Pilar Rangel

Opinión

África asiste impotente a la instauración de un nuevo califato en el Sahel

Experta en Terrorismo Internacional y en la lucha contra Daesh.

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La situación de seguridad en el Sahel es ahora mismo muy grave y las tres capitales están amenazadas por los yihadistas.
La situación de seguridad en el Sahel es ahora mismo muy grave y las tres capitales están amenazadas por los yihadistas.

En las ultimas semanas hemos podido ver cómo los grupos terroristas se acercan cada vez más a las capitales de Malí, Níger y Burkina Faso ante la ausencia del Estado en la mayoría de los territorios que han golpeado.

En este mes hemos visto también un cambio de estrategia en estos grupos terroristas y es que ya no atacan territorios y se marchan, sino que ahora plantan su bandera y se quedan en los territorios que ocupan y administran. Esta ofensiva llega ya hasta puertas de las capitales de estos países, que son los últimos bastiones por conquistar.

En el caso de Malí los ataques se han sucedido a un ritmo extraordinario.  El Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes​ o Jama'at Nasr al-Islam wal Muslimin (JNIM), a través de sus katibas, Macina, Sikasso y Arbinda, está orquestando una ofensiva sin cuartel contra las Fuerzas Armadas de Malí (FAMA), los intereses económicos extranjeros y los ejes logísticos más frecuentados.

Es cuestión de tiempo que puedan entrar en la capital en Bamako como ya hicieron en septiembre de 2024 cuando JNIM accedió a la capital maliense para llevar a cabo ataques simultáneos: en la escuela de gendarmería de Faladié, epicentro de formación de unidades de élite, y en la base aérea 101, adyacente al aeropuerto de Modibo Keita. El resultado fue decenas de muertes entre los jóvenes reclutas y el avión presidencial incendiado. Lo peor fue que la FAMA no fue capaz de dar ninguna respuesta a estos ataques simultáneos. Estos trágicos acontecimientos fueron minimizados y banalizados por las autoridades militares. Sin embargo, es un hecho que se podría repetir de forma inminente ante la no respuesta del ataque anterior.

El caso de Níger es parecido con ataques a bases militares e incautación de gran arsenal militar y, aunque los ataques no son tan importantes como en Malí o en Burkina, el mensaje es que la capital Niamey es vulnerable y accesible.

Burkina Faso es el caso donde la situación es más grave, con ataques coordinados e incautación de todo el arsenal militar y donde las bases militares caen, una tras otra, los convoyes son neutralizados, las escuelas son incendiadas mientras las fuerzas armadas son incapaces de hacer frente a este avance yihadista en el que la población local es el gran afectado por esta barbarie

La situación de seguridad en el Sahel es ahora mismo muy grave y las tres capitales están amenazadas. En Bamako sus cuarteles son atacados, sus bases destruidas y sus suburbios están infiltrados de terroristas. Niamey, por su parte, está rodeada por los yihadistas, quien incluso han accedido al interior de sus fronteras: al este, al noroeste, al sur, los grupos terroristas circulan alegremente. Uagadugú, por su parte, está al borde del abismo: Dori, Djibo, Fada, kaya, todas las carreteras están cortadas.

Los Estados, solo presentes en la propaganda

Los grupos armados han ganado claramente a los Estados tanto la batalla militar como la guerra psicológica. Los Estados para la población local solo están presentes y son visibles en las redes sociales, en las conferencias de prensa o en diversos foros. Lo único que les queda es la propaganda como arma letal y la exhibición como última resistencia mientras cada territorio cae a diario.

Los atentados se siguen produciendo cada día mientras el terrorismo triunfa y los soldados desertan. Los golpistas en el poder, por su parte, siguen buscando nuevos socios para salir de esta situación y blanquean la situación con la explotación de sus recursos naturales.

Del 1 al 20 de mayo de este año, al menos 125 personas fueron asesinadas en Níger. Ni palabras oficiales, ni luto nacional, ni siquiera un mensaje de compasión. El silencio se ha convertido en la nueva herramienta y a quien habla de ello se le acusa de propagar noticias falsas.

El resultado es la situación tan grave en la que vive la población civil y las personas desplazadas que se encuentran en casas superpobladas o en campamentos improvisados establecidos en las carreteras o fuera de la ciudad, con una necesidad urgente de agua potable, alimentos, medicinas y asistencia de refugio sin que nadie las asista.

Según fuentes locales los yihadistas matan a los clérigos musulmanes, violan a las mujeres y queman los libros religiosos en las poblaciones que van ocupando. Igualmente saquean todo lo que encuentran en su camino, como el ganado, los vehículos y los muebles de las casas, y cuando no son capaces de coger el material robado, lo queman.

Evidentemente esta acción tiene que ser repelida rápidamente por el Ejercito de AES porque estos grupos terroristas no pueden tener una base fija donde asentarse, gobernar y proclamar el califato.

Sin una estrategia clara en la lucha contra el terrorismo en el Sahel que actúe en todos sus frentes: militar, ideológico y social, es imposible vencer al yihadismo que seguirá extendiéndose por todo el Sahel sin oposición.

La retirada del apoyo de Francia, la Unión Europea y EE.UU., así como la retirada de las fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU, crea un vacío que ahora es imposible de llenar mediante la conjunción de las FDS y los milicianos rusos (Africa Corps ex Wagner) y turcos (Sadat). A pesar del constante aumento de la compra de equipos ofensivos, especialmente drones de vigilancia y bombardeo, las unidades de élite de la AES son incapaces de rentabilizar su teórica superioridad en armamento.

El papel de la población civil frente a esta amenaza

Pero no se trata solo de la ayuda externa, se trata también de usar todos los elementos de que dispone el Estado para vencer el terrorismo y hacer uso de todas sus capacidades involucrando a la población civil para frenar esta grave amenaza.

En última instancia son los países del Sahel los que tienen que luchar contra el terrorismo yihadista y son ellos los que tienen que capacitar a su policía, sus jueces y sus fuerzas armadas para que esta lucha sea eficaz desde todos los ámbitos.

Si los países del Sahel no actúan los terroristas seguirán ganando territorio como y será cuestión de tiempo, aprovechando la salida de las fuerzas internacionales, que en el Sahel se proclame el nuevo califato.