Ramón C. Riva.

Opinión

Los servicios de información de Argel avisan sobre Coalición por Melilla y la intervención del DGED

Ex militar y experto en Seguridad.

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Una urna con votos en las elecciones generales de 2019. Foto: Europa Press.
Una urna con votos en las elecciones generales de 2019. Foto: Europa Press.

Como es sabido, los bereberes (alrededor del 40% de la población de Marruecos y Argelia) son las etnias autóctonas de África del Norte y, dentro de estos, las tribus más conocidas son las de los rifeños (región del Rif), en Marruecos, y los cabilios (región de Cabilia), en Argelia. Ambas dos y sus movimientos independentistas son causa de continuos dolores de cabeza para los gobiernos de Argel y Rabat.

En el caso de la Cabilia –norte de Argel-, por ejemplo, y para ponernos en contexto, daré un par de detalles: por un lado, Ferhat Mehenni, presidente del Movimiento por la autodeterminación de Kabylia (MAK), ha sido condenado en rebeldía por un tribunal de Argel en marzo 2023. Y, por otro, Argelia ha denunciado que Marruecos está detrás de los movimientos independentistas de la Kabylia por el apoyo argelino al Polisario.

¿Consecuencia? El lógico: los servicios de Interior e Información argelinos, DDSE y DCSA, tienen bastante “infiltrado” el movimiento bereber.

A los españoles y marroquíes, por temas históricos no tan lejanos, nos son mas conocidos los rifeños. Por la guerra del Rif (1911–1927)   en 1956 Marruecos accedía a la independencia, y no tardó en plantearse el problema de la integración de la zona norte en el resto del país. Tras la revuelta de 1958-1959 la represión que se vivió fue brutal, salvaje, inhumana. Aunque Mohamed VI, desde agosto de 1999, se ha propuesto rectificar la política de Hassan II, que los declaró “enemigos”, aún hoy existen diversos movimientos de “identidad rifeña” que van desde los que buscan amplia autonomía semejante al que poseen Cataluña o Euzkadi en España, a los que reivindican plena independencia y la figura de Abd el-Krim el Jatabi.

¿Cuál es la consecuencia de todo esto?  Que los servicios secretos marroquíes (DGED) tienen tan o más infiltrados los movimientos rifeños que los argelinos los movimientos cabileños. Incluso, y al ser todos movimientos bereberes, hay informantes e infiltrados que cobran de ambos gobiernos.

Como el “enemigo de mi enemigo es mi amigo” en multitud de ocasiones los servicios de Argel han informado que España es el país en el que la DGED tiene desplegado un mayor número de efectivos.

“A pesar de que el CNI presume de mantener una buena relación de cooperación en materia de terrorismo con la inteligencia marroquí, la DST y la DGED, sin embargo, los agentes de esta última división, la que opera en el exterior, deambulan por España fuera del control de los servicios de contrainteligencia de La Casa.

No son espías al uso, de los que solo informan a su país de todo lo que pueda suponer una amenaza para el régimen y la nación; su cometido es principalmente otro: neutralizar esas amenazas mediante medios no siempre admitidos por las leyes del país anfitrión.” (ECD. 30-05-2022).

En el caso concreto de Melilla, Ciudad Autónoma española rodeada del RIF por todas partes, la pobreza y el subdesarrollo de estas comarcas del antiguo Protectorado español hacen que miles de familias subsistan gracias al contrabando, el cultivo del cannabis, o las remesas de los inmigrantes en países europeos sin ir más lejos en las propias Ceuta y Melilla.

¿Y de qué nos avisan ahora esos enemigos de mi enemigo, es decir, los informantes y soplones en Melilla de la DDSE?

De una hiperactividad “puerta a puerta” curiosamente solo en domicilios musulmanes de procedencia marroquí, con una infraestructura que ningún partido político logra tener en Melilla. El mensaje es claro, todo esto de “la compra votos por correo” es una falacia para frenar a los melillenses de origen marroquí. Y un mensaje de movilización: “reventar las urnas”. El domingo veremos.