EE UU y Rusia dirimen en la ONU el liderazgo de la regulación de Internet

Ambos países están moviendo sus hilos diplomáticos para posicionar lo mejor posible a sus respectivos candidatos a dirigir la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), la agencia de las Naciones Unidas que modula el uso de Internet.

Pedro Fernaud

Periodista

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EE.UU y Rusia se disputan la dirección de la UIT, el organismo de la ONU que regula Internet a escala planetaria. Imagen de Mohamed Hassan en Pixabay
EE.UU y Rusia se disputan la dirección de la UIT, el organismo de la ONU que regula Internet a escala planetaria. Imagen de Mohamed Hassan en Pixabay

El Palacio del Parlamento de Rumanía es el edificio más pesado del mundo. Esta valoración puramente material también tiene una carga histórica considerable. Hablamos de una gigantesca obra arquitectónica, que fue concebida en su momento para alojar a toda la burocracia federal del país. No en vano alberga en su interior hasta 1.100 habitaciones. En aquel momento, cuando se edificó, el país estaba articulado por el sistema comunista y era gobernado con puño de hierro por el dictador Nicolae Ceaușescu, que dirigió el país entre 1967 y 1989, año en el que se produjo una violenta revolución que acabó con la ejecución del propio Ceaușescu, entre otros dirigentes. 

Pues bien, en ese palacio, se va a celebrar, el próximo 29 de septiembre, una elección que un exjefe de regulación de comunicaciones de EE. UU. ha descrito como “la elección más importante de la que nunca he escuchado hablar”. En concreto, representantes de países de todo el orbe se van a reunir para votar quién es el próximo secretario general de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), una agencia de las Naciones Unidas que ya establece los estándares para asuntos como llamadas telefónicas y frecuencias de radio y podría, si los estados autoritarios se salen con la suya, hacer lo mismo para la Internet, según detalla el diario The Sydney Morning Herald. 

La encrucijada entre regular Internet o querer manipularla 

Es una elección que determinará el futuro del ciberespacio”, considera Mercedes Page, miembro del Foro Internacional de Estrategia, en un artículo para el Instituto Lowy, un think tank australiano, especializado en desmenuzar cuestiones políticas, estratégicas y económicas internacionales

Por su propia naturaleza, Internet no tiene una estructura interna muy definida; es algo así como un océano de información, un terreno a medio explorar, en el que prima la libertad de expresión y de formas de canalizarlos, en una vertiente expansiva que admite amplias formas de diversidad cultural e ideológica. Sin embargo, existen estándares clave que se necesitan articular (y regular)  para posibilitar que los ordenadores y dispositivos digitales se comuniquen entre sí y se carguen las páginas web. En su mayoría, esos patrones los fijan algunas ONG, grandes empresas como Google, académicos e investigadores independientes. Algunos de los cuales han estado involucrados en Internet desde sus inicios, como un experimento utópico no regulado.

No obstante, esa tendencia libérrima está siendo matizada por los gobiernos, en la medida en que crece la importancia geoestratégica, política, económica y tecnológica de la Red. Los ejecutivos del mundo quieren, en suma, modular cómo funciona Internet para su pueblo.

Los países democráticos han otorgado a sus agencias que regulan Internet poderes para espiar a los usuarios para detectar amenazas de seguridad, eliminar contenido reprobable e intervenir en sistemas privados, en el caso de que haya un ataque cibernético. Pero hay límites para estos poderes y la libertad de expresión online generalmente queda salvaguardada. 

Ante semejante reto, los países democráticos del bloque occidental han otorgado a algunas de sus agencias gubernamentales, las encargadas de regular Internet, determinadas capacidades para velar por la ciberseguridad de sus naciones. Entre esos poderes, figura la posibilidad de espiar a los usuarios para detectar amenazas de seguridad, eliminar contenido reprobable e intervenir en sistemas privados, en el caso de que haya un ataque cibernético. En España por ejemplo, juega un papel capital en esa regulación La Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y del Comercio Electrónico, modelada para regular servicios de Internet y otras redes digitales aplicando un extenso concepto de servicio. Pero hay límites para estos poderes y la libertad de expresión online generalmente queda salvaguardada. 

Sin embargo, en países como China, donde las identidades en línea son rigurosamente monitoreadas y los temas políticamente sensibles resultan censurados, ese no es el caso. “Rusia y China buscan trasladar la gobernanza de Internet a la UIT, donde el diseño de abajo hacia arriba de los estándares de Internet podría reemplazarse con decisiones de arriba hacia abajo basadas en la política de los estados-nación”, disecciona  Wheeler, uno de los funcionarios estadounidenses designado por la administración de Obama para estudiar y regular estos temas. 

Cuál es el valor geoestratégico de la votación de Bucarest

La votación en Bucarest no es un respaldo absoluto a ninguno de estos futuros (los estándares de Internet evolucionan gradualmente y las propuestas anteriores de China para dar más poder regulador a los estados nación han sido rechazadas), pero mostrará qué bloque tiene más capacidad de influencia en el ámbito internacional. El resultado de esta elección es crucial porque, dependiendo del resultado, podría acelerar la fragmentación de Internet a medida que los países optan por desviarse de los estándares internacionales.

Los dos principales aspirantes a dirigir la UIT

El caso es que los dos principales candidatos para dirigir la UIT corresponden a dos grandes superpotencias militares del planeta: Estados Unidos y Rusia. Por parte estadounidense, la candidata es Doreen Bogdan-Martin, la vigente Directora de la Oficina de Desarrollo de las Telecomunicaciones de la UIT, cargo que ejerce desde el 1 de enero de 2019. Líder estratégica con 30 años de experiencia en las relaciones internacionales e intergubernamentales al más alto nivel, tiene una larga hoja de servicios en la primera línea gestora, que incluyen el análisis y el desarrollo políticos y estratégicos. Ha asesorado a gobiernos de varios países en asuntos de política y reglamentación y participa en calidad de oradora habitual en foros y cumbres internacionales de alto nivel.

Bogdan-Martin, estadounidense: amplia experiencia gestora en la ONU

Bogdan-Martin es afiliada del Centro Berkman-Klein para Internet y la Sociedad de la Universidad de Harvard y aboga por la labor de la iniciativa Generation Unlimited (un programa de formación en colaboración con UNICEF, con el que se aspira a mejorar el futuro laboral de jóvenes entre 16 y 25 años en situación vulnerable, tanto en España como en el resto del mundo). Es miembro de varios órganos asesores, en particular la iniciativa Geneva-Tsinghua. Además es copresidenta del Grupo de Planificación Estratégica de las Naciones Unidas, presidenta del Consejo Académico de la Red Suiza de Estudios Internacionales, y miembro de la Junta de Gobierno de la Escuela Superior del Personal del Sistema de las Naciones Unidas. No en vano está certificada en Responsabilidad y Ética del Programa para Líderes de Naciones Unidas. Es también radioaficionada.

Rashid Ismailov, ruso: políglota y con experiencia gestora en gigantes de telecomunicaciones 

Rashid Ismailov, de Rusia, es el otro candidato a dirigir esta prestigiosa agencia. Hablamos del exviceministro del departamento de telecomunicaciones y comunicaciones masivas del país presidido por Vladimir Putin. Además, ha ejercido como ejecutivo de una serie de gigantes de la industria, incluidos Nokia y Huawei. En Nokia, sus actividades incluyeron liderar un equipo de integración para la región noreste (Escandinavia, los países bálticos, la CEI y Turquía) para Nokia Networks en el proceso de su fusión con Siemens. Habla con fluidez inglés, italiano, portugués y turco, y posee conocimientos prácticos de español, alemán y francés.

El candidato ruso quiere que "la UIT se centre más en sus objetivos reales: frecuencias, estandarización, etcétera". Aunque, matiza, "esto no será totalmente posible porque la tecnología ahora es una parte integral de nuestra vida cotidiana, incluida la geopolítica”. Frente a ese perfil, la candidata esradounidense se centra en sus décadas de trabajo en la UIT y en garantizar la conectividad digital para todos. 

En un video publicado por la Misión Rusa ante las Naciones Unidas, Ismailov reconoce que la UIT ha sido politizada. Primero, por cuestiones de acceso al espacio para satélites de comunicaciones, y luego por Internet. No obstante, presenta su candidatura como un antídoto para esas dinámicas. Interpelado sobre los intentos de excluir a Rusia de la organización debido a la invasión no provocada de Ucrania por parte del presidente ruso, Vladimir Putin, responde: “Si soy elegido, me esforzaré por evitar esta politización”, matiza Ismailov en la entrevista traducida. “Quiero asegurarme de que la organización se centre más en sus objetivos reales: frecuencias, estandarización, etcétera. Por supuesto, esto no será totalmente posible porque la tecnología ahora es una parte integral de nuestra vida cotidiana, incluida la geopolítica”. Además, Ismailov denuncia  los intentos de aprobar mociones que castigan a Rusia por la invasión de Ucrania. Algo, recalca este profesional ruso de las telecomunicaciones, que es una "violación flagrante" de las reglas de la UIT, que prohíben la discriminación basada en la nacionalidad. Frente a ese perfil, la candidatura de Bogdan-Martin se centra en sus décadas de trabajo en la UIT y en garantizar la conectividad digital para todos. 

El vencedor de esta pugna, crucial para determinar el futuro de las telecomunicaciones e Internet a escala mundial, se determinará por votación secreta el próximo 29 de septiembre en Bucarest, Rumanía