La aplastante y televisada demostración de superioridad tecnológica y armamentística de Estados Unidos en la Guerra del Golfo de 1991 marcó un verdadero punto de inflexión en los asuntos de la guerra, señalando a la aplicación y fusión de las tecnologías emergentes y el armamento como camino a seguir para la victoria militar en el futuro campo de batalla, por un lado, y de cómo mantener (EE.UU.) o usurpar (China, Rusia) la hegemonía mundial por otro.