Más de 600.000 personas visitan al año las Cuevas del Drach, en Porto Cristo (Mallorca). Pero muy pocos sospechan que, apenas a unos metros de allí, en las aguas del puerto que dan forma a la pequeña bahía, se encuentran los restos de cuatro barcos sumergidos, alguno de ellos de la época romana.
Un hecho que dejará de pasar desapercibido para los muchos visitantes que recibe la localidad mallorquina, ya que, en el verano de 2025, se abrirá allí el primer parque de arqueología submarina de todo el Mediterráneo. El nuevo museo, al que se deberá acceder buceando, recreará los pecios de cuatro embarcaciones sumergidas en el transcurso de los siglos.
No se trata de embarcaciones pequeñas ni insignificantes. La más conocida, descubierta en los años 50, data de la época de Nerón y consta de 40 metros de eslora. Bautizada popularmente como ‘Ses Llumetes’, las investigaciones apuntan a que se trataría de un enorme barco romano de transporte, que posiblemente realizó una parada en Porto Cristo para repostar agua y un temporal de levante lo empujó hacia la costa para acabar hundiéndolo. Las dimensiones de la nave duplican las de los actuales catamaranes turísticos.
En su interior, se han encontrado restos de lucernas, trozos de ánforas que contenían salsas de pescado y vino, utensilios de la tripulación, restos de llaves, cuerdas y otras piezas que formaban parte de la nave. También se han localizado restos de estucos, teselas de mosaicos y molduras que podrían indicar que el barco transportaba objetos de decoración y de construcción, o bien escombros que usaban como peso para mejorar la estabilidad del barco.
Ahora, un proyecto avalado por la Unión Europea –ha recibido fondos del programa Next Generation- quiere reproducir a escala real éste y otros tres barcos históricos a partir de los restos estudiados por el Instituto Balear de Estudios de Arqueología Submarina (IBEAM). Se trata de otro barco romano, uno bizantino y un vapor del siglo XX, todos ellos hundidos en Porto Cristo en el transcurso de los últimos dos mil años.
Será el primer recinto de estas características de todo el Mediterráneo, aunque no el pionero en España. En Lanzarote existe un museo submarino, si bien éste se centra en esculturas y no en la reconstrucción de barcos hundidos. Para otros ejemplos similares debemos desplazarnos a Asia, pues no es algo fácil de encontrar en aguas europeas.
El proyecto quiere transformarse en un reclamo para el buceo recreativo, actividades científicas, formación en arqueología submarina, monitorización ambiental y fomento del I+D en economía azul. Así, para transportar buceadores hasta el punto de inmersión, se adquirirán dos embarcaciones eléctricas, dos motores y baterías para lanchas auxiliares, además de una furgoneta eléctrica para el transporte de clientes.
La iniciativa también contempla la creación de un centro de interpretación con museografía interactiva y tecnología con módulos de realidad aumentada que permitan explorar los pecios. Este centro, ampliará la oferta museística y ayudará a conocer la historia marítima de Porto Cristo y de las Islas Baleares, además de la geomorfología costera y el cambio climático. Una buena opción para los que quieren saber más sobre la historia de la navegación sin necesidad de remojarse para ello.