Cinco cosas que la inteligencia artificial está haciendo ya para proteger el medio ambiente

Desde impedir incendios a proteger rinocerontes, la inteligencia artificial tiene múltiples aplicaciones para proteger nuestro planeta.

Gonzalo Díaz Bonet.

Especialista en Tecnología y Sostenibilidad.

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Para entrenar un modelo de lenguaje como ChatGPT se requieren miles de GPU -unidades de procesamiento de gráficos- y una gran cantidad de datos, lo que a su vez aumenta su impacto ambiental. Estas emisiones pueden tener consecuencias significativas para el cambio climático y la calidad del aire. Son palabras del propio chatbot de inteligencia artificial cuando se le pregunta sobre su propia contaminación, recogidas por El País

Según un estudio de la propia OpenAI, compañía artífice de ChatGPT, la cantidad de potencia informática necesaria para ejecutar grandes modelos de inteligencia artificial (IA) se duplica cada tres meses y medio. Esto supone un impacto que solo se puede minimizar mediante el desarrollo de algoritmos verdes o el empleo de energías no contaminantes en instalaciones como los centros de datos, responsables de gran parte del tráfico que pasa por la Red. 

Pero, más allá de reducir su consumo energético, ¿qué más puede hacer la inteligencia artificial para proteger el medio ambiente? Son muchos los usos que se le puede dar a esta tecnología tan en boga, que se antoja clave para el desarrollo de la sociedad digital. Aquí recopilamos algunos de ellos. 

1. Perseguir la tala ilegal de árboles protegidos 

La ONG Rainforest Connection, con la que también colabora Huawei, utiliza sensores acústicos en los árboles. Estos "escuchan" lo que ocurre en el bosque y lo transmiten en tiempo real a una nube. Así, un sistema de aprendizaje automático reconoce sonidos específicos, como los de una motosierra o un camión, y envía alertas a las autoridades locales.  

Casi 600 dispositivos "guardianes", han sido ya instalados en 35 países, como Brasil, Indonesia, Congo, Filipinas, Reino Unido, Chile, Italia o Polonia. 

2. Cuidar los océanos y luchar contra el plástico 

Un grupo de investigadores del instituto francés Mines-Telecom (IMT) está analizando la influencia del cambio climático en los océanos. Esta investigación se está ejecutando gracias a los avances de la inteligencia artificial. El equipo galo está elaborando modelos en 3D que analizan la dinámica oceánica a partir de datos de teledetección recogidos por satélite. 

3. Luchar contra los incendios 

La multinacional de tecnología IBM ha aplicado su inteligencia artificial para llevar a cabo Bee2FireDetection, una herramienta que puede calcular las probabilidades de que se produzca un incendio y puede ayudar a combatirlo de una manera más rápida y ágil.  

Está en funcionamiento las 24 horas del día, los 365 días del año, y permite detectar incendios forestales a distancias de 15 kilómetros, utilizando diferentes algoritmos. Para ello se recopilan una serie de datos meteorológicos y ambientales del terreno, como la humedad relativa o la dirección del viento, y se analizan a continuación, de tal manera que el sistema puede incluso predecir un incendio antes de que ocurra. 

4. Impedir la caza furtiva de rinocerontes 

En la actualidad, los rinocerontes se consideran en peligro de extinción. La empresa sudafricana Rouxcel Technology ha desarrollado unos brazaletes con IA, que se colocan en los tobillos de los rinocerontes, para ayudar a los equipos de conservación a localizar fácilmente a los animales y vigilar su comportamiento en tiempo real. 

Así, con un algoritmo de aprendizaje automático el brazalete detecta cuando un animal muestra patrones de movimientos anormales, señal que podría indicar la angustia del animal cuando hay cazadores furtivos cerca. Este envía de inmediato una alerta a los centros de vida salvaje.  Los dispositivos se utilizan ya en distintos lugares, desde Kenia hasta Sudáfrica. 

5. Reducir la "huella de carbono" del acero 

El acero y el cemento son materiales importantes de construcción. Sin embargo, son grandes emisores de CO2.  La empresa estadounidense Fero Labs ha trabajado, en cooperación con cinco plantas siderúrgicas estadounidenses, en un software de optimización basado en IA, para reducir la cantidad de ingredientes extraídos -o aleaciones- hasta en un tercio. El software recopila y aprende de datos históricos para recomendar la cantidad mínima de material adicional nuevo que debe agregarse, si es que hay que adicionar alguno.