¿Volveremos a ver la “mili” en España?

La guerra de Ucrania empuja los países europeos a replantearse el servicio militar obligatorio.

Ramón C. Riva.

Ex militar y experto en Seguridad.

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Primer plano de soldados.
Primer plano de soldados.

Europa y Occidente, en general, no solo se rearman sino que se plantean aumentar las plantillas de sus fuerzas armadas. El problema es que la mitad de ellos no logran completar con militares profesionales los nuevos organigramas que responden a la nueva situación estratégica.

El final de la Guerra Fría trajo consigo la reducción de presupuestos militares en los países OTAN y aliados, lo que implicaba una obligada reducción en personal militar y un cambio de modelo de fuerzas armadas pasando de muchos efectivos de servicio militar obligatorio a militares profesionales, con menos efectivos, pero mejor preparados. Y, en teoría, con unos medios y potencia de fuego mucho mayor.

El mayor ejemplo de esta reducción quizás sea la mayor potencia económica de Europa, Alemania, país que al mismo ritmo que sus fronteras se alejaban de las divisiones acorazadas del Pacto Varsovia fue reduciendo sus fuerzas propias hasta el punto -impensable en Alemania– de presentarse en unas maniobras conjuntas de la OTAN en Noruega armados con palos de madera en 2014. Sí, con palos de madera. Sucedió cuando estas tropas tomaban parte en unos ejercicios para la Fuerza de Reacción Rápida de la OTAN, formada como respuesta a la intervención rusa en la crisis de Ucrania, y en los que, como no contaban con fusiles suficientes para todos, los palos, cubiertos de pintura negra, fueron la solución. Hablamos de Alemania.

Palos, cubiertos de pintura negra, para simular fusiles.
Palos, cubiertos de pintura negra, para simular fusiles.

Alemania, al igual que España, Italia o Francia, abolió el servicio militar obligatorio tras el final de la Guerra Fría; una “mili” que solo se ha mantenido en siete países europeos: Dinamarca, Estonia, Finlandia, Chipre, Grecia, Austria y Suiza.

No habían pasado ni dos años de la caída del Muro de Berlín cuando el 1 de julio de 1991 dejó de existir el Pacto de Varsovia. Tras 36 años, el Bloque del Este, liderado por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), llegaba a su fin mientras sus integrantes evolucionaban con distintas velocidades hacia sistemas democráticos con economías de mercado.

"Mientras la Industria de Defensa occidental no para de buscar y reclutar lo que llaman talento, las fuerzas armadas de Europa no logran atraer la cantidad de futuros militares profesionales que deben acompañar ese esfuerzo inversor y de autodefensa".

Una vez derrumbado el Bloque del Este las naciones que lo conformaron se acercaron progresivamente hacia la OTAN. Así, en 1999 República Checa, Hungría y Polonia fueron los primeros “ex comunistas” en unirse a la OTAN. Bulgaria, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Letonia y Lituania (los últimos tres fueron integrantes de la URSS) concretaron el proceso de adhesión en 2004.

En aquellos momentos, los integristas islámicos y la creciente influencia de China se convirtieron en el gran desafío estratégico (hasta el punto de que Estados Unidos creó en 2021 AUKUSuna segunda OTAN en el Pacífico para frenar al gigante asiático), dejando en un segundo o tercer nivel a Rusia, a pesar de la Primera Guerra de Chechenia (1994), de las dos incursiones militares en Georgia (2008), de su polémica intervención en la guerra civil Siria, de la anexión de Crimea (2014) y de la invasión de la propia Ucrania (2022). Hasta este último momento, Europa no había visto “los cuernos al toro”.

Actualmente, mientras la Industria de Defensa occidental no para de buscar y reclutar lo que llaman talento (que viene a significar con nomenclatura de empresa privada aumentos de plantilla, producción y nuevos perfiles tecnológico), las fuerzas armadas de Europa no logran atraer al mismo ritmo la cantidad de futuros militares profesionales que deben acompañar ese esfuerzo inversor y de autodefensa.

Y es por ello que, en Francia, Emmanuel Macron incluyó en su programa electoral de 2018 el restablecimiento de un servicio militar obligatorio para hombres y mujeres de 16 a 21 años, con especial dedicación a la ciberseguridad.

En Suecia, siete años después de su abolición y por los problemas para encontrar personal voluntario para las unidades militares, ha regresado el servicio obligatorio.

Países Bajos anunció en abril que estudiará el modelo escandinavo de reclutamiento por cuotas ante las serias dificultades que enfrenta para atraer militares profesionales. (25% menos de sus necesidades).

Lituania, en 2015 recuperó parcialmente el servicio militar, poco después de que Moscú se anexionara Crimea, y Letonia ha copiado su modelo.

Por ello, cabe preguntarse sin ningún tipo de demagogia: ¿volveremos a ver la “mili” en España? Una mili que, por cierto, sí hizo el presidente Pedro Sánchez en Cáceres y no el líder de Vox, Santiago Abascal.