Reforestación inteligente: así es la empresa que ha plantado más de un millón de árboles en Castilla y León

España es el segundo país de la UE con mayor superficie forestal, por detrás de Suecia. Gracias a ello, podría convertirse en una de las mayores potencias europeas de la nueva economía verde.

Gonzalo Díaz Bonet.

Especialista en Tecnología y Sostenibilidad.

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Foto de Jesús Tapia en Unsplash
Foto de Jesús Tapia en Unsplash

Plantar árboles sí, pero no de cualquier manera. Eso es en lo que consiste, a grandes rasgos, la reforestación inteligente. Una estrategia que combina las últimas tecnologías y la colaboración comunitaria para maximizar la eficacia de los esfuerzos en el diseño de nuevos bosques y superficies vegetales.  

Existen más de 2.000 millones de hectáreas de suelo degradado en nuestro planeta. A los daños ocasionados por los incendios, plagas o malas prácticas agrícolas se suma una acuciante necesidad de regenerar superficies forestales capaces de hacer frente a los efectos que el cambio climático tiene en estos entornos. 

Así, la reforestación inteligente tiene como objetivo crear bosques mixtos autóctonos, de densidad media y multiespecie, que contribuyan durante largo plazo a la diversidad ambiental del entorno. Algo fundamental en regiones como Castilla y León, donde la empresa Land Life, de origen holandés, ha plantado ya 1,3 millones de árboles.  

Esta compañía, hoy formada por 23 profesionales en España, presume también de haber plantado más de 3 millones de árboles en España, y de seguir impulsando proyectos como el que desarrollará hasta el próximo mes de marzo, en el que se plantarán 1.150 hectáreas en sus diferentes zonas de acción.  

¿En qué consiste la reforestación inteligente? 

Uno de los componentes esenciales de esta estrategia es el uso de drones para identificar las áreas más necesitadas y evaluar la salud de los bosques existentes. Estos dispositivos aéreos equipados con sensores avanzados pueden detectar áreas deforestadas, evaluar la calidad del suelo y monitorizar la salud de los árboles existentes, proporcionando datos precisos para una planificación efectiva. 

La selección de especies adecuadas también es crucial en la reforestación inteligente. En lugar de simplemente plantar árboles al azar, los expertos utilizan algoritmos y análisis de datos para determinar cuáles son más adecuadas para cada región. Esto garantiza una mayor supervivencia de las plantas y promueve la diversidad biológica, fortaleciendo los ecosistemas de manera más efectiva. 

Además, la monitorización continua es una característica distintiva de la reforestación inteligente. Sensores en el suelo y en los propios árboles recopilan datos en tiempo real sobre las condiciones ambientales y la salud de las plantas. Esta información se utiliza para ajustar las estrategias de reforestación, asegurando que las nuevas plantaciones prosperen y se adapten a los cambios en el entorno. 

Otro componente importante es la participación comunitaria. La reforestación inteligente no solo se trata de plantar árboles, sino de involucrar a las comunidades locales en el proceso. Esto no solo crea un sentido de propiedad y responsabilidad, sino que también aprovecha el conocimiento tradicional sobre el medio ambiente.  

Las comunidades locales a menudo tienen información valiosa sobre la biodiversidad y los patrones climáticos locales, que pueden integrarse en los planes de reforestación. La combinación de sus conocimientos y las ventajas aportadas por la digitalización es que puede hacer tan eficaz esta nueva forma de hacer surgir nuevos bosques. 

A fin de cuentas, reforestar es una acción imprescindible para la supervivencia de la humanidad porque necesitamos el oxígeno que generan los bosques para vivir. Desde 1990 la Tierra ha perdido 178 millones de hectáreas de masa forestal (la superficie de Libia).  

España es el segundo país de la UE, por detrás de Suecia, con mayor superficie forestal: casi 30 millones de hectáreas. Si se ampliaran y se pusieran en valor los servicios ambientales, sociales y económicos que nos prestan nuestros bosques podría convertirse en una de las mayores potencias europeas de la nueva economía verde.