El Servicio Secreto de Argelia nombra como jefe al "niño bonito" de Putin

Argelia ha reforzado aún más sus lazos con Moscú mediante el nombramiento de Djamel Medjdoub, el nuevo jefe de la inteligencia exterior.

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Argelia y Rusia, grandes aliados.
Argelia y Rusia, grandes aliados.

Fue hombre de confianza de Abdelaziz Bouteflika, presidente argelino durante veinte años hasta abril de 2019, hasta que la perdió, y llegó a ser condenado tras un intento de atentado contra este ocurrido en 2015 en el que no tomó parte. Si hubo negligencia, esa es otra historia, pero Bouteflika no murió asesinado en su villa de Zeralda. Durante diez años Djamel Medjdoub fue su niñera, su ángel de la guarda, el hombre que le protegía las espaldas como máximo responsable de la Dirección de Seguridad y Protección Presidencial (DSPP), y se lo pagaron de la peor manera posible. Lo condenaron a tres años de cárcel, pero apeló y los tribunales le dieron la razón. Sin embargo, en los últimos años ha recibido otra condena, la del ostracismo. Se sospecha que Vladimir Putin, el presidente ruso, tiene mucho que ver en su nuevo nombramiento, lo cual no augura nada bueno para la paz en la zona. 

Graduado de la escuela del Departamento de Inteligencia y Seguridad (DRS) en Argel, Djamel Medjdoub pasó por Saint-Cyr y la Academia de Inteligencia Extranjera del FSB ruso, primero ocupó el cargo de ex director de estudios en el DRS antes de tomar el mando de importantes misiones. Habla persa con fluidez, y ha trabajado en Irán, Líbano, Pakistán, Yemen, Siria y Francia. Hombre con fama de tranquilo e inteligente, riguroso y estricto, fue uno de los máximos responsables en la extradición en noviembre de 2005 de Amari Saïfi, conocido como Abderazak el-Para, ex número 2 del Grupo Salafista de Predicación y (GSPC ) de Chad a Argelia vía Libia. 

Tras cincuenta años de servicios fieles, su nombre fue puesto en entredicho. Ahora Djamel Kehal Medjdoub ha recuperado el poder. La prensa argelina lo describe como El fantasma y su nombramiento al frente de la Dirección General de Documentación y Seguridad Exterior ha sido interpretado como una imposición de Rusia, que consigue ganar más peso en África, su mejor herramienta para desestabilizar Europa. Si no fuera septuagenario le cuadraría el apodo, afirman nuestras fuentes, de "niño bonito" de Putin, quien dirigió el Servicio Federal de Seguridad (FSB) donde Medjdoub fue formado antes de tomar el poder. 

La estrategia de Putin en África

Esta noticia puede tener repercusiones para España, ahora convertida en aliada de Marruecos tras dar la espalda al pueblo saharaui. 

Con Ucrania arrasada, el Sahara Occidental podría ser el nuevo polvorín mundial. Como ya publicamos en Escudo Digital, en un mundo Atlantista, con Europa desmembrada tras el Brexit y el conflicto entre Rusia y Ucrania, Estados Unidos adquiere mucho más poder y la zona del Sahara podría convertirse en una de las áreas estratégicas más importante en el plano internacional, la gran boca de tierra desde la que se dominaría el mundo. Rusia no está dispuesta a consentirlo, y de hecho juega a la desestabilización en África desde hace tiempo. Que el máximo responsable de la inteligencia argelina sea ahora uno de sus hombres de confianza puede ser un factor altamente desestabilizador.

Originario de El Milia, en el norte de Constantina, de familia de revolucionarios, el joven Medjdoub estaba destinado a una carrera como futbolista de alto nivel antes de optar por el ejército. Su nombramiento es un gol en toda la escuadra para Marruecos y Estados Unidos. Rusia afianza aún más su poder en un país imprescindible para el suministro de gas a Europa. El control de África es muy importante para Rusia. Como publicó Pilar Rangel, experta en geoestrategia en referencia al Sahel, en Escudo Digital, "en estos momentos la situación no puede ser peor para el Sahel con la retirada de Francia de Mali, la retirada de Mali del G5 Sahel, la llegada de Rusia y la ausencia de EE.UU., al menos de forma oficial. Parecería que la estrategia rusa pasaría por la estrategia del caos: divide y vencerás. Pero Rusia no solo se centrará en Mali, sino que aumentará la presión sobre Burkina y Chad". 

Según la misma analista, "en los últimos años Rusia se ha convertido en un actor estratégico en África y muy especialmente en el Sahel. La forma de acceder ha sido a través de las operaciones de influencia y de desinformación por redes sociales. A su vez ha hecho acto de presencia la compañía Wagner en países como la República Centroafricana, donde son cercanos al presidente, y en Mali, donde el ministro de Defensa estudió en Moscú y es cercano al gobierno de Putin". Su estrategia es la de dividir y vencer.