La botella de agua que se descompone en menos de 90 días

Todas las predicciones apuntan a que el consumo de agua embotellada seguirá creciendo en los próximos años, hasta doblar el volumen actual.

Gonzalo Díaz Bonet.

Especialista en Tecnología y Sostenibilidad.

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Cabreiroa
Cabreiroa

El agua embotellada es, hoy por hoy, uno de los grandes enemigos del medio ambiente. Sobre todo porque, en la mayoría de los casos, se puede sustituir por agua del grifo que, en el caso de España resulta según algunos estudios de superior calidad. Se calcula que, con la mitad de lo que la humanidad gasta en comprar agua embotellada se podría proporcionar agua potable a los cerca de 2.000 millones de personas que aún carecen de ella. 

Sin embargo, todas las predicciones apuntan a que el consumo de agua embotellada seguirá creciendo en los próximos años. Según los datos de la ONU, entre 2025 y 2030, las ventas de agua envasada ascenderán a 500.000 millones de dólares, el doble de la cantidad actual. 

Reducir su consumo parece por tanto complicado, pero no tiene porqué serlo tanto reducir su impacto. Eso es al menos lo que quiere intentar la marca Cabreiroá, que acaba de anunciar la comercialización de una botella de agua que se descompone en menos de 90 días

La marca perteneciente al grupo Hijos de Rivera (Estrella de Galicia) apuesta por un envase sostenible hecho totalmente de fuentes renovables que, además, en su descomposición no genera residuos ni libera sustancias que afecten al medio ambiente. En términos de producción se prevé reducir considerablemente la huella de carbono del envase en comparación con la de aquellos realizados con materiales tradicionales. 

La nueva botella de agua está producida con PLA, un polímero biobasado que tiene su origen en la caña de azúcar. Este material permite reducir el impacto negativo de los residuos plásticos en la salud del planeta, ya que su degradación en una planta de compostaje no genera residuos. 

El PLA, por sus características únicas de biodegradabilidad y compostabilidad, se descompone en un tiempo muy inferior al resto de envases, siempre que pase por un proceso de compostaje industrial en condiciones óptimas de temperatura y humedad. Según aseguran sus creadores, la botella de PLA se degradará al 100% en un tiempo inferior a los 90 días. 

Durante el proceso de desarrollo de este envase se ha tenido en cuenta tanto la composición de las etiquetas, también hechas con PLA y por tanto biodegradables y compostables, como el empleo de pigmentos orgánicos y tintas totalmente sostenibles y sin sustancias perjudiciales para el medio ambiente. 

La biodegradabilidad y compostabilidad de la botella y sus etiquetas, según la norma UNE-EN 13432:2001, ha sido ensayada y validada con el centro tecnológico acreditado Itene, el Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística. El gran calado en términos de investigación y de adaptación industrial que supone este proyecto implicará una incorporación de esta botella al mercado de forma lenta pero progresiva. 

Cabreiroá ha anunciado este nuevo formato en la feria Food 4 Future, que se ha celebrado esta semana en Bilbao, y que sirve de escenario para dar a conocer los avances más relevantes del sector de la alimentación y las bebidas. Según la empresa, la nueva botella compostable es fruto de un proyecto de innovación que podría marcar el futuro del sector.