El mar azul ya es cosa del pasado. Ahora es verde y aún no sabemos si eso es bueno o malo

El 56% de los mares está cambiando de color y ya no es azul sino verde

Gonzalo Díaz Bonet.

Especialista en Tecnología y Sostenibilidad.

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Mar verde.
Mar verde.

Los niños aprenden a distinguir los colores en torno a los 16 meses. Y se les enseña muchas a veces a partir de verdades absolutas e incuestionables. Como “el mar es azul” o “el sol es amarillo”. Solo que ahora, en 2023, esas verdades ya no lo son tanto. Son muchos, con Elon Musk a la cabeza, los que aseguran que el sol es verde y no menos los que sostienen que el mar es también de ese color. Que ha dejado de ser azul por la incidencia del cambio climático. 

Y si bien la mayor parte de científicos quitan la razón a los “solverdistas”, existe mucho más consenso a la hora de definir el color de los océanos. El 56% de los mares está cambiando de color y ya no es azul sino verde. Teniendo en cuenta que el 70% de la superficie está cubierta por agua salada, ese 56% que está cambiando de color supone una extensión mayor que la de toda la tierra firme habitada. 

Según un estudio publicado en la revista Nature, las regiones oceánicas tropicales cercanas a línea del ecuador son las que están reflejando un color cada vez más verde. Si observamos el mapa compartido por la publicación, los cambios no son significativos en la costa española, donde el mar sigue siendo, al menos este verano, tan azul como siempre ha sido. 

Mapa mundial del cambio de color del mar
Mapa mundial del cambio de color del mar

 

Un océano azul o verde no solo se distingue por su color, lo que vemos es producto de la vida que hay en la capa superior. Las aguas azul intenso son reflejo de muy poca vida, caso contrario con las aguas verdes que albergan ecosistemas, la mayoría de ellos de fitoplancton. 

Esta microalga ayuda a capturar dióxido de carbono y producir más de la mitad del oxígeno atmosférico. El fitoplancton también es considerado como la base de la red trófica marina que sustenta organismos más complejos hasta llegar a los mamíferos marinos. 

“El color de los océanos ha cambiado. Y no podemos decir cómo. Pero podemos decir que los cambios de color reflejan cambios en las comunidades de plancton, que afectarán a todo lo que se alimenta de plancton. También cambiará la cantidad de carbono que absorberá el océano, porque los distintos tipos de plancton tienen distintas capacidades para hacerlo. Así que esperamos que la gente se lo tome en serio”, asegura Stephanie Dutkiewicz, investigadora del MIT y autora del estudio.   

Los científicos analizaron 20 años, del 2002 al 2020, del espectrorradiómetro de imágenes de resolución moderada (MODIS) a bordo del satélite Aqua, así como los siete colores oceánicos en diferentes regiones del planeta. Ahí encontraron tendencias significativas en el 56% de la superficie oceánica global, principalmente hacia el ecuador. 

¿Es bueno o malo que el mar se vuelva verde? 

Si el mar verde es reflejo de mayor vida y de más fitoplancton, ¿es bueno o malo que cambie de color? ¿Está el cambio climático perjudicando a los océanos o ayudando a desarrollar nuevos ecosistemas? No hay una respuesta clara a estos interrogantes. “Es sabido ya que los océanos se están haciendo menos productivos por el aumento de temperatura. En este sentido, el nuevo análisis aporta una paradoja, porque ellos interpretan que el océano se está volviendo más verde, lo contrario que se había interpretado hasta ahora”, dice en eldiario.es el oceanógrafo español Carlos Duarte. 

“Puede ser que se acumule más materia orgánica, que antes se iba hacia el fondo o se diluía y que ahora se está acumulando en la superficie. Puede que haya un cambio de tipos de plantas, podría ser una señal de un cambio de la comunidad. Y que se vuelva más verde quiere decir que el agua se vuelve más opaca y esto reduce la cantidad de luz que puede penetrar para permitir la fotosíntesis, de modo que este efecto sí que podría ser perjudicial”, sostiene sin embargo Joan Llort, investigador del Centro Nacional de Supercomputación (BSC- CNS).     

“El mensaje de que el color del océano está cambiando suena muy poético, pero el problema es que no sabemos a dónde nos conduce”, concluye.