Investigadores revelan que el láser mejora el rendimiento cognitivo

En el futuro podría utilizarse en terapias orientadas a la mejora de la capacidad de memoria en pacientes con Alzheimer, esquizofrenia o trastornos por déficit de atención.

Anahí Di Santo.

Periodista.

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Laser en laboratorio.
Laser en laboratorio.

¿Es el láser el aloe vera de la tecnología? Fue descubierto por accidente hace más de 60 años y a día de hoy continúa abriendo nuevas posibilidades y funcionalidades para la ciencia en innumerables campos. Medicina, industria, comunicaciones, tecnología de la información, astronomía son algunas de las áreas que han dado saltos revolucionarios al aplicarlo, pero también utilizamos sus ventajas a diario, al escanear productos en el supermercado o disfrutar de un espectáculo de luces.

El artículo publicado en la revista Avances de la Ciencia relata el experimento realizado por investigadores de China, Reino Unido y Estados Unidos, que consistió en someter a un grupo de personas a algunas pruebas para medir su memoria visual. Debían recordar la orientación de líneas en las imágenes proyectadas y los colores de unas figuras. Se realizaron dos sesiones con una semana de diferencia, y en una de esas oportunidades a los participantes se les aplicó un láser infrarrojo de baja intensidad de 1.064 nanómetros (como referencia, la luz visible se encuentra entre los 400 y los 700 nanómetros) que es inocuo para el organismo.

Los resultados fueron muy interesantes: los voluntarios expuestos al láser mejoraron notoriamente en las tareas de memoria, comparados con su propio rendimiento previo o con el resto del grupo sometido a la prueba.

Concretamente, la luz láser fue aplicada sobre el lado derecho de la frente, llegando indirectamente a la región del córtex prefrontal. Cuando se realizaron encefalogramas a los participantes durante las pruebas, se pudo observar una mayor actividad cerebral en zonas relacionadas con la memoria cuando la persona recibía el láser en su cabeza, mientras que esta misma prueba aplicada al lado izquierdo de la corteza prefrontal no generó ningún efecto notorio.

Aunque no hay todavía respuestas concluyentes ni unanimidad entre los científicos, la hipótesis que mejor explicaría este fenómeno es el calor que genera la luz láser, cuyos efectos vasodilatadores incrementan la circulación de sangre. Cuando la luz de 1064 nm es absorbida por el agua de los tejidos aumenta la temperatura. Este calor puede dar lugar a una vasodilatación local más notable, lo que supone un aumento del riego sanguíneo en la región cerebral iluminada, mejorando la memoria.

Una segunda posibilidad es que el láser estimule la liberación de óxido nítrico (NO), un potente dilatador de la vasculatura. La luz usada promueve las vibraciones de las moléculas y estas vibraciones pueden facilitar la generación de NO por parte de las células vasculares.

Los voluntarios expuestos al láser mejoraron notoriamente en las tareas de memoria y se pudo observar una mayor actividad cerebral en zonas relacionadas con la memoria cuando la persona recibía el láser en su cabeza

Deberán realizarse más experimentos para obtener mejores conclusiones, pero lo que sí puede afirmar el grupo de investigadores que publicó el artículo es que la técnica aplicada, denominada en su terminología específica fotobiomodulación transcraneal, mejora la capacidad visual de la memoria de trabajo en humanos, que es la habilidad de almacenar activamente información útil en la mente durante segundos y juega un papel vital en muchas funciones cognitivas, como la concentración, las acciones motoras y la percepción del entorno.

“Teniendo en cuenta que varios trastornos, como el TDAH (déficit de atención con hiperactividad), la esquizofrenia y el Alzheimer, muestran una disminución en la capacidad de la memoria de trabajo, nuestras observaciones ofrecen una herramienta de intervención cerebral segura, eficaz, rentable y no invasiva para aplicaciones clínicas. Hasta la fecha, no hay efectos secundarios o daños asociados informados”, aseguran los investigadores. Se abre así una puerta a nuevas terapias vinculadas a disfunciones de la memoria o incluso mejoras en las capacidades cognitivas de personas sanas.