El pasado miércoles cinco militares de la Guyana desaparecieron en la selva amazónica debido a un accidente de helicóptero en lo que podrían suponer las primeras víctimas mortales de la crisis territorial entre Caracas y Georgetown por la “propiedad” de la región de Esequibo. Los militares realizaban tareas de observación a las tropas venezolanas que han ido amasando efectivos en la frontera de la región disputada, disparando las alarmas internacionales, especialmente de Guyana y Brasil.
Teniendo en cuenta el reciente descubrimiento este pasado octubre de un nuevo depósito de petróleo en las aguas de Guyana/Esequibo donde se calculan se podrán extraer once mil millones de barriles de crudo, es fácil imaginar las “prisas” y amenazas de Nicolás Maduro por reclamar este trozo gigante de Amazonas, y sus correspondientes aguas territoriales y de interés económico.
Y es que el gobierno de Maduro, sin ánimo alguno de rebajar la tensión, aprobó el pasado viernes 8 de diciembre un proyecto inmobiliario para la construcción de 120 casas en la región de Esequibo, legalmente perteneciente a la Guyana pero que el presidente venezolano ha “anexionado” unilateralmente después de organizar un referéndum nacional en el que básicamente preguntaba a los venezolanos si deberían de recuperar esta región disputada.
El resultado del referéndum, que ha sido fuertemente criticado por la comunidad internacional, arrojó un definitivo 95% de los votantes a favor de la anexión total de la región de Esequibo al Estado de Venezuela (según el gobierno de Caracas votaron más de diez millones de venezolanos, según otras fuentes fueron solo 2 millones). Y las críticas no han sido únicamente por la organización del referéndum, que también, sino porque inmediatamente después el presidente Maduro ha ordenado, muy convenientemente, la detención en masa de opositores y ex funcionarios que se pronunciaron en contra de la anexión, y entre los que se encuentran colaboradores muy cercanos a la candidata de la oposición María Corina Machado.
La batalla por el relato
Como en otros tantos conflictos territoriales en el mundo, es muy complicado que la razón la lleve únicamente uno de los contendientes y este es también un caso muy complejo y con intereses encontrados.
Y es que allá en 1777 la Capitanía General de Venezuela incluía esta región en los mapas venezolanos, pero sin ocuparla, cosa que sí hizo la entonces Guayana Británica en 1899 que impuso unos límites avalados por el Laudo Arbitral de París, que el 3 de octubre de aquel año falló a favor de Reino Unido y sobre su derecho a los 159.542 kilómetros cuadrados del territorio de Esequibo, que Venezuela rechazó enérgicamente por no encontrarse presente ninguna representación del gobierno en las conversaciones, y por el amaño imperialista que se había llevado a cabo, según los gobernantes de Caracas, porque los únicos presentes en aquellas conversaciones habían sido Estados Unidos y Gran Bretaña.
El incremento de las tensiones en la zona no ayuda a ninguno de los dos países en liza, pero si Caracas decidiera utilizar el ejército desde luego perdería toda posibilidad de que la Corte Internacional de Justicia sancionara a su favor, y también se da la tesitura de que si se da la razón a Caracas se cortaría a Guyana por más de la mitad, con todas las consecuencias (económicas, sociales y políticas) que ello conllevaría para la antigua colonia británica.
Exxon Mobile y los intereses occidentales en el conflicto
Desde que Exxon Mobile descubrieran ingentes cantidades de petróleo en las aguas de Esequibo/Guyana, convirtiendo a este pequeño país sudamericano de menos de un millón de habitantes en un futuro gigantesco productor petrolífero, (por delante de Estados Unidos, Catar, Noruega o México), la locura de los petrodólares se ha implantado en la Guyana, aunque es cierto que el dinero está llegando, los habitantes de este pequeño Estado apenas se están involucrando en las extracciones puesto que las plataformas off-shore requieren mano de obra especializada de la que Guyana carece hasta el momento.
Pero ha sido el reciente descubrimiento de un depósito muy importante el que ha hecho explotar las tensiones entre Caracas y Georgetown, llegando incluso el presidente Maduro a amenazar a la todo poderosa petrolera Exxon Mobil para que pare toda actividad en la zona hasta que se llegue a un acuerdo, punto este que ha hecho saltar las alarmas de los países con intereses allí, con Estados Unidos a la cabeza.
EE.UU. da su apoyo total a Guyana (AKA Exxon Mobil)
Efectivamente Washington ya ha puesto sus medios en la región para dar su apoyo total a Guyana (AKA Exxon Mobil) y dejar claro a Maduro que no tolerará una invasión al Esequibo. Prueba de ello son las maniobras militares que se están desarrollando estos días en el Caribe Sur junto a las GFD (Guyana Defence Force) y que, según fuentes oficiales estadounidenses, continuarán en los próximos días para demostrar a Georgetown el apoyo total de Estados Unidos a uno de sus aliados más importantes en el Caribe.
Aunque podría parecer que esta crisis geopolítica ha surgido de la nada, lo cierto es que este conflicto territorial lleva años en la mente de venezolanos y guyaneses como hemos visto más arriba. Pero lo que sí parece claro es que esta vez Maduro ha “mordido” el Esequibo y no lo va a soltar, y una de las razones principales son muchos miles de millones de barriles de petróleo de gran calidad, pero también hay otros motivos. El presidente venezolano se agarrará a la teoría de la conspiración de los americanos contra su país, seguirá amasando tropas en la frontera con la Esequibo y presionará de todas las manera posibles para hacerse con un trozo del pastel. Es obvio que no le van a conceder toda la región que reclama, por las razones que vimos más arriba, pero sí buscará sacar tajada de unas aguas territoriales que tiene tan cerca, y que ahora mismo no puede disfrutar.
Venezuela, la que debiera ser potencia mundial en la extracción de petróleo, extrae en estos momentos la mitad de crudo que el Estado norteamericano de Nuevo México.
Entonces, ¿para qué quiere Venezuela más petróleo?
El fondo Monetario Internacional acaba de confirmar que Venezuela ha sido el Estado con un mayor incremento de precios este año, con un 360%. Si a esto sumamos la baja popularidad del presidente en estos momentos, los niveles de corrupción económicos y sociales, los intentos descarados por evitar que su oponente María Corina Machado pueda presentarse incluso a las elecciones del año que viene, tenemos razones más que suficientes para que el presidente bolivariano haya querido dar un puñetazo en la mesa del nacionalismo, con la esperanza que con la recuperación (al menos parcial) del Esequibo le devuelva cierto rédito electoral, social y económico, a la vez que hunde una oposición que ha criticado enérgicamente el intento de tomar esta región por la fuerza por parte del presidente de los venezolanos.
Aunque parece que esta agresiva estrategia de Caracas con respecto a Guyana le pueda traer más perjuicio que beneficio a la República Bolivariana, no hay que olvidar que allá en el año 1982 un gobierno/dictadura en Argentina decidió que recuperar una región que legalmente pertenecía a otro Estado era la mejor manera de recuperar la confianza del pueblo y los bajos niveles de popularidad que por aquel entonces tenía la dictadura cívico-militar Argentina con su Junta Militar a la cabeza, provocando una guerra de 10 semanas que trajo mucho dolor humano, y también un herida incurable en el orgullo de los argentinos.