España bate su récord de potencia renovable instalada, superando un 22% el registro de 2019

Según datos de APPA Renovables, la demanda eléctrica ha caído un 2,9%, lo que demuestra que se está consumiendo menos electricidad en España.

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Parque eólico.
Parque eólico.

La capacidad instalada de energía renovable incorporada al sistema eléctrico nacional en 2022 ha sido de 8.312 megavatios (MW), la más alta registrada nunca, superando un 22% el anterior récord de 2019. Así se deduce de los datos publicados por la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA Renovables) 

Así, la instalación fotovoltaica en España el año pasado ha sido de 6.930 MW (2.649 MW en proyectos de autoconsumo y 4.281 MW conectados a la red), a lo que hay que sumar 1.382 MW de instalación eólica. Para APPA Renovables, esta cifra mantiene el ritmo instalador para cumplir los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) pero a su vez ’’arroja dudas sobre la capacidad de integración renovable’’. 

En un comunicado, APPA Renovables hace un llamamiento para impulsar los avances en almacenamiento, hibridación y electrificación de la demanda para la óptima integración de la electricidad renovable. Además, asegura que la demanda eléctrica ha caído un 2,9%, más que la generación eléctrica de autoconsumo, situada en un 1,8%, por lo que demuestra que se está consumiendo menos electricidad en España. 

’’Es fundamental realizar un esfuerzo para incrementar la demanda eléctrica, especialmente en aquellos casos en los que se produce una sustitución directa de combustibles fósiles como el gas’’, ha explicado el director general de APPA Renovables, José María González Moya. 

Para APPA Renovables, el aumento de la demanda eléctrica, reducir la dependencia de las importaciones y descarbonizar la economía pasa por el uso de bombas de calor de alta eficiencia para satisfacer usos térmicos o el impulso de la movilidad eléctrica. 

Cinco veces más eficientes 

Las bombas de calor funcionan mediante el proceso de bombear calor de un lugar a otro, en lugar de generar calor mediante la quema de combustible como ocurre en los sistemas de calefacción tradicionales. Esto hace que las bombas de calor sean más eficientes energéticamente hablando, ya que utilizan la energía que ya existe en el ambiente en lugar de crearla.  

Ello reduce significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero y el consumo de energía. Según un estudio de la Agencia Internacional de Energía, las bombas de calor disponibles actualmente en el mercado son de tres a cinco veces más eficientes energéticamente que las calderas de gas natural.