En medio ambiente, la geografía es esencial para relacionar causas y efectos. Para analizar, por ejemplo, el impacto que un desastre natural tiene en el territorio. O para organizar de manera más eficiente una cadena de suministro. Todo ello es posible hoy gracias a la tecnología geoespacial, un área donde la compañía Esri desarrolla multitud de proyectos que permiten mejorar la sostenibilidad analizando patrones de comportamiento a través de datos y mapas.
De todos ellos nos habla en esta entrevista Juan Peralta, director de Desarrollo de Negocio de Esri España, en un diálogo donde repasa como la tecnología GIS permite a sectores antes menos preocupados por la sostenibilidad calcular el riesgo ambiental que tienen sus instalaciones o el coste de una hipoteca en función de la exposición que pueda tener un inmueble a los efectos del cambio climático
¿Qué puede hacer la tecnología geoespacial para cuidar el medio ambiente y luchar contra el cambio climático?
Su valor diferencial es la capacidad de relacionar la información a través del componente geográfico. La única forma de relacionar la meteorología con la cadena de suministro de una empresa privada es través de la geografía. Permite saber por dónde van los caminos, dónde van los barcos y buscar las rutas más eficientes. Es como tener una dimensión adicional para poder relacionarlos.
En otros ámbitos no es tan importante, pero en el medio ambiente es imprescindible. De esa nueva dimensión que tenemos, que es la geografía para relacionar la información, se abren varias puertas. Tenemos que ser capaces de analizar esa información y de comunicarla de forma que se entienda y que aporte realmente valor y conocimiento.
La consultora Forrester Research, hace un informe de cambio climático donde aparece Esri como líder porque destaca en la capacidad de relacionar las diferentes formas de información
¿Cuántas compañías usan vuestra tecnología en España y cuantas quedan por conocerla?
No podemos compartir el dato concreto porque es un dato sensible para muchos sectores, pero otros no tienen problema en contarlo, como las administraciones públicas.
Todos los ministerios en España utilizan nuestra tecnología, pero si hablamos específicamente de sostenibilidad medioambiental, el Ministerio de Medio Ambiente es un gran usuario de la tecnología geoespacial. A nivel global, la mayor referencia es el panel de expertos de cambio climático de la ONU. Este organismo, compuesto por investigadores de diferentes países, genera sus modelos a partir de información geoespacial.
Tengo una anécdota muy buena. Hablamos hace tiempo con un banco y nos preguntaban cómo les podríamos ayudar en temas de sostenibilidad medioambiental. En banca hay un patrón muy claro de cómo el riesgo medioambiental se transforma en un riesgo económico. Hay unas reglas de diferentes organismos internacionales que tienen el esquema muy claro de cómo el riesgo medioambiental se transforma en riesgo físico y porqué esos riesgos físicos los tiene que considerar ese banco.
Todos los bancos, a raíz de una regulación que hubo en el Banco Central Europeo, están obligados a gestionar su riesgo medioambiental. Es un sector que está obligado a considerar dentro de sus pruebas de estrés el nivel de exposición al riesgo climático. Piensa que cuando tú vas a pedir una hipoteca, al banco lo último que le interesa es que tu casa, que es la garantía de este préstamo, se pierda por una inundación, por un terremoto o por un desastre natural.
Más aún si hablamos de grandes instalaciones energéticas, valoradas en millones de euros. Los bancos quieren medir el nivel de exposición al riesgo de estas infraestructuras. Están obligados a medir el nivel de riesgo en diferentes escenarios a 40 y a 80 años.
¿En qué otros sectores además de la banca es importante esta tecnología?
Son sectores son los que les afecta mucho el cambio climático y la sostenibilidad. En energía pasa lo mismo, porque el mantenimiento crítico que tienen las empresas del sector es la red de distribución.
Su mayor activo es la infraestructura de distribución de la energía, la red de transporte eléctrica. Es lo que más vale, los cables que tienen distribuidos por todo el territorio. Lo mismo pasa con las redes de telecomunicaciones.
Ellos gestionan el mantenimiento de esa infraestructura de red, pero además quieren saber el nivel de riesgo medioambiental que tienen. Por ejemplo, el mantenimiento de una red eléctrica en una zona propensa a fuegos con bosques es distinto o una zona en la que no hay.
Es un riesgo para la red eléctrica porque los cables pasan muy cerca de los árboles y pueden tener una fuga que puede provocar incendios. Es muy importante identificar estas zonas porque el mantenimiento que van a hacer de la red es distinto, con una zona especial de protección.
Lo mismo ocurre con el gas en zonas sensibles a terremotos. Los movimientos de tierras pueden provocar fugas en la infraestructura de transporte de gas. Necesitan evaluar el nivel de riesgo y saber dónde hacer inspecciones con mayor frecuencia.
En el sector transporte cada vez es más importante medir las emisiones. Especialmente las emisiones de alcance 3, que son las provocadas por la cadena de suministro de una compañía. Eso requiere tener información sobre tu cadena de suministro, el transporte de materias primas o de productos manufacturados que están expuestos a su vez a riesgos físicos. Riesgos actuales a día de hoy como la exposición a huracanes o a tifones.
Las compañías tienen que conocer su nivel de riesgo y cómo están impactados, y medir la huella de carbono. Es importante tener información que te permita hacerlo y, aunque se puede abordar de muchas formas, una de ellas es a través de la localización, sabiendo por dónde van mis camiones y las rutas que recorren. No contamina lo mismo un camión por una ruta de montaña que un camión en el llano. Todo eso se puede medir gracias a la tecnología geoespacial.
¿Cómo puede ayudar esta tecnología al desarrollo de la smartcities o ciudades inteligentes?
Cualquier ciudad tiene competencias en la gestión del transporte público. Las Zonas de Bajas Emisiones son un buen ejemplo de reto futuro para las administraciones.
Van a reducir las emisiones de una determinada zona, pero todas las medidas que se toman afectan a la población. La decisión de cerrar una calle puede afectar a personas mayores. Probablemente haya que instalar una parada de autobús cerca porque no pueden andar mucho.
Es importante tener información para analizar como tus decisiones afectan a la sociedad. Y asegurar no solo la sostenibilidad medioambiental a costa de las demás.
Tienes que tener un marco que te permita asegurar sostenibilidad medioambiental, la económica y la social y ser capaz de medir y tener información de cómo las acciones afectan a tu población.Tener información estadística de la edad media de las personas o de su nivel de estudios permite relacionar las acciones que tú tomas con el impacto que generan.
Otro campo importante es la agricultura. La actividad agrícola tiene unos objetivos de reducción del 50% de los fertilizantes para 2030. Es un objetivo super ambicioso y la única forma de conseguir eso es ser más eficiente en tus operaciones.
Estamos trabajando con un cliente que va a dar herramientas a los agricultores para poder medir cómo de eficientes son en el uso de fertilizantes respecto a su entorno.
¿Cuáles son las principales barreras que encontráis a la hora de ofrecer vuestros servicios?
Esri surge en 1969 y desde entonces trabaja en el área del medioambiente. Pero una de las barreras que encontramos es que, por primera vez, hay organizaciones que nunca habían mirado la sostenibilidad y no conocen ese tipo de tecnología. La primera barrera es el desconocimiento de toda la tecnología que hay para la gestión de datos medioambientales. Por ejemplo, para la banca nunca había sido una prioridad.
Más allá del desconocimiento, hay barreras que afectan también a otros sectores como la formación, la disponibilidad de recursos o la gestión del talento.
Nosotros tenemos una línea formación específica y contamos con nuestro propio máster en tecnología geoespacial.
¿Desde cuándo habéis notado un interés creciente por la sostenibilidad? ¿Cuántos años creéis que puede durar?
En los últimos 10 años más o menos hay un boom. Primero por el contexto en el que estamos. La UE es líder es nivel mundial en regulación de temas medioambientales. Vamos por delante de otras regiones y se están marcando objetivos muy ambiciosos.
Esto ha venido para quedarse. En España, la agricultura es un sector muy relevante dentro del contexto europeo. Las iniciativas que la Comisión Europea está sacando el marco de objetivos de sostenibilidad medioambiental para el futuro nos van a afectar mucho. Son cambios con un periodo de implantación muy largo. Esto no es una moda pasajera porque el impacto de las actividades en el medio ambiente son impactos que se miden a medio y largo plazo.
Cuando analizamos escenarios a 80 años vista no tiene sentido que en 2023 se piense una cosa y en 2025 otra. Hay una trayectoria muy larga por delante.