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Así robaban los dni de sus víctimas en portales online y accedían a sus cuentas bancarias

Desarticulada una organización que obtenía los DNI de sus víctimas mediante técnicas de ingeniería social que luego utilizaban para suplantarlas en sus sucursales bancarias.

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Hernán Puente, portavoz de la Policía Nacional.

Agentes de la Policía Nacional han desarticulado una organización criminal especializada en estafas bancarias que suplantó la identidad de más de 200 víctimas. Los investigados obtenían los DNI mediante técnicas de ingeniería social en portales de compra venta de productos de segunda mano o mediante hurtos y, posteriormente, los utilizaban para conseguir efectivo en las sucursales bancarias, abrir cuentas o solicitar créditos haciéndose pasar por sus legítimos titulares.

La organización, que estaba afincada principalmente en Barcelona pero operaba en todo el territorio nacional, llegó a defraudar más de 2.500.000 euros.

Asimismo, el entramado criminal –cuyos miembros disponían de un claro reparto de funciones, alta especialización y utilizaban férreas medidas de seguridad- contaba con una estructura piramidal y poseía una alta movilidad geográfica. Los agentes han detenido a 47 personas y han realizado 28 registros en los que han intervenido 71 documentos de identidad físicos, 18 armas, 60 teléfonos móviles, 120 tarjetas de telefonía, 4 vehículos de alta gama, joyas, y medio kilo de marihuana, entre otros efectos.

Aprovechaban parecidos en los rasgos físicos para ir a las sucursales

La cúpula de la organización se hacía con los documentos de identidad que utilizaban para sus fraudes mediante técnicas de ingeniería social, en portales de compraventa de productos de segunda mano, y en otras ocasiones a través de hurtos cometidos principalmente en Barcelona. Posteriormente solicitaban el saldo de la cuenta de sus víctimas, personándose en las sucursales bancarias y haciéndose pasar por ellas. En este sentido, se aprovechaban de rasgos físicos parecidos y del uso de mascarillas u otros elementos de disfraz que ayudasen a ocultar sus rostros.

Cuando los investigados localizaban una cuenta con un saldo suficientemente atractivo, modificaban la información de contacto del cliente –teléfono y correo electrónico- ya que dichos datos se comportan como medidas de seguridad que las entidades bancarias utilizan habitualmente al efectuar operaciones, de forma presencial, con sus clientes. Además, uno de los principales investigados había trabajado en sucursales bancarias durante más de 20 años, por lo que ofrecía a la organización un amplio conocimiento sobre el funcionamiento, normas de seguridad, y control de las entidades afectadas.

Una vez que secuestraban la cuenta corriente de su víctima, y asegurados los medios para ocultarse, comenzaba el saqueo de los fondos disponibles. Extraían cantidades en efectivo en ventanilla, o bien mediante operaciones de tipo Hal Cash –una opción que permite retirar dinero en efectivo de un cajero sin necesidad de utilizar una tarjeta, de forma que solo se necesita el número de móvil.

También ordenaban transferencias, personalmente o de forma online, a cuentas corrientes controladas en diversos bancos y contrataban microcréditos al consumo. En cualquier caso, realizaban las operaciones en un breve lapso temporal y desde distintas sucursales de la misma entidad para no levantar sospechas, hasta agotar el saldo disponible de su víctima.

En caso de que el saldo de la cuenta no fuera el esperado por la organización, esta utilizaba los DNI para otros fines delictivos, de forma que evitaban exponer sus verdaderas identidades. En este sentido, los utilizaban para alquilar vehículos, identificarse en establecimientos hoteleros en los que pernoctaban durante sus desplazamientos, adquirir líneas de telefonía o sacar billetes de tren y avión.

Asimismo, también los usaban para abrir cuentas corrientes de forma telemática en las que recibir transferencias fraudulentas y realizar extracciones de dinero con total impunidad. Con este modus operandi aseguraban su estructura y logística llegando a ser invisibles para los investigadores.