Todo lo que hay que saber sobre la lluvia de Perseidas en 2023

En 2023 el fenómeno será especialmente vistoso, porque la luna no estorbará. Nuestro satélite, en cuarto creciente, alcanzará su fase de luna nueva el 16 de agosto

Gonzalo Díaz Bonet.

Especialista en Tecnología y Sostenibilidad.

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Cada año, durante el mes de agosto, el cielo nos regala un espectáculo natural asombroso conocido como la lluvia de Perseidas, también llamadas "Lágrimas de San Lorenzo". Este fenómeno celeste, en el que cientos de estrellas fugaces cruzan el firmamento en una magnífica exhibición de luz y color, ha cautivado a observadores del cielo y entusiastas de la astronomía durante generaciones. Un fenómeno celestial único que para muchos se convierte en el momento culminante del verano.  

Las Perseidas son una lluvia de meteoros que ocurre cada año cuando la Tierra atraviesa la órbita del cometa Swift-Tuttle. Este cometa, que completa su órbita alrededor del Sol aproximadamente cada 133 años, deja un rastro de partículas de polvo y desechos en su camino. Cuando la Tierra cruza este rastro en su órbita, las partículas entran en la atmósfera terrestre a una velocidad de aproximadamente 59 kilómetros por segundo (210.000 kilómetros por hora) y se queman debido a la fricción con el aire. Esto produce las brillantes estelas de luz que conocemos como estrellas fugaces. 

El nombre "Perseidas" proviene de la constelación de Perseo, desde donde parecen irradiar las estrellas fugaces en el cielo. Este punto radiante es el punto en el cielo desde el cual parecen originarse todas las estrellas fugaces de esta lluvia en particular. Las Perseidas también son conocidas como las "Lágrimas de San Lorenzo", ya que su período de máxima actividad suele coincidir con el 10 de agosto, el día en que se celebra esta festividad.    

El pico de actividad de las Perseidas generalmente ocurre a mediados de agosto, específicamente alrededor del 11 al 14 de agosto. Durante este período, se pueden observar tasas impresionantes de hasta 60 o más estrellas fugaces por hora en lugares oscuros y sin contaminación lumínica. Sin embargo, las Perseidas suelen ser visibles desde finales de julio hasta finales de agosto, por lo que si no puedes observarlas en el pico de actividad, aún tendrás oportunidades de disfrutar de este espectáculo celestial. 

Según afirman expertos como la periodista científica Rebecca Boyle, en 2023 el fenómeno será especialmente vistoso, sobre todo porque la luna no estorbará. Nuestro satélite, en cuarto creciente, saldrá justo antes del amanecer y alcanzará su fase de luna nueva el 16 de agosto. En lugares muy oscuros, sin luz lunar ni artificial, se podrán ver hasta 90 Perseidas por hora.  

La NASA dice que se pueden esperar unas 40 por hora si se sale de las ciudades y los suburbios densos. "Eso es aproximadamente una cada dos minutos, lo que no está nada mal", asegura Bill Cooke, director de la Oficina de Medio Ambiente de Meteoroides de la NASA, en el blog de la institución

Los meteoros suelen emitir destellos blancos, naranjas, verdes, rosas y morados. El contenido metálico de un cometa o asteroide determina el color que se verá al desintegrarse; las Perseidas suelen contener hierro, níquel, magnesio y calcio. 

Los meteoros y sus piedras asociadas, los meteoritos, fueron muy apreciados -y a veces temidos como malos augurios- durante milenios, antes de que los científicos descubrieran lo que eran. Los astrónomos griegos sabían que procedían de encima de la Tierra, e intentaron comprender este reino; aún hoy llamamos "meteorología" al estudio de los sistemas climáticos de la Tierra, sus fenómenos atmosféricos. 

Ahora sabemos que los meteoros no son presagios de catástrofes, pero el progenitor de las Perseidas, el cometa, podría suponer una amenaza en un futuro muy lejano. Con 16 millas de diámetro, es con mucho el objeto más grande que ha cruzado repetidamente la órbita de la Tierra.  

Además, se desplaza a gran velocidad -los cometas suelen orbitar alrededor del Sol a mayor velocidad que sus hermanos celestes, los asteroides-, por lo que un impacto directo podría poner fin a la civilización. Sin embargo, los astrónomos afirman que el cometa progenitor de las Perseidas no nos impactará hasta dentro de 2.250 años como mínimo, y lo que ocurra entonces, si es que ocurre, es hoy difícil de predecir. 

A día de hoy, la lluvia de Perseidas es un evento celestial emocionante que nos brinda la oportunidad de contemplar la belleza del cosmos en todo su esplendor. Con un poco de planificación y paciencia, podemos ser testigos de un espectáculo que ha cautivado a la humanidad durante siglos y seguirá haciéndolo en los años venideros.  

Consejos para la observación  

La observación de las Perseidas no requiere ningún equipo especial, como telescopios o binoculares. En cambio, todo lo que necesitas es un cielo oscuro y claro, lejos de las luces de la ciudad. Aquí hay algunos consejos para maximizar tu experiencia de observación: 

1. Busca un lugar oscuro: La contaminación lumínica puede disminuir significativamente la visibilidad de las estrellas fugaces. Busca un lugar alejado de las luces de la ciudad para una experiencia óptima. 

2. Hora adecuada: El mejor momento para observar las Perseidas es después de la medianoche, cuando la Tierra se encuentra en la parte de su órbita que la lleva directamente a través de la nube de partículas del cometa. Sin embargo, incluso antes de la medianoche podrás ver algunas estrellas fugaces. 

3. Equipo necesario: No se necesita equipo especializado. Observa directamente a simple vista para abarcar la mayor parte del cielo posible. 

4. Mantén la paciencia: Las estrellas fugaces pueden ser impredecibles, por lo que es importante ser paciente. Dedica al menos una hora a la observación para tener una buena oportunidad de ver múltiples meteoros. 

5. Comodidad: Lleva contigo una silla reclinable o una manta para sentarte y mirar el cielo cómodamente. El proceso puede llevar tiempo, y estar relajado te permitirá disfrutarlo al máximo. 

6. Evita la luna brillante: Elige una noche en la que la luna esté en su fase menos luminosa, ya que la luz de la luna puede disminuir la visibilidad de las estrellas fugaces más débiles.