Pilar Rangel

Opinión

Situación del terrorismo yihadista 21 años después del 11S

Experta en Terrorismo Internacional y en la lucha contra Daesh.

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Recuerdo a las víctimas de los atentados del 11S.
Recuerdo a las víctimas de los atentados del 11S.

Se cumplen ahora 21 años del mayor ataque terrorista sufrido por EE.UU. dentro de su territorio. Un ataque que supuso un antes y un después en el orden mundial y que cambió por completo lo que denominamos nuestra sociedad internacional.

La respuesta a este ataque fue la intervención del gigante norteamericano en Afganistán, de donde hace un año las tropas internacionales se retiraron dejando el país en manos de los talibán, quienes lo han recuperado como el santuario del terrorismo que fue en su día. Y es que, como ya se esperaba, los talibán no han cumplido la promesa de no albergar terroristas, que fue una de las condiciones de la retirada de las tropas norteamericanas del país, y prueba de ello fue el cobijo que dieron a Al Zawahiri con la contundente respuesta estadounidense ante dicho incumplimiento y que supuso su muerte.

La situación actual es un Estado controlado por los talibán que acoge a más grupos terroristas, como es el caso de los grupos yihadistas y que están más armados que nunca, porque cuando las fuerzas internacionales se marcharon dejaron abandonado gran parte de su armamento.

Un año después de la toma del país por parte del régimen talibán, la situación actual es la que desgraciadamente se esperaba: la instauración de un emirato islámico con una estricta interpretación de la ley islámica; la inseguridad de la población que se encuentra gobernada por un Estado policial con detenciones y encarcelaciones arbitrarias; la anulación de los derechos de la mujer -muy especialmente el acceso al colegio-, y la falta de ingresos de muchas familias. Hay que decir que el gobierno talibán no tiene la experiencia necesaria para gobernar, por lo que la economía se ha desplomado, hecho que empieza a ocasionar una crisis de refugiados que podría ser similar a la de Siria. Podemos decir que 21 años después del 11S la situación en Afganistán es peor que al principio, a pesar de los 20 años de intervención y con el gasto económico y humano que ha supuesto.

A nivel global podemos decir que la caída del Califato en Siria e Irak y la pérdida del control territorial ha supuesto un grave golpe para Dáesh, que, sin embargo, ha podido expandirse a otros países, principalmente de África, donde operan con mayor voracidad. Esto sucede especialmente en el Sahel, donde tanto las franquicias de Dáesh como de AlQaeda se han convertido en grupos prácticamente incontrolables y donde día a día van ganando más territorio.

También Nigeria y la cuenca del Lago Chad son dos regiones muy preocupantes por el incremento de los ataques terroristas, así como la situación del Cuerno de África y Mozambique, donde después de 10 años de conflicto parece no poder frenarse.

Igualmente, en el Magreb y muy especialmente en Libia al tratarse de un Estado fallido, reúne todas las condiciones para que estos grupos terroristas campen a sus anchas.

A nivel global podemos decir que pese a la muerte de los lideres tanto de Dáesh como de AlQaeda estos grupos terroristas siguen expandiéndose y ocupando más territorios, especialmente en zonas no controladas o Estados fallidos como puede verse en la imagen que se muestra bajo estas líneas (MAPA vía @revueconflits).

Imagen 21 aniversario
 

En Occidente la principal amenaza de los últimos años son los ataques de actores individuales con capacidad para atentar de forma rápida y contundente sin necesidad de mucha infraestructura. Basta un vehículo o un arma blanca. Igualmente es muy preocupante la radicalización que se produce en el entorno penitenciario y el uso de flujos migratorios como vía de entrada a Europa a través de redes ilegales de inmigración o de uso de documentación falsa.

No podemos olvidar la amenaza que supone los combatientes retornados, unos 240 en el caso de España y unos 1.000 en el caso de Marruecos, así como el auto adoctrinamiento y la financiación del terrorismo yihadista, amenazas a las que hay que combatir de raíz.

Debemos recordar el caso de las tres españolas y los menores a su cargo que vivieron en el Califato y a las que se localizó en los campamentos de refugiados de Siria. Sobre ellas pesa una Orden Internacional de Detención.

En el caso de España, y 18 años después de los atentados del 11M y los atentados de Barcelona y Cambrils de 2017 nuestras FCSE realizan una gran labor de prevención, detección y detención de estos grupos terroristas principalmente a través de Internet. Es de destacar la cooperación y coordinación con otros cuerpos policiales y servicios de Inteligencia en la lucha contra el terrorismo, teniendo como socio destacado ante esta amenaza a Marruecos.

España destaca, desde el punto de vista de la lucha contraterrorista, por la intensa labor preventiva que realiza, de forma que la mayor parte de los individuos y células son neutralizados en las primeras fases del planeamiento de sus acciones, sin dar tiempo a la activación de los terroristas.

Según datos del Departamento de Seguridad Nacional, desde el 11 de marzo de 2004 se han detenido en España a 910 personas relacionadas con el terrorismo yihadista. Una parte importante de esas operaciones fueron desarrolladas gracias a la constante interacción y colaboración entre las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad con el Servicio de Inteligencia español (CNI).

lucha contra el terrorismo
 

Según datos de la Comisaria General de Información de Policía Nacional en la siguiente tabla aparecen desglosados el número de operaciones que llevaron a cabo y de detenidos desde 2001 a 2021.

numero de operaciones que llevaron a cabo y de detenidos desde 2001 a 2021
Número de operaciones que llevaron a cabo y de detenidos desde 2001 a 2021.

El resultado de todo ello nos lleva a concluir que la lucha contra el terrorismo que comenzó después del 11 de septiembre de 2001 ha fracasado porque aunque es cierto que tanto Dáesh como AlQaeda son más débiles que al inicio, la victoria taliban en Afganistán ha supuesto una victoria moral y estratégica  para estos grupos terroristas que se ha extendido a otros países donde operan como en  África o en Oriente Medio y que les anima a seguir el ejemplo talibán de conquista del territorio e instauración de la sharía y donde se han hecho mucho más fuertes después del 11S.

Es por ello por lo que hay que buscar una nueva estrategia en la lucha contra el terrorismo yihadista y un compromiso continuo por parte de la comunidad internacional.

Evidentemente, la solución a estas amenazas no pasa solo por la vía militar sino por la actuación de los servicios de inteligencia con el apoyo de la población local y una mayor cooperación entre los países de la zona.

Los tres objetivos principales por alcanzar serían:

  1. Estabilizar las zonas en conflicto, especialmente centrándose en la lucha contra el terrorismo yihadista y el crimen organizado.
  2. Reconstruir estos Estados fallidos en la mayoría de los casos en todos sus ambitos: gobernanza, policial, judicial y militar.
  3. Mejorar el desarrollo económico de estos países.

Si no se logran alcanzar estos tres objetivos básicos no solo aumentará más la inestabilidad en estos países donde actúan estos grupos terroristas, sino que a España y a Europa les costará muchos más años que los que lleva actualmente luchando contra ellos y la mayoría de estos problemas posiblemente se trasladen a nuestro territorio.