La inteligencia artificial obligará a volver a las aulas a 1.400 millones de personas

Un estudio de IBM concluye que un 40% de la población mundial deberá formarse y reinventar sus habilidades debido al avance de la inteligencia artificial.

Gonzalo Díaz Bonet.

Especialista en Tecnología y Sostenibilidad.

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La inteligencia artificial no reemplazará a las personas, pero las personas que utilicen la IA reemplazarán a las que no lo hagan. Así de contundentes son las conclusiones de un estudio realizado por el IBM Institute for Global Value, donde se concluye que 1.400 millones de personas, un 40% de la población mundial, deberá formarse y reinventar sus habilidades debido al avance de la inteligencia artificial.  

Hoy, ya existen herramientas capaces de generar imágenes, escribir cuentos o calcular el coste económico de un ataque informático antes de que éste se produzca. Y todo en cuestión de segundos. Estas nuevas funciones no acabarán con el trabajo de los humanos, pero aquellos que sepan usarlas estarán siempre en un mejor punto de partida que aquellos que no sepan hacerlo. 

Y eso implica que la mayor parte de la humanidad debe volver a las aulas. O a formarse de alguna manera, sea presencial o a distancia. Los profesionales que saben emplear las herramientas de IA son hoy los más valorados del mercado y perciben sueldos muy superiores a la media. En España, ya existen al menos 12 profesiones relacionadas con IA en las que ya se puede ganar más de 100.000 euros al año. 

Y es que la IA puede abrir muchas posibilidades a los empleados al mejorar sus capacidades. De hecho, el 87% de los ejecutivos cree que es más probable que crezca el número de empleados en lugar de que sean reemplazados por la IA Generativa. Algo que varía según las funciones: el 97% de los ejecutivos cree que los empleados de compras tienen más probabilidades de crecer que de ser reemplazados, en comparación con el 93% de los empleados de riesgo y compliance, el 93% de los de finanzas, el 77% de los de servicio al cliente y el 73% de los de marketing. 

Con la IA preparada para asumir más tareas manuales y repetitivas, los empleados encuestados por IBM afirman que realizar un trabajo que tenga impacto es el factor que más les preocupa, más allá de la remuneración y la seguridad, más importante que la flexibilidad laboral, las oportunidades de crecimiento y la equidad. Además, casi la mitad de los empleados encuestados cree que el trabajo que hacen es mucho más importante que para quién trabajan o con quién trabajan habitualmente. 

Sin embargo, los directivos encuestados afirman que el trabajo con impacto es el factor menos importante para sus empleados y señalan, en cambio, la flexibilidad laboral como el atributo más importante, más allá de la remuneración y la seguridad. 

El estudio ilustra cómo el mundo del trabajo ha cambiado enormemente respecto a hace seis meses. Los líderes están empezando a darse cuenta de que la empresa del mañana no puede funcionar con el talento de ayer, y que el talento de mañana no puede estar conectado a las formas de trabajo de ayer. 

Según explica Miguel Valdivieso, Head of Talent & Transformation SPGI en IBM Consulting, los líderes de RRHH deben tener un papel fundamental en la adaptación de las organizaciones a los cambios impulsados por la IA Generativa.  

Entre las medidas que deben tener en cuenta destaca el rediseño del trabajo, la inversión en talento y el aumento de habilidades técnicas generales de la plantilla. “Esto no significa que todos los empleados tengan que aprender a programar, pero la mayoría tendrá que familiarizarse con las nuevas soluciones de IA. Es muy importante que los empleados tengan una comprensión básica de la IA y sus capacidades para que puedan ser tanto pensadores críticos como usuarios de la tecnología”, asegura. 

La IA tiene el potencial de transformar la experiencia del empleado, pero es importante implicar a los empleados en este proceso. Por ejemplo, ofrecer a los equipos un foro en el que puedan recomendar tareas que podrían automatizarse para hacer su trabajo más fácil y satisfactorio, aprovechando los canales digitales para un bucle de retroalimentación continuo y abierto”, concluye.