¿Qué dicen los ciberseguros sobre robos en un entorno bélico?

La principal pregunta que se hacen las empresas es hasta qué punto cubren los ciberseguros los daños originados en un entorno histórico bélico.

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Seguros en tiempo de ciberguerra
Seguros en tiempo de ciberguerra

¿Qué ocurre con los seguros por ciberataque cuando estamos inmersos en una guerra? La invasión de Rusia a Ucrania y la posterior guerra que esta ha desencadenado se han cobrado ya un gran número de víctimas y ha originado la huida de más de cuatro millones de civiles del territorio ucraniano. De forma paralela, otra guerra, la cibernética, se ha intensificado. Afecta a un cada vez mayor número de administraciones públicas, empresas y organizaciones de todos los tamaños. España ha sido objetivo en las últimas semanas de un 5% más de ciberamenazas que antes del 24 de febrero cuando se inició el conflicto, de lo que algunos llaman ya el comienzo de la tercer guerra mundial. 

Carolina Daantje, directora de Ciberriesgos en WTW, afirma: “Desde el inicio de la guerra, los ciberataques, tanto los dirigidos a las infraestructuras del Estado como a los negocios y la población, no han dejado de crecer en todo el mundo. Algunos están promovidos directamente desde Rusia y otros parten de grupos de activistas de ambos bandos. El escenario de la ciberseguridad, ya previamente complejo, se torna cada vez más agresivo por el conflicto bélico y hay que extremar las precauciones”.

A nivel nacional, el Ministerio de Defensa ha elevado el nivel de alerta cibernética al 3 (sobre 5), tras el incremento de la actividad detectada procedente de Rusia al inicio de la invasión de Ucrania. El problema es que casi todos los seguros de ciberriesgo tiene algún tipo de cláusula de exclusión de guerra. Los detalles de cómo responderá cada póliza ante las pérdidas causadas por un ciberataque desplegado desde Rusia en el contexto de la invasión de Ucrania variarán, así, en función del seguro contratado.

Todo el mundo sabe que existen ataques patrocinados por determinadas naciones que siempre terminan negando estar detrás de los grupos de ciberterrorismo, aunque no hubiera una guerra declarada. Ahora la situación ha cambiado. Para los analistas de WTW es poco probable que una aseguradora decida eliminar este tipo de exclusión, pero sí hay ciertas cuestiones a tener en cuenta que pueden ayudar:

  • La lista de eventos que activan la exclusión puede variar mucho. Aunque se conoce como exclusión de guerra, los eventos que la activan no tienen por qué referirse solamente a un conflicto armado. Pueden incluir hostilidades, sanciones y otras situaciones derivadas de la guerra. La lista de estos eventos debe ser revisada en detalle por el asegurado para saber a qué debe atenerse.
  • La causalidad no siempre se interpreta de la misma manera. En función de la jurisdicción que aplique, los términos que definen la causalidad podrán ser interpretados de diferentes maneras. Expresiones como “derivado de” o “causado directa o indirectamente por” deben ser analizadas cuidadosamente.
  • La cláusula de ciberterrorismo. En ocasiones, la exclusión de guerra no afecta a los sucesos de ciberterrorismo. Normalmente, las coberturas por terrorismo cibernético se limitan a ataques aislados desplegados por grupos con objetivos ideológicos concretos. Establecer si un evento es terrorismo o forma parte de una estrategia bélica más amplia será importante para determinar si la exclusión de guerra se activa o no.

Ante esta situación, desde WTW aconsejan que los asegurados trabajen con su broker para revisar en detalle su póliza de ciberriesgos y discutir posibles opciones de cobertura.

Algunos consejos de ciberseguridad en tiempos de guerra

Para los analistas de WTW, las empresas deben ser conscientes de que el conflicto cibernético no está limitado por las fronteras geográficas y cualquiera puede acabar siendo víctima indirecta de un ataque. Los daños de una infección por malware o un ataque a la cadena de suministro tecnológica pueden causar impactos financieros, operativos y reputacionales importantes.

En este contexto, WTW recomienda establecer una serie de medidas prioritarias para controlar en lo posible los daños cibernéticos. Son consejos aplicables actualmente y también bajo cualquier circusntancia:

  • Concienciar a los empleados de la situación: el elemento humano sigue siendo la vulnerabilidad que más explotan los ciberdelincuentes. Mediante técnicas de phishing o ingeniería social, los atacantes pueden tener acceso al sistema de toda la organización. Uno de los primeros pasos debe ser recordar a todos los empleados que han de estar atentos a cualquier correo electrónico sospechoso y, en particular, a aquellos que incluyan documentos adjuntos o enlaces desconocidos.
  • Reforzar la estrategia de backup. En caso de ataque, contar con copias de seguridad recientes de los datos y del sistema permite recuperar la actividad más rápido y no interrumpir el negocio durante demasiado tiempo. Así, en esta situación, es clave revisar y reforzar la estrategia de backup de la compañía.
  • Proteger los activos y las cuentas críticas: las organizaciones deben identificar sus activos críticos y aquellas cuentas con niveles de acceso elevados para protegerlas. Limitar los permisos de acceso o establecer niveles de autenticación más elevados son medidas que reducirán los riesgos.
  • Analizar las vulnerabilidades de la cadena de suministro de tecnología: muchos de los últimos grandes ciberataques han estado dirigidos a proveedores de servicios tecnológicos, ya que las probabilidades de impactar en más empresas son altas. Las organizaciones deben analizar y conocer en profundidad su cadena de suministros de tecnología para responder de forma efectiva en caso de incidente.
  • Reforzar la estrategia de detección, gestión y respuesta: esta debe estar  optimizada al máximo para garantizar una detección, gestión y respuesta eficaces ante posibles ciberataques.

Como insiste Carolina Daantje, es importante contar con una estrategia adecuada para reducir el impacto operativo, financiero y reputacional de los incidentes. Y es crucial que las compañías cuenten con un seguro específico de ciberriesgos, independientemente de su tamaño o actividad”.