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Innovación en el mercado de la droga: la UE detecta 41 nuevas en 2022

La ONU alerta del riesgo del crecimiento de las sustancias sintéticas, más sencillas de fabricar porque su producción no depende de una zona especial ni de los tiempos de cosecha.

Antonio M. Figueras

Periodista y escritor.

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Imagen de recurso. Drogas de diseño.
Imagen de recurso. Drogas de diseño.

La “nueva normalidad” o la “vieja normalidad” de la sociedad tras la pesadilla de la pandemia del COVID-19 se parece mucho a la antigua. Tras el obligado parón de las rutas del narcotráfico, el mercado sigue con su inevitable tendencia al alza, a pesar de los esfuerzos de los distintos gobiernos por limitar esta lacra.

El reciente Informe Mundial sobre Drogas 2023, realizado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), revela que el número de consumidores de drogas ha aumentado un 23% en una década. Como uno de los grandes problemas, el informe destaca el crecimiento de las drogas sintéticas, más sencillas de fabricar con la ventaja de que su producción resulta más flexible porque no depende de una zona especial ni de los tiempos de cosecha.

El estudio, que analiza los años entre 2011 y 2021, revela un aumento de consumidores de 240 a 296 millones (el 5,8% de la población mundial de 15 a 64 años). En 2021, una de cada diecisiete personas en el planeta consumió algún tipo de droga. Las personas que padecieron trastornos por consumo de estupefacientes llegó a 39,5 millones, lo que significa una subida del 45%.

El cannabis se mantiene en lo más alto del podio con 219 millones de consumidores (el 4,3% de la población adulta mundial). El uso de anfetaminas escaló hasta los 36 millones de personas, el de cocaína a 22 millones y el consumo de sustancias tipo “éxtasis” aumentó hasta los 20 millones. El mayor porcentaje de consumo de anfetaminas (el 45%) y de productos farmacéuticos sin fines terapéuticos (entre el 45% y el 49%) corresponde a las mujeres, mientras que un mayor grupo de hombres consumen opiáceos (75%) y cocaína (73%). 

Europa

Otro reciente estudio, este del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (EMCDDA por sus siglas en inglés), con sede en Lisboa, advierte de la explosión de nuevas sustancias psicotrópicas de gran potencia y pureza. El año pasado se han notificado 41 drogas nuevas en la UE, con lo que la cifra del catálogo asciende a 930 sustancias.

También en Europa, el cannabis se mantiene como la droga ilegal más consumida: el 8 % de adultos la probaron en 2022. En 2021, las cantidades de resina (816 toneladas) y hierba (256 toneladas) que fueron incautadas en la UE llegaron a su nivel más alto en una década. Y ya se sabe, cuanto más se incauta, más droga se ha colocado en el mercado. El año pasado, el hexahidrocannabinol (HHC) se convirtió en el primer cannabinoide semisintético registrado en la UE, y se llegó a identificar en dos tercios de los Estados miembros. El problema es que un algunos países se ofrece su venta como alternativa “legal” al cannabis.

Legalización

La tendencia a la legalización del uso recreativo del cannabis preocupa a la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE). En la actualidad, cinco Estados miembros de la UE (República Checa, Alemania, Luxemburgo, Malta y Países Bajos) más Suiza están introduciendo, o están planeando, la regulación del suministro de cannabis y los cannabinoides para usos terapéuticos y de otro tipo (como cosméticos o alimentos).

En cuanto a la cocaína, según las investigaciones, el 1,3 % de los adultos europeos consumieron esta droga en el último año. De esta droga también se han producido importantes intervenciones en 2021, hasta un total de 303 toneladas. Bélgica, a la cabeza, con 96; Países Bajos, con 72 y España con un deshonroso tercer lugar con 49 toneladas.

La heroína mantiene el triste récord de ser el opioide ilícito más usado en Europa. La mayoría procede de Afganistán, país donde se ha prohibido el cultivo de adormidera en abril de 2022. Entre las amenazas futuras se encuentran los nuevos opioides sintéticos, como los derivados del fentanilo, todavía con un papel pequeño en el panorama europeo, aunque están generando preocupación en áreas como los países bálticos, donde está asociado a un incremento de las muertes por sobredosis.  

Tendencias

La anfetamina ha sido hasta ahora el estimulante sintético más utilizado en Europa, pero “corre el riesgo” de ser desbancada por la metanfetamina o las catinonas sintéticas, también conocidas como “sales de baño”. Otra droga minoritaria que representa una amenaza sanitaria, según el informe, es la ketamina, usada como anestésico y analgésico en medicina. Es una sustancia muy popular en algunos entornos. Normalmente se inhala y en ocasiones se añade a otras mezclas, incluidos los polvos y tabletas de MDMA. El estudio alerta de posibles daños en la vejiga a largo plazo por el consumo de ketamina.

El óxido nitroso, llamado “el gas de la risa”, también está de moda. Sus consecuencias para la salud, aparte de intoxicaciones, van desde quemaduras y lesiones pulmonares hasta el daño al sistema neurológico. El informe apuesta por la mejora de los datos forenses y toxicológicos para poder comprender mejor las amenazas de las nuevas sustancias sintéticas. Para ello se va a poner en marcha una red europea de laboratorios.

España no es un buen ejemplo

El estudio Encuesta sobre el Alcohol y Otras Drogas en España (EDADES 2022), elaborado por la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas en colaboración con las comunidades y ciudades autónomas, documenta las sustancias con mayor prevalencia de consumo en el último año.

Al menos en lo referido al alcohol hay cifras positivas. Sus consumos intensivos bajaron 2,7 puntos porcentuales en la población entre 15 y 64 años respecto al año 2020, por lo que se pasa de un 19,4% a un 16,7%. En cuanto al botellón, se refleja una disminución de 2,5 puntos, de un 9,9% en 2020 a un 7,4% en 2022.

El informe muestra el ranking de los consumos: el alcohol (76,4%), medalla de oro; el tabaco (39,0%), en segundo lugar; le siguen los hipnosedantes (13,1%); luego el cannabis (10,6%); y por último la cocaína (2,4%). La juventud, entre 15 y 34 años, es el grupo poblacional donde hay mayor el consumo. Aunque la ingesta de hipnosedantes y analgésicos opioides aumenta desde los 35 años.

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