Fabián García Pastor.

Opinión

¿Una Justicia con Inteligencia Artificial?

Senior Advisor for Innovation and Digital Transformation en ENLANZA y Director en OdiseIA. Twitter: @fabiangpastor - LinkedIn: http://www.linkedin.com/in/fabiangarciapastor.

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La evolución de la justicia ha sido y es mucho más lenta que la de la tecnología.
La evolución de la justicia ha sido y es mucho más lenta que la de la tecnología.

Nunca ha habido una época igual. Uno tenía 25 años y pintaba las estancias del Papa; el otro acababa de cumplir 33 y, tumbado sobre su andamio, creaba las inmortales imágenes del techo de la capilla Sixtina. Rafael y Miguel Ángel, dos de los grandes más grandes, pintaban a escasos metros el uno del otro algunas de las más maravillosas creaciones de la historia del arte. 

Cuando Rafael, que estaba pintando las cuatro virtudes cardinales, llegó a la Justicia no lo dudó: La Dama de la Justicia llevaría en una mano la espada y en la otra balanza. Hoy, cinco siglos después, puede que algún robot con Inteligencia Artificial ya haya pintado a la nueva Dama de la Justicia: a nuevos tiempos, nuevas formas. ¿Le gustará al Papa?

¿Es factible una Justicia con Inteligencia Artificial?

La evolución de la tecnología ha sido enorme en las últimas décadas. No hay duda de que la evolución de la justicia ha sido y es mucho más lenta que la de la tecnología. Esto es seguramente debido a la necesaria, y mucho más pausada, reflexión que requieren los procedimientos de la judicatura y también, como los propios jueces indican, a la insuficiencia de medios. Sin embargo, éstas no son razones para que los jueces no dispongan de los mejores medios para ejercer la justicia de forma rápida, eficaz y justa; y si un robot con IA puede hacerlo, ahí debería de estar.

Qué aportaría la Inteligencia Artificial a la Justicia

Vivimos en un mundo de datos. La administración de justicia no es ajena a él sino, bien al contrario, está fuertemente basada en los datos que todos aportamos, muchos de ellos personales y cuyo tratamiento tiene un gran impacto en nuestras vidas. 

La IA maneja los datos mucho mejor que los humanos. Lo hace más rápida y eficazmente. Un procedimiento judicial que normalmente necesita meses para resolverse puede realizarse por una máquina con IA en días, tal como lo vemos en algunas aplicaciones reales. 

¿Son justos los resultados? Los resultados obtenidos, tanto en prototipos académicos como en casos reales en funcionamiento, muestran que sí, los resultados son similares o mejores que los obtenidos por jueces humanos. No obstante, hay que decir que las aplicaciones en funcionamiento real lo hacen con casos sencillos y limitados en su complejidad. 

Por tanto, sí, una máquina con IA puede actualmente resolver procedimientos judiciales sencillos más rápidamente y con la misma precisión que un juez humano. 

Qué desventajas conlleva el uso de la IA en la Justicia

Mientras no se hagan suficientes pruebas con casos reales no hay una respuesta clara y completa, pero sí se puede anticipar la que sigue. La complejidad y variabilidad de los casos que se pueden presentar es muy alta. A pesar del uso extendido de los precedentes, no siempre son aplicables y aparecen continuamente casos nuevos. Esto hace que algunos jueces, más allá de basarse únicamente en la historia anterior, generen nueva jurisprudencia usando, además, criterios propios de conocimiento, experiencia y contexto.

El funcionamiento de los robots de IA está basado en los datos y si los datos no cambian, los resultados no cambian. Este razonamiento dificultaría la creación de nueva jurisprudencia. Convertiría al robot de IA en un autómata rápido y preciso, pero también inflexible y falto de empatía. 

¿Veremos pronto una justicia con una inteligencia artificial que tome decisiones?

Ya sabemos: “la única forma de predecir el futuro es inventarlo”. Y, en estos tiempos de cambios fulgurantes, esto se hace difícil. 

Hay multitud de opiniones procedentes de expertos tecnólogos, así como otras de jueces y personas allegadas a la judicatura que transmiten con claridad sus filias y fobias -más éstas que las primeras-, pero, en mi opinión, no tenemos actualmente la capacidad de responder a esta pregunta con un criterio científico. 

Lo que sí podemos hacer es aplicar un razonamiento inverso: 1. reflexionemos en cómo sería nuestra sociedad en el caso de que existiera un robot con IA que tomara decisiones y, 2. En caso de que los resultados sean positivos, impulsemos el cambio si esto es posible.

Empezando por el final: sí, tecnológicamente el cambio es posible. El ritmo de evolución de la tecnología es tan alto que, aunque hoy aún no fuese posible implantar técnicamente un robot con IA que tomase decisiones en Justicia, lo será pronto.

Pensemos ahora en las implicaciones de la puesta en marcha de un robot de IA que tome decisiones en Justicia y analicemos dos perspectivas: 1. impacto social y 2. impacto ético. 

  1. El impacto social de un robot con IA que tome decisiones en justicia se puede anticipar que es positivo. Un ciudadano que acude a la justicia espera que ésta funcione de forma ágil, rápida y justa. Esto, por definición, es lo que le proporcionará el robot IA: se pasará de tener resultados de sentencias en meses, proporcionadas por los jueces humanos, a tenerlas en días y siempre manteniendo los mismos criterios justos y equitativos.
  2. Para analizar el impacto ético de un robot con IA que tome decisiones en justicia, es de mucha ayuda acudir a algunos de los marcos éticos de aplicación de la IA. Uno de ellos usa 5 principios éticos: 1. Aplicar el bien y evitar el mal, 2. Ser responsable y aplicar rendición de cuentas, 3. Ser transparente, 4. Ser equitativo y 5. Aplicar privacidad y seguridad a los datos.

Sí, los principios son exigentes y, por resumir, hay al menos uno que en la actualidad es clave en la aplicación de la justicia: la transparencia. La transparencia, así como la explicabilidad de las decisiones tomadas, son componentes clave en la impartición de justicia. 

La enorme y creciente complejidad de los algoritmos de IA hace que la explicabilidad de las decisiones tomadas no sea factible en una buena parte de los casos tratados. 

En una justicia aplicada por un robot con IA nos encontraríamos con sentencias ágiles, rápidas y posiblemente justas, pero sin explicación del proceso que se ha seguido. En una justicia transparente para los ciudadanos y para la sociedad esto no es admisible y, por tanto, concluimos en que el impacto ético de un robot de IA tomando decisiones en justicia es negativo. 

En resumen, al preguntarnos si veremos pronto una justicia con un robot con IA tomando decisiones hemos reflexionado sobre el impacto social y ético que tendría. Si bien el impacto social sería mayoritariamente positivo, el impacto ético lo consideramos negativo ya que su funcionamiento no sería transparente y las decisiones tomadas no serían explicables. 

Concluimos, por consiguiente, en que, con las condiciones actuales y dado que el impacto de su implantación sería negativo es muy improbable que veamos un robot con IA tomando decisiones en la justicia. 

En este artículo tenemos el privilegio de contar con la opinión de un juez que nos va a responder a la misma pregunta: ¿Veremos pronto una justicia con una inteligencia artificial que tome decisiones?. Se trata de Alfonso Peralta Guitiérrez, juez titular del juzgado de primera instancia e instrucción nº 2 de Guadix (Granada) y experto en Derecho Digital:

 

Tras escuchar al juez Alfonso Peralta, no parece que veamos pronto en los tribunales de justicia a un robot con inteligencia artificial tomando decisiones. Por contra, quizá sí que veamos a la Dama de la Justicia en un cuadro vanguardista pintado por una Inteligencia Artificial. Aunque puede que al Papa no le acabe de gustar demasiado el estilo para su estancia.

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