Suelta el móvil: cómo influye la tecnología en la capacidad de concentración

Estudios analizan la relación entre el uso de dispositivos y la disminución de atención en jóvenes y niños y recomiendan regular su uso.

Anahí Di Santo.

Periodista.

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Las pantallas resultan adictivas para los niños, pero también para los adultos.
Las pantallas resultan adictivas para los niños, pero también para los adultos.

La gran cantidad de actividades que es posible realizar desde el móvil brinda una practicidad que crece día a día, un “todo en uno” que cabe en un bolsillo y puede resolver desde comunicación y entretenimiento, hasta estudio, trabajo, pagos, gestiones y más. Pero también conlleva algunos costos, tanto para los adultos como para los más jóvenes.

El hecho de ser nativos digitales hace pensar que tienen altas capacidades para cualquier tarea vinculada a la tecnología, pero la regulación de su uso y la dispersión que puede generar es un lado B que es necesario tener en cuenta.

El informe “De Alpha a Zeta, educando a las generaciones digitales”, realizado por Qustodio, una empresa dedicada a la seguridad y el bienestar digital para familias, ha revelado que los menores pasan una media de cuatro horas frente a las pantallas, tiempo que también ha crecido en los últimos años. “Este aumento de uso implica una mayor cantidad de estímulos, sobre todo al recibir notificaciones en el dispositivo que provocan saltar de una cosa a otra y nunca llegar a enfocarse del todo en una misma tarea; por lo que la concentración se ve perjudicada”, destaca el estudio.

Del mismo modo, la presencia de móviles en las aulas interfiere en la capacidad de adquirir conocimientos, afirma un estudio de la Universidad de Chicago. “A medida que las instituciones educativas adoptan cada vez más las aulas conectadas, la presencia de dispositivos móviles de los estudiantes en entornos educativos puede perjudicar tanto el aprendizaje como el rendimiento, explica este informe, porque “una cosa es usar una aplicación educativa, y otra muy diferente es usar WhatsApp en plena actividad de clase con la excusa de que se están tomando apuntes usando el móvil como bloc de notas. Es tal el poder de distracción que generan los teléfonos móviles, y no necesariamente entre jóvenes, que la mera presencia de un teléfono apagado reduce la capacidad cognitiva, citan desde La Vanguardia.

Los testimonios son claros. “Cuando usamos nuestro teléfono todos los días se vuelve adictivo y es difícil separarse de él. Siempre hay algo que ver o algo que necesito mirar”, señala una niña de 13 años de Estados Unidos que participó del estudio de Qustodio. Un niño español de 10 años, a su vez, indicó: “Si no me supervisaran, estaría con la tecnología por más tiempo y no podría controlarme. A veces me enojo, pero tienen razón”, en alusión a los adultos.

Por eso, desde Qustodio han elaborado una serie de recomendaciones para mejorar la atención de los niños, en especial cuando la tecnología sigue siendo una herramienta educativa y es necesario integrar su uso.

En principio, es importante regular el tiempo frente a las pantallas y establecer reglas que marquen límites, como por ejemplo qué aplicaciones usar. Hay herramientas de bienestar digital que pueden ayudar con esta tarea, Qustodio es una de ellas.

Hacer descansos breves es fundamental para mantener la atención y poder retomar los deberes estando más frescos, ya que después de 15 minutos de concentración el cerebro comienza a dispersarse.

Una buena rutina de sueño permite rendir mejor al día siguiente. Por eso se recomienda descansar y dormir lo necesario, y para que eso suceda, mantener los dispositivos electrónicos fuera del cuarto por la noche puede ayudar a no tener distracciones y conciliar mejor el sueño.

Pasar tiempo al aire libre, disfrutar del sol, el aire fresco y moverse contribuyen a mejorar el desarrollo mental y la atención al no estar rodeados de estímulos.

Y la dieta también colabora. Llevar una alimentación equilibrada que contenga proteínas, frutas y verduras, grasas saludables y carbohidratos permite afrontar cualquier actividad con más energía.

Los adultos no están exentos

Según Linda Stone, consultora de compañías como Apple o Microsoft, estar disponibles en todo momento a través de la tecnología genera un estado de alerta que no permite concentrarse en una actividad durante mucho tiempo.

La compañía Kaspersky, elaboró este año una encuesta que reveló que el 70% de los españoles reconoce haber desarrollado una dependencia de la tecnología y el 46% cree que debería reducir su uso. Las aplicaciones más adictivas son las de mensajería instantánea, las redes sociales y las plataformas de streaming.

Y así como sucede en los niños, este estudio también ha revelado que casi el 30% de los españoles señala que el uso de redes sociales y aplicaciones de mensajería durante la jornada laboral les quita horas de trabajo y hace que estén menos concentrados en sus tareas.

Si bien hay una responsabilidad parental frente al uso de la tecnología en los niños, es clave que como adultos también tomemos medidas que nos permitan desconectarnos del móvil y las pantallas, y los consejos para lograrlo son similares. Por eso, proponemos un scroll hacia arriba y repasar las sugerencias que están en estas mismas líneas, pensando en nuestro propio bienestar y en enseñar desde el ejemplo si tenemos niños cerca.

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