7 alternativas ecológicas al aire acondicionado

El diseño bioclimático puede aprovechar la luz natural para reducir la necesidad de iluminación artificial, lo que mejora nuestra salud visual y emocional.

Gonzalo Díaz Bonet.

Especialista en Tecnología y Sostenibilidad.

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El aire acondicionado se ha convertido en una necesidad en muchas partes del mundo, especialmente durante los meses de verano. Sin embargo, su uso excesivo puede tener un impacto negativo en el medio ambiente y aumentar la huella de carbono. Afortunadamente, existen alternativas ecológicas al aire acondicionado que pueden ayudar a mantenernos frescos sin comprometer el planeta.  

Además de los beneficios ambientales, estas alternativas también pueden tener un impacto positivo en nuestro bienestar. Al aprovechar la luz natural, el flujo de aire fresco y la conexión con la naturaleza, podemos crear espacios interiores más saludables y confortables. Estas son las alternativas sostenibles al aire acondicionado.   

1. Diseño bioclimático: es una forma inteligente de aprovechar las condiciones naturales del entorno para regular la temperatura interior de un edificio. Esto implica utilizar características arquitectónicas como la orientación del edificio, la ubicación de las ventanas, los aleros y los materiales de construcción para maximizar la eficiencia energética y minimizar la necesidad de sistemas de enfriamiento mecánicos. Por ejemplo, utilizar ventanas estratégicamente ubicadas para permitir la entrada de brisas frescas y utilizar materiales con alta capacidad de aislamiento térmico puede ayudar a mantener la temperatura interior confortable sin necesidad de aire acondicionado. 

Además, el diseño bioclimático puede aprovechar la luz natural para reducir la necesidad de iluminación artificial. Esto no solo reduce el consumo de energía, sino que también mejora nuestra salud visual y emocional al estar expuestos a la luz natural. 

2. Ventilación natural: es una forma efectiva y sencilla de enfriar un espacio sin utilizar electricidad. Consiste en aprovechar las corrientes de aire naturales para refrescar el ambiente. Para ello, es importante contar con ventanas que se puedan abrir y cerrar según sea necesario. También se pueden utilizar ventiladores de techo o de pie para mejorar la circulación del aire. Además, se recomienda ventilar el espacio durante las horas más frescas del día, como por la mañana temprano o por la noche. 

Ventilar renueva el aire interior, eliminando los contaminantes y mejorando la calidad del aire que respiramos. Esto es especialmente beneficioso para las personas con problemas respiratorios o alergias. 

3. Aislamiento térmico: Un buen aislamiento ayuda a bloquear el calor exterior y a mantener el frescor en el interior. Esto se puede lograr utilizando materiales aislantes en las paredes, techos y suelos, como espuma de poliuretano, lana de roca o paneles de corcho. Además, es importante sellar cualquier brecha o grieta por donde pueda entrar el calor no deseado. 

4. Sombreado exterior: El uso de sombras en el exterior de los edificios puede reducir significativamente la cantidad de calor que ingresa a un espacio interior. Se pueden utilizar elementos como toldos, persianas, cortinas o árboles de hoja caduca para bloquear la radiación solar directa. Estas soluciones naturales no solo ayudan a mantener la temperatura baja, sino que también añaden belleza y estética a la vivienda. 

5. Climatizadores evaporativos: estos sistemas son capaces de generar aire fresco mediante la evaporación del agua, ya que el cambio de fase de dicho elemento de líquido a gas absorbe calor, reduciendo, por tanto, la temperatura del aire. 

Su instalación no es mucho más complicada que la del aire acondicionado, presentando un gasto energético muy inferior, cerca de un 80% menor que el de un aparato convencional, además de algunas otras ventajas como la eliminación de microorganismos nocivos para la salud de los seres humanos. 

Su principal inconveniente radica en que necesita el suministro de agua constante, aunque puede ser obtenida de precipitaciones, es decir, no tiene por qué ser agua potable de red. 

6. Bombas de calor: son máquinas que, mediante conductos empotrados en la estructura de la vivienda permiten transferir el calor de un espacio a otro más caliente, de forma que, revirtiendo el proceso, al igual que se puede obtener calor, se puede obtener frío. 

Esto hace que la instalación de dichos aparatos pueda servir tanto para el invierno como el verano. Como inconvenientes podemos destacar que la instalación es bastante compleja y que el consumo energético es más elevado que en el caso de la alternativa anterior. 

7. Energía renovable: si se requiere un sistema de enfriamiento mecánico, optar por tecnologías que utilicen energía renovable es una opción sostenible. Por ejemplo, los sistemas de aire acondicionado que funcionan con energía solar son cada vez más populares. Estos sistemas utilizan paneles solares para generar electricidad y alimentar el aire acondicionado, lo que reduce significativamente la dependencia de los combustibles fósiles.