Mito o realidad: ¿El móvil nos espía?

Cuando descargamos aplicaciones aceptamos políticas de privacidad, pero generalmente no somos conscientes del alcance que tienen. ¿Cuánto sucede por nuestros descuidos y qué rastrean sin informarnos?

Anahí Di Santo.

Periodista.

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Es importante revisar los permisos que otorgamos a las apps que utilizamos.
Es importante revisar los permisos que otorgamos a las apps que utilizamos.

Hace ya unos años, Tim Cook, el CEO de Apple, escribió una carta en la web dedicada a la privacidad de la compañía, donde sostuvo que “los usuarios de servicios de internet empezaron a darse cuenta de que, cuando un servicio online es gratuito, tú no eres el cliente. Eres el producto”.

Si bien las normativas de protección de datos exigen que las empresas indiquen qué información recopilan y a qué herramientas del móvil accederán –como los contactos, la ubicación o la cámara– muchas veces esto no suele quedar tan claro por la longitud y complejidad de los textos de condiciones de servicio.

Un estudio de Visual Capitalist reveló cuánto puede llevar ponerse al día con las políticas de privacidad de aplicaciones populares y encontró que van desde los 10 minutos, en el caso de Instagram, hasta más de una hora si nos detenemos en las de Microsoft, sin contemplar el lenguaje técnico y las dificultades de comprensión que pueden implicar.

Esto deriva en que la mayoría de los usuarios acepten sin leer, pero ¿es factible hacerlos responsables? ¿Quién no ha sentido que pierde el tiempo revisando un contrato que no puede cambiar ni rechazar, o incluso comprender?

Los estudios indican que las aplicaciones más invasivas son Facebook, Instagram, Tinder, Grindr, LinkedIn y Uber Eats.

Lo cierto es que si bien muchos de los accesos solicitados y la información que se recopila tienen el objetivo de “brindar un mejor servicio” o simplemente funcionar de manera correcta, otros son datos que se venden y alimentan una industria multimillonaria.

De acuerdo a un estudio publicado por Grupo Ático 34, la información personal que más recaban y guardan las apps son dirección de email, nombre, edad, sexo, orientación sexual, raza, ubicación, dirección del domicilio, número de teléfono móvil, número de teléfono fijo, tipo de dispositivo, datos bancarios, idioma, contactos, situación laboral (empleado o desempleado), altura y peso.

Con todo esto se crean bases de datos de patrones de usuarios, que reúnen información de miles o cientos de miles de personas, que las empresas de marketing usan para dirigir sus productos a su audiencia ideal a costos más bajos que la publicidad tradicional en espacios de promoción programática o personalizada, además de llevar sus propias analíticas.

Las aplicaciones que más información recopilan

Según un estudio realizado por Clario Tech, empresa de software de seguridad, Facebook es la que más sabe de sus usuarios, al recopilar un 79,49% de los datos que puede obtener legalmente. Le sigue Instagram, con el 69,23% y luego llegan Tinder y Grindr, con alrededor del 60%.

El quinto lugar es para Uber, que recaba el 56,41% de los datos, luego llega TikTok, con el 46,15%, y más abajo aparecen Twitter (33,33%), Netflix (25,64%), PayPal (25,64%), YouTube (23,08%), Slack (23,08%) o WhatsApp (20,51%).

Del total de las aplicaciones analizadas por Clario Tech, el 6,25% de ellas tenía la opción de almacenar fotos de las caras. Al usar filtros de TikTok o Instagram, éstas empresas rastrean los movimientos faciales para construir una imagen del usuario. Otras apps pueden ir más allá al solicitar acceso a toda la biblioteca de imágenes.

Esta información puede usarse para adaptar los anuncios específicamente a los intereses de cada perfil, rastreando imágenes de deportes, música, salidas nocturnas y eventos a los que asiste para ofrecer experiencias personalizadas.

Otro estudio, realizado por el proveedor de almacenamiento en la nube pCloud, descubrió que el 52% de las aplicaciones que estudió compartían datos de usuarios con terceros. ¿Las más invasivas? Las plataformas de Meta: Instagram y Facebook, que ceden información como compras realizadas, ubicación, información de contacto, lista de contactos, historial de búsqueda, datos financieros e información de diagnóstico de sus usuarios con terceros.

En el tercer puesto de este informe aparece LinkedIn, compartiendo datos similares a las redes sociales de Meta. El cuarto lugar es para Uber Eats y el quinto para Trainline, un servicio que permite a los usuarios buscar boletos de tren.

Es posible mejorar nuestra privacidad

Aunque no logremos proteger el 100% de la información que dejamos cuando navegamos o los datos necesarios para el funcionamiento de algunas aplicaciones, hay medidas que podemos tomar.

Desde el blog de la compañía Avast, recomiendan revisar los permisos que otorgamos a cada app ingresando a la ‘Configuración’ del móvil y luego a ‘Aplicaciones’. Allí, leer los permisos y desactivar los que la aplicación en cuestión no debería necesitar para funcionar.

La comisión Federal de Comercio de EEUU sugiere prestar especial atención a las aplicaciones que solicitan acceso a su lista de contactos, cámara, ubicación y micrófono.

Si descubres una aplicación que solicita acceso a la cámara del teléfono, aunque no debería necesitarlo, las opciones son eliminar el permiso para que esa aplicación use esta función del dispositivo, o borrar directamente la aplicación.

Otra posibilidad es limitar el acceso de estas aplicaciones para que solo puedan utilizar esta información cuando la app esté en uso, como sucede, por ejemplo, con la ubicación.

La Comisión, a su vez, recomienda no iniciar sesión automáticamente en aplicaciones a través de una cuenta de red social como Facebook, Twitter o Instagram. Esto podría habilitar la recopilación de información personal de esa cuenta o de la aplicación. Siempre es preferible iniciar sesión en las aplicaciones con la dirección de correo electrónico y una contraseña única. 

Por último, un consejo clave es eliminar las aplicaciones que ya no se utilizan. También ser selectivo con las descargas, hacerlas desde sitios confiables como las tiendas oficiales de Apple o Google, y rastrear, además, las opiniones de otros usuarios en línea en relación a la privacidad de cada empresa o servicio.