudo y padre de los dos menores fallecidos afirmó que en ese accidente lo ha “perdido todo”. Dijo estar sumido en una depresión y haberse mudado definitivamente de España, tras liquidar tres negocios que poseía porque se vio “incapaz de sacarlos adelante”.

La familia de la mujer, muy afectada, teme “una condena pequeña que no ayude a pasar página” sino que “aumente nuestra situación de rabia e impotencia”. "Llevamos todo este tiempo sin ser la familia que éramos. Nada en la vida te prepara para ver tres cajas colocadas de mayor a menor", expresaron.

El juicio concluirá hoy con la lectura de los informes de todas las partes: la Fiscalía, la acusación particular, el abogado de la defensa y el letrado de la compañía de seguros.