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El COE afirma que su sede es un “entorno laboral seguro” tras la detención del vigilante que eyaculaba en el agua de sus compañeras

Los hechos fueron descubiertos “hace algunos meses" tras una revisión de las imágenes del circuito interno de vigilancia.

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Sede del Comité Olímpico Español en Madrid. Foto: EuropaPress.
Sede del Comité Olímpico Español en Madrid. Foto: EuropaPress.

El Comité Olímpico Español (COE) ha mostrado su “más absoluto rechazo ante conductas que atenten contra la integridad y la libertad de las personas” en referencia al vigilante de seguridad que prestaba servicios en la sede del organismo en Madrid y que ha sido detenido por eyacular en botellas de agua de sus compañeras, y defendió que es un “entorno laboral seguro”.

“Ante las informaciones publicadas en varios medios de comunicación en relación con la detención de un vigilante de seguridad que prestaba servicios en la sede del COE a través de una empresa externa, deseamos manifestar nuestro más absoluto rechazo ante conductas que atenten contra la integridad y la libertad de las personas”, afirma el organismo en su página web.

El COE también ha insistido en su “firme compromiso con la garantía de los derechos de los trabajadores” del organismo en sus instalaciones después de que este martes haya sido detenido un vigilante de seguridad que trabajaba en la sede del organismo acusado de eyacular en varias ocasiones en las botellas metálicas de agua de dos compañeras de trabajo.

El detenido fue delatado en enero por las cámaras de seguridad del edificio en el que trabajaba. Sus compañeros querían comprobar quién había robado determinados objetos en algunos despachos cuando en las imágenes descubrieron otra cosa: que un vigilante de turno nocturno se masturbaba en su puesto de trabajo y eyaculaba dentro de dos botellas, correspondientes a dos empleadas del Comité, situado en la calle Arequipa, en distrito de Hortaleza.

Al revisar las cámaras, comprobaron que lo había hecho en varias ocasiones antes. Por ello, los responsables del centro denunciaron el 9 de enero los hechos ante la comisaría de Hortaleza y dos días después este vigilante, que no tenía acceso al circuito interno de imágenes, fue detenido acusado de cometer un delito contra la autoridad moral y de agresión sexual.

Se trata de un ciudadano rumano nacido en 1955 sin antecedentes. Las víctimas son ciudadanas españolas nacidas en 1985 y 2002, que señalaron a los agentes que desde noviembre alguien les cambiaba de sitio sus botellas y que en ocasiones habían notado un sabor y olor raro en el agua.

El arrestado, que estaba a punto de jubilarse, esgrimió que se comportaba de esa manera con sus compañeras más jóvenes porque “le hacían la vida imposible” a su esposa, que también trabajaba en el centro, algo que las víctimas negaron, han indicado a Europa Press fuentes de la investigación. Este individuo ha sido despedido e inhabilitado provisionalmente para ejercer tareas de seguridad.