Verano de récord: España bate su registro de uso de energía solar

España importa del orden de 74.000 o 75.000 millones de euros en combustibles fósiles al año, algo que se podría evitar con la descarbonización de la sociedad.

Gonzalo Díaz Bonet.

Especialista en Tecnología y Sostenibilidad.

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España importa del orden de 74.000 o 75.000 millones de euros en combustibles fósiles al año. Una factura económica tremendamente elevada que podría paliarse si llegamos a lograr la descarbonización de nuestra sociedad. No hablamos solo de beneficios para el medio ambiente, sino de una política de gasto que puede resultar fundamental para nuestra economía.  

Aunque con las lluvias torrenciales de este fin de semana casi ni lo recordemos, este verano ha apretado el calor, y mucho. Y esto, aunque no nos ha dejado dormir en muchas ocasiones, ha sido fundamental para que la energía solar haya alcanzado un protagonismo inédito en la vida de los españoles. Supone el 18% de la energía generada en España, cuando el año pasado apenas rozaba el 13%.  

Un récord histórico que ha reducido en diez puntos porcentuales la dependencia del gas —que, pese a todo, sigue siendo la más utilizada con el 21,4% de la generación, empatada con la nuclear— y paliado el bajón de la hidroeléctrica por la sequía. 

Estas cifras no se deben solo al buen tiempo. Muchas más importancia que eso –algo al fin y al cabo corriente en nuestra geografía- tiene el incremento de producción fotovoltaica. En lo que va de año se ha instalado el equivalente a más de dos reactores nucleares de potencia solar. 

Según explica en El Mundo José Donoso, presidente de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), "lograr la descarbonización de la sociedad española sería como si estuviéramos metiendo un plan Next Generation cada año a la economía española".  

"Lo que está sucediendo es que se está introduciendo potencia fotovoltaica y esta potencia está desplazando al gas", afirma. Esto, explica, tiene varias consecuencias, como la caída de los precios. "Cuando se consigue que este desplazamiento sea total, la energía se abarata mucho". Sin embargo, reconoce que en verano es difícil que tienda a cero, "porque con las temperaturas tan altas se ha disparado también la demanda por el consumo de aires acondicionados". 

Donoso destaca también el papel del autoconsumo "que no aparece en las estadísticas" y "se considera ahorro de energía" porque "es una reducción de la demanda". La tercera consecuencia, también relevante, es la reducción de las emisiones de CO2 a la atmósfera. 

Cuando falla alguna de las fuentes, lo normal es que sean los ciclos -o la hidráulica, si hay agua- los que acuden al rescate del sistema: son flexibles y producen de forma casi inmediata. Sin embargo, por el funcionamiento del mercado, esto también hace que se encarezca el precio de la luz, que es marcado por la tecnología más cara. Si la demanda se puede cubrir con tecnologías inframarginales, que producen prácticamente a coste cero, la electricidad será barata. De ahí que en las horas centrales del día en las que la fotovoltaica está a pleno rendimiento el precio sea más bajo. 

La fotovoltaica estuvo en su nivel más alto de generación eléctrica el año pasado, pero su mayor aportación al sistema fue el 13,8% que puso en junio. En 2023 ha llegado a superar el 19% -en julio- y no ha bajado del 18% en estos meses, casi cuatro puntos de diferencia. En el horizonte, la posibilidad de alcanzar una quinta parte de la generación a pesar de ser una fuente irremediablemente intermitente, ay que todos los días se hace de noche.  

"Vamos a ver cómo sigue el año, cómo sigue la climatología y cuántas plantas nuevas metemos, pero yo creo que terminaremos este año rondando ese entorno del 20%", asegura Donoso. "El año que viene, si no sucede nada raro, seguro que lo sobrepasaremos", concluye.