Los trenes nocturnos aceleran la muerte de los vuelos de bajo coste

La subida de precios, la conciencia ecológica y la reducción de viajes de empresa en avión están "dando alas" al tren como medio de transporte

Gonzalo Díaz Bonet.

Especialista en Tecnología y Sostenibilidad.

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Tren nocturno.
Tren nocturno.

Los vuelos de bajo coste empezaron a morir en agosto de 2022. Su creador y máximo impulsor durante años, el CEO de Ryanair Michael O’Leary, fue el primero en anunciar que el modelo no era sostenible y que sus horas estaban contadas. La subida de los precios del petróleo impulsada por el conflicto de Ucrania fue el detonante, pero lo cierto es que esta forma de viajar se estaba quedando ya caduca, al menos para gran parte de la población joven. 

En Suecia, un 23% de sus ciudadanos ya renuncian a volar para reducir su impacto en el cambio climático.  Es lo que se conoce como ‘flygskam’ o vergüenza a volar, un movimiento inicialmente impulsado por el atleta olímpico Bjorn Ferry que ha alcanzado popularidad internacional gracias a la activista climática Greta Thunberg.  

Este movimiento se centra especialmente en evitar los vuelos de corta distancia, trayectos entre capitales europeas que duran menos de una hora y que puedes realizar en tren con total comodidad. Con buenas conexiones, excelentes horarios y contaminando muchísimo menos. 

Y es que viajar en avión contamina 20 veces más de lo que contamina el tren. Las emisiones del avión son, en promedio, de unos 285 gramos de CO2 por persona y kilómetro volado, mientras que las de un tren son de 14 gramos de CO2 por persona y por kilómetro de media.    

Trayectos entre ciudades españolas como Madrid y Valencia o Madrid y Sevilla difícilmente se volverán hacer en avión. Como era antes de la llegada de las tarifas low-cost. Eran rutas que –salvo por motivos profesionales- nadie se planteaba, hasta que aparecieron precios que rondaban los 15 euros por persona en viajes de ida y vuelta. Te salía más caro el taxi del aeropuerto a la ciudad. 

Ahora, todo este modelo tiene los días contados. A la subida de los precios y la conciencia ecologista se suma un tercer añadido: la reducción drástica del número de viajes de empresa. Compañías como Grifols han reducido un 64% los viajes en avión de sus ejecutivos en relación a los niveles prepandemia de 2019. 

No solo es el aumento de las videoconferencias, sino la recomendación explícita de que usen el tren ante el aumento de la conciencia medioambiental. Compañías como Acciona o KPMG han sido reconocidas por fomentar este medio de transporte, que está volviendo a vivir una segunda edad de oro en pleno siglo XXI. 

También para trayectos largos 

Porque además casi nos habíamos olvidado de una cosa. En tren también se puede viajar de noche. Y eso nos permite hacer trayectos largos mientras dormimos cómodamente en nuestro vagón litera. Algo tan sencillo, pero tan práctico que está cambiando la movilidad de todos los europeos. 

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Algo menos, eso sí, en España. Renfe prescindió de sus últimos cuatro trenes noctámbulos en 2020 y no se plantea reabrirlos ni poner en marcha otros. Por eso mismo, algunas compañías extranjeras están estudiando rutas a Barcelona desde Zúrich y Ámsterdam. 

Es el caso de European Sleeper, una empresa emergente que aspira a conectar Europa de esta forma. Su primera ruta Berlín-Bruselas comenzó su andadura hace poco. "Queremos ampliar esta ruta a Praga, para que sea una verdadera conexión este-oeste en Europa central y entre Europa central y occidental. Creemos que es una combinación crucial de ciudades. El siguiente paso es aún más emocionante. Queremos ir de Ámsterdam a Barcelona", dice su CEO, Chris Engelsman. 

Con muchas menos emisiones de dióxido de carbono, los trenes nocturnos son más ecológicos y baratos que los aviones.Y no necesariamente están reservados a jóvenes aventureros o adictos al Interrail. "También tenemos más vagones de lujo en el tren, donde vemos a muchas parejas de ancianos que solían viajar en tren cuando eran jóvenes. Todos viajaban en tren y están acostumbrados”, dice Engelsman.  

“A los más jóvenes tenemos que enseñarles lo agradable que es viajar en tren por la noche, que es más emocionante que volar. Y a los niños siempre les encanta. Yo tengo tres hijos y siempre que podemos viajamos en tren. Estar con la familia en el tren y viajar es muy emocionante, sobre todo para los niños", concluye.