Ocho envases ecológicos que pueden ayudarnos a reducir el impacto ambiental

El mercado de envases alimentarios eco-friendly crecerá a un ritmo del 7,4% al menos hasta el año 2025.

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Los recipientes y envases ecológicos son un tipo de embalaje que se caracteriza por estar elaborados con materiales beneficiosos para el medio ambiente. La materia prima con las que se fabrican es biodegradable, es decir, que no deriva del petróleo y su descomposición es más rápida al estar compuesta por vegetales.

No es un asunto menor para los consumidores. Cuatro de cada cinco europeos prefieren un envase de papel, pero, lo que es más relevante, casi dos tercios de los encuestados en once países europeos afirman haber modificado sus compras de productos debido a aspectos relacionados con el embalaje.

No en vano, el mercado de envases alimentarios eco-friendly no deja de crecer, y se espera que aumente a un ritmo del 7,4% al menos hasta el año 2025. Además, las expectativas de la calidad de los alimentos, la higiene y la creciente conciencia acerca de la salud están impulsando fuertemente esta tendencia, cada vez más presente en tiendas y supermercados.

Estos son algunos de los embalajes que pueden hacer que nuestra compra sea más ecológica y algo poco menos dañina para el medio ambiente

Envases de cartón ondulado

Los envases de cartón ondulado (también conocidos como corrugados) se refieren a las fibras de las cajas hechas principalmente de árboles y de viejos envases de cartón ondulado. Se pueden utilizar entre 7 y 10 veces para fabricar nuevos materiales de embalaje. Además, se recuperan más envases de cartón ondulado para su reciclaje que cualquier otro material de envasado.

Papel Glassine

Se trata de pasta de vidrio, un material a base de pulpa que se ha confundido con otros sustratos, como el papel de cera, el pergamino e incluso el plástico. Se trata de un papel semi transparente, liso y brillante. Como resultado del proceso de fabricación, el papel glassine tiene un pH neutro y no contiene ácidos. Además, es resistente a la humedad, el aire y la grasa. Al estar fabricada con pulpa de madera, la glassine es totalmente reciclable y biodegradable, lo que la convierte en una opción de material sostenible.

Papel de estraza

El papel de estraza está compuesto de celulosa reciclada. A diferencia del papel normal, para fabricarlo se emplean todos los tipos de madera, incluido el pino resinoso, que normalmente se omite al crear productos de papel normales. Casi todos los productos químicos que se utilizan para fabricar este papel pueden reutilizarse, por lo que el proceso de fabricación es más sostenible.

Embalajes de maicena y almidón

Al tratar el maíz, el almidón o la maicena se puede hacer una espuma biodegradable que posteriormente se utiliza como material de amortiguamiento para embalajes de transporte y también como sustituto del plástico en el embalaje de alimentos y comidas

Raíz de champiñones

El micelio es la red de raíces de un hongo, que suele encontrarse bajo el suelo. Es un material natural, ligero, resistente y barato de producir, lo que lo convierte en una opción alternativa cada vez más atractiva y competitiva frente al material derivado de los combustibles fósiles.

Uvas y papel reciclado

La empresa Veuve Clicquot ha diseñado un estuche realizado con una mezcla de uvas con papel reciclado que da lugar a un envase biodegradable, reciclable y con propiedades isotérmicas que puede mantener las botellas de champagne frescas a la misma temperatura hasta un periodo máximo de dos horas.

Bolsas de compostaje

Estas bolsas, concebidas también como sobres para el envío de paquetería, están hechas de compostaje, por lo que al cabo de entre 90 y 180 días se convertirán en compost (industrial o doméstico) de forma natural. Se crean a partir de una combinación de PBAT, un polímero biodegradable y compostable, y PLA, que se fabrica a partir de recursos vegetales como la paja de maíz y de trigo.

Papel de burbujas

La versión ecológica está fabricada con film biodegradable y reciclado, que utiliza un aditivo especial que hace que la película se descomponga por completo. Es decir, que estos cojines acolchados se biodegradan completamente en 12 a 24 meses en presencia de humedad, microorganismos y oxígeno, sin dejar residuos tóxicos o de metales pesados.