Ramón C. Riva.

Opinión

Por qué la OTAN excluye a empresas españolas de la reunión con la industria de defensa

Ex militar y experto en Seguridad.

Guardar

Equipo militar.
Equipo militar.

Las decisiones no son porque sí, y menos en ciertas alturas. No es lo mismo la Unión Europea que la OTAN.

La Unión Europea es una asociación económica y política formada por 27 países de Europa (a partir de febrero de 2020 con la salida de Reino Unido) que nace con el objetivo de propiciar la integración y gobierno en común de los Estados y los pueblos de Europa, donde España es el cuarto país más habitado (11% del total), la cuarta economía (8,7% del total) y el cuarto país que más aporta, sobre un presupuesto en torno al 1% del PIB europeo. En resumen, por “peso” país, estamos por detrás de Alemania, Francia e Italia, y por delante de los otros 23. En resumen, importamos.

La OTAN es otra cuestión. “La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) tiene sus orígenes en la firma del Tratado de Washington de 1949, mediante el cual diez países de ambos lados del Atlántico (Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Francia, Islandia, Italia, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos, Portugal y Reino Unido) se comprometieron a defenderse mutuamente en caso de agresión armada contra cualquiera de ellos.

Así nació una Alianza que vinculaba la defensa de América del Norte con un conjunto de países de Europa Occidental sobre la base del artículo 51 (Capítulo VII) de la Carta de Naciones Unidas, que reconoce el derecho inmanente de legítima defensa, individual o colectiva, en caso de ataque armado”. (Web Ministerio Asuntos Exteriores).

El origen de la organización, con sede en Bruselas era proteger a los países de Europa Occidental de la amenaza que suponía la Unión Soviética y contrarrestar la expansión del comunismo tras la Segunda Guerra Mundial.

Para los que no lo sepan, el Pacto Varsovia se creó 6 años después como respuesta a la OTAN.

Hoy día la OTAN lo forman 31 países (pendiente incorporación Suecia) y su objetivo sigue siendo el mismo, la defensa colectiva: "Un ataque armado contra uno o varios de ellos en Europa o América del Norte se considerará un ataque contra todos ellos".

En teoría y como Estados Unidos es el miembro más poderoso de la OTAN, cualquier estado de la alianza está efectivamente bajo la protección de Estados Unidos.

Curiosamente, la única vez que se ha invocado el artículo 5 ha sido los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra Estados Unidos; como consecuencia, los aliados de la OTAN se unieron a la invasión de Afganistán.

De ambas organizaciones es fácil obtener una serie de diferencias:

Primera diferencia: La OTAN es una organización militar.

Segunda diferencia: Somos uno entre 31, y nuestra aportación es más bien escasa. La OTAN no tiene su propio ejército y depende de la aportación de las fuerzas armadas de sus países miembros, lo que significa que es esencialmente tan fuerte como la suma de las fuerzas individuales de cada nación. Del presupuesto de la OTAN, EEUU aporta el 69% y EEUU junto a Reino Unido, Alemania y Francia, el 86%. A partir de ahí, la importancia del resto países es relativa, con estrellas al alza como Polonia o Turquía, o a la baja como España. Aquí importamos mucho menos.

Esta es la realidad, podemos cambiarla, pero no “llorar por ella”. La OTAN es una organización militar destinada principalmente a “frenar” a la extinta URSS, hoy Rusia. Si tomamos el área de influencia del principal aportante (Estados Unidos) tiene dos grandes áreas: el Atlántico Norte (pulso con Rusia) y el Pacifico (pulso con China).

En el Pacifico, EE.UU. ha generado otra serie de alianzas: AUKUS (Estados Unidos, Australia y Reino Unido, con el objetivo de sumar capacidades para frenar la expansión de China en la gran región marítima del Indo-Pacífico); el Diálogo de Seguridad Cuadrilateral (Quad), un foro estratégico informal entre Estados Unidos, Japón, Australia e India con intercambios de información y ejercicios militares entre países miembros.

Aparte de AUKUS y QUAD, el sistema de alianzas y contrapesos estadounidense en Asia-Pacífico abarca prioritariamente a una serie de países: Japón, Corea del Sur, Taiwán, Tailandia y las Filipinas.

Si sumas e interrelacionas todos, la realidad es que EE.UU. tiene en el Pacífico una especie de OTPI (Organización Tratado Pacifico Indico) con más de 12 naciones.

En el Pacifico hay mucha tensión, pero no hay guerra, pero en Europa, sí. Tenemos la invasión de una ex república soviética (Ucrania), cuya adhesión a la Unión Europea ha estado en la agenda para la futura ampliación de la UE desde 2022, cuando se convirtió en candidato a la adhesión, y cuyo ingreso en la OTAN (Ucrania solicitó iniciar un plan de acción para la adhesión a la OTAN en 2008) se frenó en la presidencia de Yanukóvich (2010) y, tras la invasión militar rusa de 2014 y las elecciones parlamentarias, el nuevo gobierno hizo de la adhesión a la OTAN una prioridad.

Lo que tenemos hoy día en Ucrania es una mezcla entre invasión rusa y guerra civil (de los casi siete millones de emigrantes ucranianos, a Rusia han llegado tres, millón y medio a Polonia y un millón a Alemania) y una guerra declarada, no fría, con combates diarios.

Una guerra implica directamente un gasto elevado de munición. En Ucrania se disparan cada día miles de toneladas de munición. Solo en proyectiles de artillería, Ucrania dispara hasta 7.000 rondas diarias, y Rusia 20.000.

De todas las municiones que se utilizan, la más prioritaria es la de calibre de 155 milímetros. Su suministro continuado es el ‘tema más urgente’ para Ucrania, según ha dicho este lunes Josep Borrell, Alto Representante de Exteriores de la UE. ‘Y si fracasamos con esto, el resultado de la guerra está en riesgo".

De eso se trataba la reunión a la que Stoltenberg no incluyó a la Industria de Defensa Española. Básicamente de proponer un plan para compras conjuntas de armamento militar dotado de 1.000 millones. Dicho plan tiene como objetivo aumentar la producción de munición de artillería de 155 milímetros de aquí a finales de año, algo parecido a lo planteado por la UE hace unas semanas.

Curiosamente, nuestra Industria de Defensa vendió en noviembre la española EXPAL (la empresa alemana Rheinmetall ha llegado a un acuerdo con Maxam para comprar la empresa española del sector de defensa Expal Systems) a Rheinmetall que sí estaba invitada.

Ahora mismo Expal trabaja en el desarrollo de munición de 155 mm con alcances de entre 60 y 80 km, fabricando en la actualidad proyectiles que llegan hasta los 40 km, solo que ahora es de Rheinmetall.

Esto se veía venir (el intentar excluir a nuestra industria de Defensa y reducirla al papel de subcontratista); de hecho, el Sr Chiva en su visita a FEINDEF, invitado por su homóloga Amparo Valcárcel en el pasado mes de mayo; ya nos explicaba cómo funciona la “maquinaria” de EE.UU. en tiempo de guerra, y cómo Francia –con su Jefe Estado al frente- se había movilizado para no perder presencia internacional.

España es una potencia muy pequeña, casi ni potencia en inversión propia en material de defensa. En cuanto el presupuesto de Defensa baja del 1,6% PIB, y ha habido años del 0,9%, se reduce a pagar nóminas y poco más. Y esto con una Base Industrial de Defensa muy potente; es decir, fabricamos mucho, compramos poco. Uno de los mayores problemas que tienen nuestras empresas Industriales de Defensa es cuando les preguntan: “¿tus fuerzasa armadas lo tienen?  

Portugal, Italia y España son los países en los que el gasto militar se dedica más a personal, que representa más del 55% del total. Otros como Luxemburgo, Hungría y Grecia destinan la mayor parte a equipamiento, que alcanza cerca de la mitad del gasto.

Nuestro gasto medio por habitante en defensa es de 275 dólares al año; los polacos, más el 50%; los franceses por 2,5, los ingleses por cuatro y los americanos por ocho. En plena guerra de Ucrania, en un mundo que se mueve por aportaciones, es como si nos preguntamos por qué nunca albergamos un mundial de rugby. Porque no jugamos los mundiales de rugby.

Desde el imperio británico, los anglosajones marcan –en caso de guerra- la norma de las 3M: Men, Munitions y Money.

Men, Munitions and Money
Men, Munitions and Money.

La Unión Europea cuenta con España como uno de sus actores principales (10% total y cuarta potencia) para hacer una Europa más grande y mejor, incluido en su Defensa. Como decía, aquí somos importantes.

En la OTAN, por “Voluntad de Vencer y Medios para hacerlo”, en ambos casos, EE.UU. significa casi dos tercios de lo que recibe Ucrania, con grandes apoyos materiales de Reino Unido, logísticos y materiales de Polonia y otras exrepúblicas soviéticas.

Por su parte, los países de la Unión Europea decidieron en diciembre 2022 aumentar para 2023, 2.000 millones de euros más el Fondo Europeo de Apoyo a la Paz (FEAP), con el que financian parte de las armas que entregan a Ucrania para defenderse de Rusia, y no descartan "un nuevo aumento en una etapa posterior". Solo la remesa de EE.UU. de abril (EE.UU. envía otro paquete de ayuda militar a Ucrania por valor de 2.600 millones de dólares, el trigésimo quinto retiro de los fondos del Departamento de Defensa por parte de la Administración Biden para este país desde agosto de 2021) superaba esa cantidad.

Somos el noveno país exportador del mundo, pero si a los 20 primeros, les sumas el autoconsumo, por volumen total de producción defensa, caemos hasta muy abajo, mientras que Francia –a quien siempre pongo como ejemplo– es el tercero, exportando más que China o Alemania.

Es de agradecer la intensidad con que defiende la ministra el papel de nuestras fuerzas armadas y su Base Industrial Defensa, pero para entender el baremo de Estados Unidos de las 3M (Men, Munitions y Money) respecto a un conflicto abierto en el Este, no nos toca ni el puesto de Pagafantas.