Ramón C. Riva.

Opinión

El movimiento de ajedrez de Xi Jinping con su visita a Francia

Ex militar y experto en Seguridad.

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Ilustración generada por IA de Xi Jinping jugando una partida de ajedrez.
Ilustración generada por IA de Xi Jinping jugando una partida de ajedrez.

Tras la reciente ampliación de los BRICS , conformado inicialmente por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, y ampliado en 2024 a Egipto, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Etiopía, Xi Jinping ha considerado que es el momento de cambiar ese sistema y el equilibrio mundial de poder para asegurar el ascenso de China, y rechazar las iniciativas que quieran contrarrestarlo.

A nivel geopolítico, una de las iniciativas que más le preocupan por su cercanía, y porque ponen en disputa la expansión territorial China, es el Diálogo de Seguridad Cuadrilateral, también conocido como Quad, foro estratégico informal entre Estados Unidos, Japón, Australia e India (le incomoda sobre todo la pertenencia de este último país, su gran rival en el Indo-Pacifico y “colega” en los BRICS).

Y la otra gran preocupación de Xi Jinping es la ampliación del AUKUS, alianza estratégica militar entre tres países de la anglo esfera, Australia, Reino Unido y Estados Unidos, para la región del Indo-Pacífico, a la que podrían unirse más adelante Japón, Corea del Sur y Filipinas, lo que daría lugar a una especie de nueva OTAN, la Organización Tratado Indo Pacifico que he definido como OTIP, y que militarmente posibilita a Washington el estar en ambos frentes sin debilitarse en extremo. Más aún cuando esta ofensiva China coincide con el momento en el que las guerras de Estados Unidos en el extranjero, la inestabilidad de una política exterior que cambia elección tras elección y la profunda polarización política generan muchas dudas sobre el liderazgo mundial de Estados Unidos.

En un 2024 además en el que Rusia, que sigue siendo una gran potencia militar -económicamente es una segunda fila con un PIB superior al canadiense e inferior al francés- depende en gran medida de Pekín, era previsible que China intentara intensificar relaciones con el tercer gran actor económico y militar mundial, Europa, con el que mantiene muchas más disputas económicas que políticas, y así haya emprendido una visita al país al que más le ofende la influencia excesiva de la anglo esfera: Francia. Solo que la visión unitaria y centralista del Partido Comunista Chino (en este archivo adjunto se puede ver su documento programático para el mundo) tiene muy poco que ver con el espacio de libertades individuales que conforman la Unión Europea.

Si a esto añadimos que siguen las incertidumbres sobre la economía China (la agencia Fitch rebajó la calificación crediticia de China a negativa, un movimiento vinculado a los riesgos en las finanzas públicas, mientras no termina de llegar la transición hacia nuevos modelos de crecimiento)  y que sus exportaciones a Europa y USA no paran de reducirse, parece que era forzado hacer un movimiento dirigido a recuperar amigos y buenos clientes.