El canciller alemán Friedrich Merz ha anunciado, como avanzábamos en el anterior artículo, su intención de convertir a la Bundeswehr en el "ejército más fuerte de Europa", priorizando el fortalecimiento de las Fuerzas Armadas alemanas en respuesta a la guerra en Ucrania y a la disminución del compromiso de Estados Unidos con la defensa europea. Para hacer esto efectivo ha prometido 500.000 millones de euros en gasto militar para modernizar fuerzas, armamento y estructura; el aumento de personal de los actuales 180.000 soldados activos hasta unos 250.000; la vuelta al servicio militar voluntario como forma de aumentar reservas, así como convertirse en el ejército más fuerte de Europa en cooperación con la OTAN, aunque también de forma autónoma si fuera necesario.
Este anuncio nos ha llevado a realizar un análisis estratégico de posibles escenarios de defensa en Europa, considerando este protagonismo que busca asumir Alemania con la Bundeswehr, y cómo podrían responder Francia, Reino Unido y otros países clave de la OTAN.
Rearme alemán con liderazgo europeo
En el caso de que Alemania cumpla sus objetivos y convierta a la Bundeswehr en la fuerza terrestre más poderosa de Europa, sin arsenal nuclear, pero con poder de disuasión convencional y tecnológica, nos encontraremos con un escenario en el que Alemania asumiría el liderazgo en la defensa continental junto con la OTAN, con Francia y Reino Unido manteniendo su rol en disuasión nuclear, con una Europa menos dependiente de EE.UU. en defensa y un posible impulso a un "ejército europeo" combinado, con Alemania como núcleo.
Este escenario comportaría como principales riesgos el aumento de la tensión simbólica con países del este que aún desconfían de un liderazgo militar alemán y el hecho de que Francia pudiera resistirse a perder influencia militar en Europa.
Cooperación trilateral Alemania–Francia–Reino Unido
En el hipotético caso de que, con el nuevo papel de Alemania, Alemania, Francia y Reino Unido acordaran una división funcional del liderazgo militar europeo tendríamos una Alemania al frente de la defensa terrestre y logística, a Francia aportando poder nuclear y experiencia africana (muy beneficioso para Francia con su perdida de protagonismo en el Sahel) y a Reino Unido ofreciendo capacidad naval y misiones rápidas.
Las consecuencias de esta situación pasarían por la consolidación de Europa en defensa como un bloque fuerte, integrado y coordinado, el fortalecimiento de la OTAN y la creación de un núcleo duro para defensa autónoma de Europa, y la aparición de una especie de "triángulo militar europeo".
Entre los riesgos cabría solucionar el difícil encaje político tras el Brexit, así como las rivalidades históricas, las diferencias doctrinales (Francia más autónoma; Alemania más OTAN-dependiente).
Rearme alemán percibido como competencia
El supuesto de que Francia y Reino Unido interpreten el rearme alemán como una amenaza a su estatus estratégico-militar tendría como principales consecuencias el aumento de tensiones entre las potencias europeas, la ruptura del consenso para una defensa común y la fragmentación militar de Europa con los países del este (Polonia, países bálticos) buscando más apoyo directo de EE. UU.
Como grandes riesgos se produciría una disminución de la cohesión de la OTAN y de la UE y se dificultaría la respuesta unificada ante amenazas como Rusia o el terrorismo.
Emergencia de una defensa europea autónoma post-OTAN
En el caso de que EE.UU. reducir significativamente su presencia militar en Europa (regreso de Trump al poder) Europa se verá obligada a crear una defensa independiente.
Como consecuencia, Alemania aceleraría su rearme y se convertiría en el pilar de seguridad europeo, Francia y Alemania asumirían el liderazgo conjunto con una estrategia común y se institucionalizaría un verdadero Ejército Europeo (UE o coalición ampliada).
Entre las ventajas de esta situación encontramos una mayor soberanía estratégica y un presupuesto combinado más grande que el de Rusia, sobre todo con el horizonte del 3,5% más el 1,5% del PIB en 2032. Y entre los desafíos, la integración de culturas militares distintas, y asegurar la interoperabilidad de armamento y mando.
La ruta de cada país dentro de una Europa de la Defensa
Ejercito convencional
Alemania: Si se completa el rearme, será el país con más recursos terrestres, tanques, vehículos modernos y apoyo logístico en Europa. Polonia, por su parte, está en camino de tener uno de los ejércitos más grandes y modernos de Europa del Este.
Poder nuclear europeo
Solo Francia y Reino Unido poseen armas nucleares (ambos fuera del paraguas nuclear de EE. UU. dentro de sus territorios). Ambos disponen de submarinos estratégicos de disuasión y capacidad de lanzamiento aéreo.
Proyección militar global
Reino Unido y Francia lideran en capacidad de intervenir fuera de Europa (flotas, bases, experiencia en África y Oriente Medio), y Alemania está construyendo esa capacidad, pero parte desde una doctrina más defensiva.
Países en expansión o transformación
Alemania experimenta un rearme masivo, Polonia una expansión rápida y Suecia se beneficia de su reciente ingreso a la OTAN. España e Italia mantienen fuerzas estables, pero sin ambiciones de liderazgo militar europeo.
Conclusión Estratégica
Alemania tiene el potencial económico e industrial para liderar una transformación de la defensa europea, pero el éxito dependerá de su coordinación con Francia y Reino Unido y del contexto internacional (EE.UU., Rusia, China). El mejor escenario para Europa sería el modelo cooperativo trilateral o una defensa europea compartida y coordinada, no competitiva.