El número de data centers en Madrid no para de crecer. En la región ya hay ya 31 centros de datos con 100 MW instalados y hay 14 más en proyecto, con los que se alcanzarán los 505 MW en 2025. Es un dato a tener muy en cuenta, que confirma a la ciudad como gran hub del sur de Europa, pero que le aproxima ya a las grandes ciudades europeas.
Sobre todo porque el ritmo de crecimiento es muy superior. Si en las grandes ciudades europeas (Frankfurt, Londres, Ámsterdam y Paris), el ritmo de crecimiento es del 16,6%, la capital española tiene previsto crecer a un ritmo del 43%
Ello puede propiciar que, en un plazo de cuatro años, Madrid se sitúe a la altura de París. De cumplirse las previsiones de Spain DC, la asociación de Centros de Datos de España, la capital gala contaría con 596 MW y la española con 581 MW en el año 2026.
Aunque otras ciudades españolas como Barcelona, Málaga o Bilbao cuentan también con una sólida estrategia de datos e importantes proyectos a futuro, la ciudad madrileña concentra hoy el 91% de los data centers situados en España.
Sin embargo, aún esta lejos de los grandes centros europeos. Según los datos aportados por Spain DC, en 2021 Madrid solo alcanzaba el 27,4% de la capacidad de París para almacenar datos, y estaba muy lejos del líder europeo, Londres. En concreto, el ranking de los grandes centros a finales del año pasado estaba encabezado por la capital inglesa (940 MW), seguido de Ámsterdam (650 MW), Frankfurt (499 MW) y Paris (376 MW). Madrid alcanzaba entonces los 103 MW.
¿Qué puede producir o aproximar el ‘sorpasso’ de la ciudad española a la capital francesa? Esencialmente, el dispar crecimiento previsto para los próximos años. Si los principales mercados europeos tienen previsto crecer a una media del 16% (14,1% en el caso de Francia), Madrid lo puede hacer al 43,34%
Varios factores han influido en este favorable contexto para la ciudad española. En primer lugar, el despliegue de grandes infraestructuras de cloud pública de Google, Oracle, IBM, Microsoft y Amazon, que han puesto sus ojos en España como nuevo destino de sus inversiones.
En segundo, la privilegiada situación geográfica de España como nudo de conexión entre tres continentes. Tres nuevas redes de cables submarino unirán España con América (Grace Hooper y EllaLink) y el continente africano (2Africa).
También influye el aumento de la capacidad de los proveedores de infraestructura digital y la redistribución de inversiones en los centros europeos. Y por supuesto la demanda, acelerada tras la transformación digital de las empresas impulsada por la pandemia.
Impacto económico e impacto medioambiental
De cumplirse todas estas previsiones, el impacto económico sería muy positivo para la economía española y madrileña. El impacto en el PIB es de 7 euros por cada euro invertido en la industria de data centers. Los beneficios no acabarían ahí: la inversión en infraestructura digital provoca un efecto multiplicador en las inversiones en otros sectores, así como en la creación de puestos de trabajo, que se cuantifican en aproximadamente doce veces la inversión.
En cuanto al medioambiente, la construcción de centros de datos que habiliten el funcionamiento de Internet tiene efectos positivos. Cualquier actividad digital comparada con su homóloga no digital (por ejemplo video conferencia versus reunión presencial) consume tres veces menos energía.
Con todo, no basta con ello. El nuevo desafío es construir centros de datos neutros en carbono, algo en lo que ya están trabajando algunas compañías y que se materializará en el primer centro europeo de estas características en la ciudad de Cáceres. Será un aspecto a tener muy en cuenta si España quiere posicionarse con fuerza en una de las actividades clave para la economía digital del siglo XXI.