• Home /

  • Empresas /

  • BBVA cierra 110 oficinas más (y ya suman 480) “para redimensionar la red en España”

BBVA cierra 110 oficinas más (y ya suman 480) “para redimensionar la red en España”

Onur Genç reafirma su “apuesta por los canales digitales”, un mantra que no por necesario puede ser un eufemismo para justificar próximos “redimensionamientos de la red en España”.

Guardar

Ya a nadie le sorprende el uso del lenguaje que desde las distintas instancias se hace para explicar situaciones que tienen difícil explicación. La de “redimensionar la red en España” de una entidad bancaria como el BBVA, que ha reportado 3.311 millones de euros hasta el tercer trimestre de este año, es uno de los casos más impactantes que actualmente se pueden presenciar.

Y es que BBVA ha cerrado este domingo otras 110 oficinas, completando dicha “redimensión” que ha supuesto echar el cierre a un total de 480 oficinas bancarias.

Recordemos que el banco está ejecutando el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que pactó con los representantes de los trabajadores el pasado mes de junio, y que CGT impugnó -actualmente está visto para sentencia- en una lucha titánica “como la de David contra Goliat”, según fuentes del propio sindicato que aun así mantienen las esperanzas.

El ajuste implica la salida de 2.935 empleados (2.177 de la red de oficinas y 758 de servicios centrales y estructuras intermedias) y va acompañado de un plan para cerrar 480 oficinas.

El grueso de empleados de servicios centrales, estructuras intermedias y centro corporativo dejaron la entidad el pasado 31 de julio, mientras que los trabajadores de la red de oficinas están saliendo progresivamente mes a mes, en función de las oficinas que se van cerrando.

Los empleados de estas últimas 110 oficinas seguirán este mismo camino y abandonarán en su mayor parte la entidad bancaria, cuyos contratos se extinguirán a finales del mes.

Pero no todo es tan sencillo y amigable como se esfuerzan por transmitir desde BBVA. Y es que este ERE que afecta a los casi 3.000 empleados, tanto procedentes de oficinas como de los servicios digitales, ha supuesto todo un drama para muchos de los empleados afectados, quienes llevan meses denunciando presiones para apuntarse, tal y como nos han explicado reiterativamente, y han puesto en tela de juicio su voluntariedad.

“Yo en mi caso recibí un aviso en el que se me presionaba a acogerme a lo que ellos llaman ERE, que no es más que un despido encubierto. No me escribieron, me llamaron para no dejar pruebas. Y me dijeron 'pincha' porque te vas a ir a sí o sí. O aceptas o te echamos, nada de circular, llamada de improviso”, nos explicó recientemente un empleado de servicios centrales, que ya sabía que estaba “nominado” para irse desde hace tiempo por su jefe.

A estas situaciones -de las que hemos recibido muchos testimonios de afectados, tal y como hemos venido informando desde Escudo Digital- hay que añadir la de quienes se quedan y deben asumir sin ningún tipo de refuerzo el trabajo de las sucursales cerradas, y lidiar el creciente enfado de los clientes, a su vez cada vez con más problemas para operar con su dinero de forma presencial.

Es el ejemplo de uno de los empleados que trabaja en una oficina de la Comunidad Valenciana, quien recientemente nos dijo: “Cuando alguien causa baja no se cubren los puestos, y como han cerrado las oficinas más próximas se duplica la carga de trabajo. Y si un cajero se pone enfermo, como nos ha sucedido por un largo periodo de tiempo, no abrimos la caja y se montan unos líos increíbles.  La gente quiere acceder, tienen un estrés horrible, y nosotros dentro también, pero si no vienen con cita previa no les dejan entrar. Y cada vez que entra uno de los que tienen cita y ven que ellos no pueden, pierden los nervios. No podemos ni salir a tomar un café en el tiempo de descanso correspondiente ni acercarnos a una farmacia, tenemos miedo de salir. Y es lógico lo que hacen, es su dinero”.

No ayuda el hecho, como nos confesó este trabajador, de “que nos hayan dado instrucciones taxativas para que seamos bordes, nada de buenas palabras. A los VIP los tratan de otra forma, pero para ellos tampoco es agradable ver estas situaciones al acceder a la sucursal, que parecen una escena de terror de una serie apocalíptica. No les gustan estas escenitas, y ellos mismos sufren porque parece que se han colado”.

CGT BBVA denunció en un comunicado estos hechos, que también afecta a quienes deben asumir nuevas responsabilidades en los servicios centrales. Así, “tras el verano, están al borde de un ataque de ansiedad junto con los gestores y gestoras comerciales mayoritariamente veteranos a quienes no solo no les han concedido el despido voluntario, sino que les han nombrado gestores y gestoras mixtos, sin tener formación de caja, aunque se hayan enterado de dicho cambio por el directorio. Si el horario de atención al público es restringido y hay que atender el mantenimiento de los autoservicios de la propia oficina, el horario completo de la jornada no da para más. Aún menos el encargarse de los cajeros de las oficinas del entorno”.

Del Plan de recolocación a la creciente digitalización del BBVA

A pesar de estas situaciones, y pendientes de la resolución de la impugnación de un ERE que podría suponer la readmisión de los trabajadores afectados -lo cual también significaría un perjuicio para que aquellos que realmente se han apuntado, quienes deberían ser readmitidos y devolver las indemnizaciones-, lo cierto es que desde BBVA se muestran satisfechos con el resultado de ERE y han puesto a disposición de las personas afectadas un plan de recolocación externa concertado con Randstad Outplacement, un programa de un año de duración, ampliable hasta dos años y medio, para ayudar a recolocar con contratos indefinidos o mediante autoempleo a todos los que quieran seguir trabajando.

“Tienen unas cuentas demasiado saneadas para poder despedir a la gente a diestro y siniestro, y algo que me molesta mucho es leer en tono triunfalista que se han apuntado 5.000 personas al ERE como si fuera un chollo. A 2.800 las han echado, y a las otras 2.000 no las han dejado irse. Esto no es un ERE, es un despido colectivo”, objetan desde CGT.

De momeno se descargan nuevos EREs en España, como afirmó esta pasada semana el consejero delegado de BBVA, Onur Genç, en la presentación a inversores del plan estratégico del grupo hasta 2024 (Investor Day), aunque también dijo que la entidad "seguirá trabajando para reducir los gastos del centro corporativo" y subrayó la creciente “apuesta por los canales digitales”, un mantra que no por necesario puede utilizarse también próximamente como eufemismo que justifique nuevos “redimensionamientos de la red en España”.