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La compleja realidad de las empresas españolas del sector de Defensa

El Plan de Rearme europeo de Von der Layen y el Plan Tecnológico del Gobierno animan el debate.

Javier Saldaña Sagredo

Coronel de Ejército de Tierra (Ret.)

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La ministra de Defensa Margarita Robles visita en FEINDEF el avión de combate Hurjet desarrollado por Turkish Aerospace Industries. Foto: Europa Press / Alejandro Martínez Vélez.
La ministra de Defensa Margarita Robles visita en FEINDEF el avión de combate Hurjet desarrollado por Turkish Aerospace Industries. Foto: Europa Press / Alejandro Martínez Vélez.

Mucho se ha hablado de la autonomía estratégica de nuestro país en términos de capacidades militares durante la reciente FEINDEF. El debate, que ya venía lanzado desde el Plan de Rearme europeo de Von der Layen, se vio sorprendentemente catapultado a la arena nacional con el Plan Tecnológico que el presidente del Gobierno español había presentado al país unos días antes.

Paralelamente, en pleno debate sobre las capacidades que en defensa y seguridad deben disponer las Fuerzas Armadas españolas, el conflicto en la franja de Gaza irrumpía en la escena y saltaba a la luz pública el embargo gubernamental contra las empresas hebreas que tan ignominiosamente se había soslayado con la compra de seis millones de euros en “balas” israelíes.

Fruto de ello, y con carácter de urgencia, el Parlamento español aprobaba una propuesta de ley para implantar un embargo total al comercio de armamento y material de doble uso con Israel, así como para prohibir que otros países utilicen España como país de tránsito para exportar este tipo de productos al Estado israelí. Un obseso debate en contra de la adquisición de sistemas de armas israelíes propiciado por los socios pacifistas del Ejecutivo que “pillaba” al ministro del Interior en medio de un contrato firmado por seis millones en “balas” para nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Una tormenta que ya se presagiaba unas semanas antes cuando, en el tramo final de la organización de FEINDEF, se vetó la presencia de las empresas y del Estado de Israel en la feria española.

Con esos antecedentes, la coctelera de la autonomía estratégica de las capacidades de defensa en nuestro país se agitaba sobremanera poniendo en solfa el Plan Tecnológico del presidente del Gobierno cuando se conoció de pronto la enorme dependencia que nuestras Fuerzas Armadas tienen de la tecnología israelí. Una dependencia que la ministra de Defensa apenas lograba explicar cuando desesperadamente se esforzaba en diferenciar entre “comprar armas” y “adquirir tecnología para su desarrollo”. Y es que la apuesta por la tecnología israelí viene de largo. Una tecnología que ha sido transferida desde hace muchos años a empresas españolas en programas industriales de extenso recorrido.

Queda por ejemplo en el limbo si proyectos en curso con Israel anteriores al conflicto palestino como el programa SILAM, lanzacohetes español de Escribano y Rheinmetall con tecnología de la israelí Elbit System o el misil Spike que la española Pap Tecnos, filial de Rafael Israel que posee las patentes, estarán afectados por la nueva ley. Más importante aún son los programas de comunicaciones tácticas en el vehículo 8x8 Dragón basadas en la radio E-Lynx de la israelí Elbit que las españolas Telefónica y Aicox estaban negociando la transferencia tecnológica y que quedó en suspenso al estallar el conflicto palestino.

Se da la circunstancia de que el modelo portátil para las unidades a pie ya está en dotación en el Ejército de Tierra. Aunque el caso más delicado es el de los pods designadores Litening V para los Eurofighter F del Halcon I y Halcon 2, que España recibirá de Airbus a partir del 2026. Los contratos y acuerdos de pago de los 45 Litening V de última generación previstos comprar al fabricante israelí Rafael son del año 2023 y de momento no ha habido declaración oficial al respecto de la afectación de este programa crucial para el Ejercito del Aire español.

Mientras tanto tras FEINDEF, la ministra Robles en un intento de tranquilizar al sector después del affaire israelita se reunió con 18 directivos de empresas de defensa españolas para presentar el nuevo ciclo inversor del los Programas Especiales de Modernización (PEM) incluidos en el Plan Industrial y Tecnológico que recientemente el Gobierno ha comprometido para este año. Son 31 programas ya casi todos conocidos y en diferentes fases de financiación y desarrollo que van a beneficiarse de los 3.807 millones en el primer año, para proyectos con una duración aproximada de, al menos, cinco años, hasta 2030.

Como anticipo, el Ministerio de Industria otorgará este año una transferencia de 2.819 millones de euros para financiar 25 de los 31 programas, aquellos que están en desarrollo tecnológicos en su fase inicial. De este modo, las empresas contratistas ponen en marcha la producción y estás devuelven ese dinero directamente al Tesoro conforme el Ministerio de Defensa les paga para la compra del material adquirido.

Las grandes empresas beneficiadas

Los grandes beneficiados de estos anticipos serán Airbus (seis programas con 777 millones de euros), Navantia (cinco programas con 590 millones) e Indra (tres programas con 393 millones). El resto de las empresas se repartirán ocho programas con un importe total de 493 millones quedando pendiente de consultas técnicas por parte de Ministerio de Industria la asignación de una última partida de 262 millones de euros. Cabe preguntarse si aquellos proyectos que incluyan tecnología israelí estarán vetados. A estos programas se unirán a los más de 50 en curso fuera de los PEM, muchos de ellos en fase de desarrollo y con necesidades de financiación para su realización.

En cualquier caso, hablar de proyectos con tecnologías israelíes estará de ahora en adelante vetado en España. Cabe esperar si el embargo se amplía a los proyectos de empresa españolas que se acojan al mecanismo SAFE (Support for Ammunition, Future Equipment) con una suma de 150.000 millones de euros en préstamos reembolsables dentro del mecanismo SAFE que contempla en plan global Rearm Europe de Von der Layen. Un mecanismo que ahora se abre desde Europa para financiar proyectos de empresas cuyo reglamento ha sido aprobado recientemente y que permitirá a los países miembros acceder a esos fondos retornables cumpliendo una serie de condiciones, entre las que destaca que los proyectos deberán tener un mínimo del 65% de empresas y tecnología de países de la Unión y un 35% con tecnología fuera de ella.

Unas condiciones que, para España en muchos casos, podrán ser difícil de alcanzar desde el punto de vista técnico con relación a posibles alianzas y acuerdos tecnológicos con países fuera de la Unión como los EE. UU. o Israel o incluso otros como Turquía, con el que se da la circunstancia de que uno de los actuales proyectos estrella de España, como es el avión entrenador turco Hurjet, que incluirá paquetes de trabajo para ITP Aero, Indra, Grupo Oesía y CESA, entre con el objetivo de españolizar el Hurjet dentro de la política de independencia tecnológica e industrial española. ¿Podrán estas empresas españolas financiarse en este proyecto con fondos europeos del SAFE? ¿Está contribuyendo la UE al declive de la soberanía nacional de las empresas españolas para elegir sus socios tecnológicos estratégicos fuera de la UE?

Principales compradores de armamento americano

Relacionado con esta cuestión, hay que destacar que los principales compradores de armas y tecnología armamentística americana son países europeos, entre los que se encuentra España, que en la última década han duplicado sus compras a los EE. UU., país que entre 2020 y 2024 suministró el 64% de las armas a los miembros europeos de la OTAN. Una tendencia que la UE quiere revertir con su Rearm Europe de Von der Layen, que privilegia el comercio armamentico intraeuropeo en detrimento de otros fuera de las fronteras de la UE. Aquí sobresalen por ejemplo los EE.UU. como principal suministrador de armas a Israel, el cual, según el Instituto sueco SIPRI provee cerca del 70% de las armas que Israel adquiere en el extranjero.

En ese sentido, es un dato contrastado que los principales proveedores europeos a Israel son el Reino Unido, que desde 2015 ha otorgado a Israel licencias de fabricación de armamento por más 400 millones de libras esterlinas, y Alemania, que suministra el 30% de las importaciones de armamento israelí, también según el SIPRI. Francia no vende a Israel armamento importante, pero la tecnología francesa se utiliza abundantemente en las armas israelíes, principalmente en sensores de misiles. Italia también vende armas a Israel proporcionando el 5,6 % de las importaciones hasta el ataque del 7 de octubre de Gaza. Fuera de Europa, la “pacifista” Australia destaca en la materia de suministro de piezas de repuesto del avión F-35, motores para los drones israelíes Thunder B o sistemas de lanzamiento y control de los misiles guiados Spike de Israel que se fabrican en Australia.

Las 100 mayores empresas armamentísticas del planeta

En esa dinámica de compraventa armamentista que se ha disparado desde el comienzo de la guerra ucraniana y que en 2023 batió el récord de transacciones con 632.000 millones de dólares según el SIPRI, se encuentran las 100 mayores empresas armamentísticas del planeta, entre las que se halla Navantia en el puesto 88. Una dinámica dominada por las empresas estadounidenses, entre las que destaca Lockheed Martin, suministrador vital para muchos sistemas de armas que actualmente operan en el mundo entre los que se encuentra España con las fragatas F-100 y F-110 o los misiles Patriot del Ejército de Tierra. En esa relación también destaca la empresa española Arquimea la cual, tras la reciente feria FEINDEF, firmó un acuerdo con Lockheed Martin para diseñar conjuntamente sistemas de vigilancia y reconocimiento con inteligencia artificial para drones.

Y todo esto ocurre cuando sobre el terreno, con Macron “abofeteado”, Stern en “construcción” y España ausente, resulta que el liderazgo europeo frente a la “agresión” rusa que ha provocado el Rearm Europe de Von der Layen, recae en el premier Starmer, líder de un país fuera de la UE pero que sueña con tener una relación ad hoc que le permita liderar de forma incontestable los asuntos que le interesen en Europa.

Prueba de ello es el recientísimo acuerdo en materia de seguridad y defensa que va a permitir a la pérfida Albión, entre otras interesantes ventajas, disfrutar de los mismos porcentajes de financiación del mecanismo SAFE (65%) que cualquier otro país de la UE. Y a propósito de ello un paréntesis: ¿por qué nuestro país no ha aprovechado este acuerdo para presionar en sus tesis en el contencioso de Gibraltar que tras el Brexit aún no se ha resuelto?

¿Casualidad? No lo creo. En Europa no interesan los “problemas españoles”. Ahora pretenden a un líder y el acuerdo de seguridad y defensa con el Reino Unido es uno de los precios que la UE va a pagar por el liderazgo que ese país está ejerciendo desde el comienzo de la crisis ucraniana. Y ahora, desde que se sabe casi el único interlocutor europeo con Trump, mucho más. Un liderazgo que pocos países europeos son capaces de seguir su estela y que solo la voluntariosa Polonia del 4% del PIB en defensa ha mostrado su publica satisfacción. El resto de los países de la UE ni están ni se les espera en la Coalición de Voluntarios fundada por Starmer.

Además del Reino Unido, el mecanismo SAFE autorizará a otros países fuera de la UE como Noruega, Japón y Corea para que entren dentro de los estándares privilegiados de financiación del 65%. Ahora solo hace falta ir a las hemerotecas para ver con qué países de la UE tienen acuerdos en materia de tecnología armamentística. Desde luego la prioridad de las empresas españolas y del Gobierno español no está en esos países, están en otros que la torpe diplomacia negociadora de nuestro país no ha logrado incluir.