¿Cómo va a funcionar el tirachinas para cohetes de la NASA?

El proyecto ha sido probado ya con éxito y podría servir para que la NASA ahorre millones de dólares en la conquista espacial. Se lanzarían muchos más cohetes sin los motores de propulsión.

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Tirachinas para cohetes
Tirachinas para cohetes

Lanzar un cohete al espacio requiere de mucho combustible. Por eso la NASA anda buscando una alternativa desde hace mucho tiempo. Y uno de los proyectos en estudio, según la web Hipertextual, es una especie de tirachinas que sirve para lanzar naves sin motor al espacio. El vídeo que aparece bajo estas líneas muestra cómo funciona. 

No es lógico que con la crisis energética que azota el mundo se desperdicien millones de dólares en combustible. Pero las investigaciones no son de ahora. La NASA lleva varios años, concretamente desde el 2015, devanando los sesos de sus ingenieros en un proyecto que sea una alternativa viable a los lanzamientos de cohetes tradicionales. El último proyecto fue aprobado en el 2021, y es viable. La primera prueba se llevó a cabo en Nuevo México en el 2022. Y se espera que tanto la NASA como los clientes de la empresa puedan empezar acceder al sistema en el 2024 para usarlo en los años siguientes. 

El tirachinas gigante tiene un diámetro de 91 metros y alcanza unas velocidades de casi 8.047 kilómetros por hora

El proyecto está siendo desarrollado por SpinLaunch​​​ y el sistema no guarda un parecido ni siquiera remoto con ninguna pista de lanzamiento convencional. Su aspecto recuerda al de una moderna aspiradora automática o a una antena de enormes dimensiones, pero funciona como una especie de centrifugadora. Se basa en un sistema cinético que lanza objetos al exterior mediante la creación de una honda gigantesca.

El proyecto de tirachinas espacial para la NASA tiene un diámetro de 91 metros y alcanza unas velocidades de casi 8.047 kilómetros por hora. Nada que envidiar a los motores de propulsión tradicionales de los cohetes. La nave gira sobre si misma como si de un frisbie como los que se usan para jugar con los perros, y permanecería anclada a la plataforma hasta que se consiguiera la velocidad requerida. Después saldría despedida por un tubo hasta llegar al espacio.  El sistema supondría un ahorro diez veces menor que el de un lanzamiento tradicional y se utilizaría cuatro veces menos de combustible. 

La pregunta que nos planteamos es si el organismo humano podrá soportar estos giros. Parece ser que no. Jonathan Yaney, responsable de los estudios llevados a cabo par el desarrollo del supertirachinas ha dicho que estamos ante "un enfoque revolucionario para el lanzamiento de satélites al espacio".  Es más, todo lo que se pensara lanzar al espacio tendría que estar preparado para soportar la altísima velocidad a la que estaría sometido antes de que tuviera lugar el lanzamiento.