Pedro Blasco.

Opinión

Por qué nuestro ejército carece de drones dotados de armamento

Analista internacional.

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Estación portátil para lanzar aviones no tripulados con armas militares.
Estación portátil para lanzar aviones no tripulados con armas militares.

Cientos de mascotas han cambiado de nombre en las últimas semanas en Ucrania. Ahora sus dueños les llaman "bayraktar", el nombre del dron de fabricación turca, que, según las imágenes que ofrecen los ucranianos, han destruido varios carros de combate rusos.

La primera consecuencia es que el TB2, el Bayraktar, ha disparado su cotización en el competitivo mercado de armas. A su supuesto éxito en la guerra se le une un coste mucho menor que el de sus rivales israelíes y americanos.

Los militares españoles, mientras estas nuevas formas de ataque entran en combate en Europa, analizan diariamente, con informes no abiertos y totalmente reservados, la guerra. Son conscientes, por ejemplo, de que nuestro ejército no tiene estos pequeños drones capaces de destrozar un potente carro de combate ruso.

España tiene en la actualidad drones Predator dotados de sistemas que reciben información, pero carece en la actualidad de aparatos dotados de armamento, como los que han destruido los carros en Ucrania.

Los Predator españoles de fabricación norteamericana transmiten datos para que el ataque de otras armas pueda dañar a las unidades mecanizadas y acorazadas del enemigo. Nuestros drones tienen capacidad de fuego, pero no están armados, aunque en los ejércitos se quiere que puedan llevar armas en “un periodo razonable”.

Está en marcha su utilización para controlar la inmigración y los incendios forestales. Sus pilotos son expertos tripulantes de aparatos de caza. España tiene en la actualidad cuatro MQ-9 Predator B, con mayor velocidad que su antecesor, que tiene una envergadura de 20 metros y 11 de longitud. Defensa ha instalado tres estaciones de control terrestre que tienen en la actualidad su base en Talavera la Real, pero pueden ser trasladados a otros puntos de España.

Mientras, Marruecos ha hecho en los últimos meses una importante inversión de 22 millones de euros en drones israelíes para vigilar las fronteras, especialmente la argelina. Estos aparatos se unirán a los que ya tenían de origen turco.

Los militares españoles saben de las enormes capacidades de este sistema de guerra, pero también son conscientes de que las dificultades presupuestarias frenan la compra de estas armas que ya se estrenaron en el conflicto de Acerbaiyán y ahora en Ucrania. Un especialista de nuestras fuerzas armadas decía recientemente que el mantenimiento de cada uno de los Predator cuesta unos 120.000 euros al año.

Los aparatos españoles tienen la capacidad de llevar armas, pero con los proyectiles solo no sirven. Hay que ser capaces de dotar a los drones de sistemas de comunicación que faciliten información para actuar. También hay que desarrollar medios para evitar las medidas electrónicas, cuestiones en las que trabaja en la actualidad. 

La primeras valoraciones de nuestros militares sobre los drones es que estos sistemas de armas “tienen relevancia”. Destacan que los ucranianos han mostrado los éxitos de los drones, mientras los rusos no han publicitado sus incursiones con estos aparatos.

Los drones españoles permiten a los soldados apreciar las amenazas que se ciernen sobre sus tropas. Defensa también sabe que lo que se muestra es sólo una parte de la realidad. Los drones, en nuestra estrategia actual, permiten ver si el objetivo es legítimo y se puede actuar contra la amenaza. Recuerdan que tienen una importante aportación “porque occidente no quiere asumir algunos riesgos”. También aseguran una información real de la zona de combate.

Además de los grandes Predator, nuestros ejércitos tienen hasta trece tipos de aparatos más pequeños para diversas especialidades militares e incluso para apoyo a civiles.

Nuestros soldados también creen que la aparición de los drones no significa la muerte del carro de combate ni mucho menos. Opinan que dentro de pocos años estos pequeños aviones dispondrán de capacidad de disparo autónoma, pero en la actualidad atacan de forma remota, para lo cual hay que tener aseguradas unas buenas comunicaciones. Recuerdan también que los drones también son vulnerables.

Los fallos rusos

Los análisis españoles señalan que los rusos incomprensiblemente han cometido muchos errores de ejecución. Han tenido bajas por el diseño que hicieron de las primeras operaciones pensando que podrían conquistar el país en una carrera rápida, cuando en realidad su planeamiento militar está preparándose desde el año 2014. “Por ejemplo -añade un experto- los drones les han hecho mucho daño, cuando ellos saben perfectamente de qué arma se trata”. 

Los drones, pese a la publicidad ucraniana, son muy vulnerables porque el espacio electromagnético en el que actúan puede tener ataques y derribarlos sin disparar un tiro. “Si impido el enlace - afirman- me cargo el dron”. 

Los avances, según explican militares, deben ser acompasados con la infantería, ya que si no lo hacen los drones los anticarros pueden destruir también formaciones de esta moderna caballería. Otro de los retos que deben cumplir estos nuevos aparatos, estén dotados de armas o no, es la necesidad de que sus sistemas envíen una información que los mandos puedan gestionar para evitar que el exceso de datos colapse la toma de decisiones.

En todo caso, los militares españoles saben que esta guerra va a abrir una nueva era para la que habrá que estar preparado y mientras llega el nuevo proyecto europeo en el que un caza actúa con un elevado número de drones satélite se tiene que defender nuestro país con los mejores medios que tengamos.