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Malestar entre las Fuerzas Armadas por las condecoraciones con distintivo rojo a los "héroes" de Kabul

Se considera excesiva la concesión de medallas con distintivo rojo, que son las destinadas a premiar la heroicidad en acciones de combate.

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Fuentes de las Fuerzas Armadas consideran excesiva la concesión de la medalla con distintivo rojo.
Fuentes de las Fuerzas Armadas consideran excesiva la concesión de la medalla con distintivo rojo.

Margarita Robles, la ministra de Defensa, se ha excedido. No es, ni de lejos, un personaje achicharrado como Marlaska, a quien Sánchez llegó a pensar en sustituir por ella, según supo Escudo Digital y publicamos en su momento. Sería la auténtica alternativa de Sánchez, pero según fuentes militadas consultadas, le falta asesoramiento para no meter la pata. La  evacuación de Kabul fue complicada, no fue sencilla, pero varias fuentes relacionadas con el Ejército han confirmado a nuestro medio que existe un cierto malestar entre las Fuerzas Armadas por haber impuesto dieciocho cruces al mérito militar con distintivo rojo, reservadas solo para acciones de combate.

Estamos hablando de cuatro condecoraciones a miembros del Ejército de Tierra (un coronel, un comandante y dos brigadas) y de catorce cruces del Mérito Aeronáutico con distintivo rojo a efectivos del Ejército del Aire (dos tenientes, cuatro comandantes, tres capitanes, un subteniente, dos brigadas, un sargento primero y un cabo primero).

La cruz con distintivo rojo se otorga a personas que, "con valor", han realizado "acciones, hechos o servicios eficaces en el transcurso de un conflicto armado o de operaciones militares que impliquen o puedan implicar el uso de fuerza armada, y que conlleven unas dotes militares o de mando significativas".

Un acto militar políticamente muy correcto que sirve para dar "autobombo" 

La cruz con distintivo azul se concede por su parte por acciones o hechos "extraordinarios" desarrollados en operaciones de organizaciones internacionales; mientras que la blanca por méritos "que se efectúen durante la prestación de las misiones o servicios que ordinaria o extraordinariamente sean encomendados a las Fuerzas Armadas o que estén relacionados con la Defensa".

Margarita Robles condecoraba  este viernes a 164 "héroes" que formaron parte de la misión de evacuación del aeropuerto de Kabul (Afganistán) a finales de agosto, unos días en los que ha asegurado que "toda España vibró" con las Fuerzas Armadas y su misión.

El acto tuvo lugar en la Escuela de Guerra del Ejército de Tierra, donde Robles Robles no solo impuso las dieciocho cruces al mérito militar con distintivo rojo, sino también 83 con distintivo azul y otras 63 con distintivo blanco a militares que participaron en la última misión en Afganistán tras 20 años de operación. Se trataría claramente de un acto algo propagandístico, ya que aunque se trataba de una misión complicada, no era el "desembargo de Normandía". La inmensa mayoría de las  misiones realizadas en Afganistan a lo largo de los últimos 20 años han tenido, afirman nuestras fuentes, mucho más peligro.

Incluso en Irak, una guerra vergonzante para el Presidente Zapatero y también para José Bono, se negaron medallas pecuniarias (las del distintivo rojo no lo son)  a soldados que no solo participaron en actos heroicos, sino que también sufrieron lesiones y estrés postraumático, un síndrome que no fue reconocido en su momento. Hasta IU elevó una protesta en una comisión parlamentaria en defensa de uno de los afectados. Y es que aquella era una "guerra que no vendía", y había que enterrar su recuerdo. Premiar a los soldados que se jugaban la vida allí, afirman nuestras fuentes, tras abandonar Irak, resultaba difícil de explicar a la progresía, debieron pensar Bono y Zapatero.  

En este caso, estamos ante una acción "bélica" políticamente mucho más correcta, aunque era el Ejército americano el que controlaba el Aeropuerto y hasta los afganos colaboraron con la evacuación. Acompañados de familiares de los militares, en el acto también ha participado una de las familias evacuadas: Sami, su mujer Marian y su hija Samia, quienes salieron de Kabul el 18 de agosto y han agradecido a España la oportunidad que se les ha brindado para iniciar de nuevo de su vida. El acto ha merecido la pena para la ministra, ya que se han conseguido unas fotos muy bonitas, y ha conseguido propulsar más su prestigio. Salir de Irak y dejar a la población del país afgano desprotegida no es algo de lo cual Occidente deba sentirse orgulloso. No vienen a cuento las alaracas, y cuanto más discretos sean los actos en este sentido mejor. 

Robles asegura que está muy atenta a la situación en Afganistan

La ministra de defensa con una familia afgana durante el acto
La ministra de defensa con una familia afgana.

Robles ha aprovechado para recordar a los 102 militares españoles que perdieron la vida en Afganistán durante los 20 años que duró la misión y también a los 13 marines estadounidenses que fallecieron en el atentado perpetrado en el aeropuerto de Kabul en los últimos días de la misión de evacuación, según informa la agencia de noticias Europa Press.

Este trágico suceso demuestra la peligrosidad de la labor a la que se enfrentaron las Fuerzas Armadas españolas, ha manifestado la ministra, quien ha garantizado que cuentan con la "gratitud y absoluta" de toda España.

Según ha ensalzado, los militares españoles demostraron que están siempre "donde se les necesita" y lo hacen "de forma callada". "Donde hay una vida humana que salvar, con silencio y preparación estáis vosotros", ha agradecido. Además, Robles ha asegurado que España sigue muy atenta la evolución de la situación en Afganistán y continuará trabajando en las instituciones internacionales para lograr que el país avance hacia "un mundo nuevo y mejor".

También el Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), almirante general Teodoro López Calderón, ha agradecido a los condecorados su "esfuerzo, entrega desinteresada y profesionalidad" para hacer frente con escaso tiempo de preparación a una misión "incierta, cambiante y de riesgo". En este sentido, ha reconocido que las decisiones adoptadas sobre el terreno y la responsabilidad asumida fueron "esenciales" para el cumplimiento de la operación.

El coronel del Ejército de Tierra Alfonso Álvarez Planelles, jefe del contingente en Kabul, destacó la "intensidad" de la operación, sumada al impacto de la situación de los afganos que querían salir del país y el atentado sufrido por las tropas de Estados Unidos. "Fue muy duro porque habíamos estado con ellos en las puertas", ha reconocido.

En cualquier caso, y pese a los momentos excepcionales allí vivimos, ha explicado que las Fuerzas Armadas se preparan "muy bien" para las misiones y así lo demostraron en Afganistán: "Sabíamos que nuestras capacidades eran muchas y confiábamos en ellas".

Uno de los aviones A400M del Ejército del Aire que realizaron hasta once rotaciones entre Kabul y Dubái cargados de refugiados afganos estaba pilotado por la capitán María Jesús Pérez de Zafra, quien recuerda con emoción la misión y ve con orgullo cómo hoy muchas de esas familias están ya formando una nueva vida en España.

Según reconoce, uno de los momentos más impactantes fue el primer vuelo que lograron realizar desde el aeropuerto afgano con el avión lleno de familias, muchas mujeres y niños, que dejaban el país sin ninguna pertenencia. "Orgullosa de haber podido participar y ayudar", ha asegurado reconociendo la emoción que siente al ver ahora que estas familias podrán tener en España una vida que no hubieran podido tener en Afganistán. Evidentemente, lo que se hizo en Kabul es una tarea humanitaria digna de elogio, pero no era preciso conceder medallas con distintivo rojo y resulta excesivo. "Mucho más adecuada habría sido la concesión de medallas con distintivo azul, que son un punto más que las ordinaraias con distintivo blanco".