España, cuarto país europeo con mayor tráfico de jets privados

Las emisiones de CO2 por estos vuelos han aumentado de 126.786 toneladas en 2021 a 243.851 toneladas en 2022.

Gonzalo Díaz Bonet.

Especialista en Tecnología y Sostenibilidad.

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Jet privado.
Jet privado.

España es el cuarto país europeo con mayor tráfico de jets privados, solo superado por Reino Unido, Francia y Alemania. Así lo revela un informe de Greenpace, que indica que que los vuelos privados con salida desde España han pasado de 26.239 en 2021 a 45.633 en 2022, lo que supone un incremento del 74% en un solo año. Por su parte, las emisiones de CO2 han aumentado de 126.786 toneladas en 2021 a 243.851 toneladas en 2022. 

El de Palma fue en 2022 el aeropuerto de España con más tráfico de aviación ejecutiva, seguido por el de Ibiza. Ambos ocupan el puesto noveno y décimo de Europa respectivamente por número de movimientos en 2022. De Palma partieron 7.932 vuelos privados y le siguieron los aeropuertos de Ibiza y Madrid-Barajas con 6.606 y 6.237 vuelos privados cada uno. Hay que destacar que la ruta Ibiza-Palma se situó entre las 10 que mayor tránsito de aviones tuvieron en el año 2022 dentro de la Red de Eurocontrol. 

En Europa, el número de vuelos de jets privados aumentó un 64% en 2022, hasta alcanzar los 572.806 vuelos anuales. Las emisiones de los aviones privados no dejan de crecer y el pasado año se duplicaron, causando 3,3 millones de toneladas de CO2. Es decir, el equivalente a las emisiones anuales de CO2 de 555.000 habitantes medios de la Unión Europea.  

Según denuncia la organización ecologista, que ha pedido la prohibición de los jets privados, el 55% de todos los vuelos de estos apartos en Europa el año pasado fueron vuelos cortos o ultracortos de menos de 750 km, que podrían haberse realizado en tren o ferry sin suponer grandes aumentos en su duración. 

Destinos más populares

Los tres destinos más populares en Europa fueron Niza (Costa Azul), París y Ginebra, y las tres rutas más transitadas  París-Londres, Niza-Londres y París-Ginebra, dos de las cuales –denuncia Greenpeace- tienen conexiones alternativas directas en tren de menos de 3,5 horas y múltiples servicios al día.  

Las alternativas en tren para rutas de menos de 100 kilómetros son incluso más numerosas. Algunos ejemplos son las rutas entre Maastricht y Lieja, de 32 minutos en tren. La que une Bruselas y Amberes puede sustituirse fácilmente por un viaje en tren de entre 40 y 50 minutos. La ruta entre Niza y Cannes podría reemplazarse por el tren con un trayecto de unos 30 minutos. Un viaje en tren de unos 40 minutos podría sustituir los vuelos entre Ámsterdam y Róterdam. El viaje en tren entre Zurich y Basilea dura alrededor de 1 hora. 

Los SAF como alternativa sostenible 

Viajar en avión contamina 20 veces más de lo que contamina el tren. Las emisiones del avión son, en promedio, de unos 285 gramos de CO2 por persona y kilómetro volado, mientras que las de un tren son de 14 gramos de CO2 por persona y por kilómetro de media.    

Todo ello ha propiciado la creación de un movimiento ecologista –el flygskam- que rechaza sobre todo los desplazamientos en en avión que duran en torno a una hora, entre capitales que estén bien cubiertas por conexiones en tren.  

Más allá de la prohibición que reclaman desde Greenpeace, otra alternativa para reducir la contaminación creada por los aviones es el empleo de combustibles SAF, una alternativa sostenible al queroseno que puede utilizarse ya, con los aviones y las infraestructuras actuales. 

Los aviones actuales están certificados para operar hasta con un 50 por ciento de estos combustibles de origen sostenible, que se consideran una tecnología “drop in”, pues no requieren ninguna transformación en el diseño de las aeronaves, ni tampoco en la infraestructura de los aeropuertos. Conocidos como SAF (sustainable aviation fuel), provienen de residuos de la industria forestal, agrícola, ganadera y alimentaria, o bien de la captura de CO2, y con su producción se promueve la economía circular y el desarrollo de nuevas tecnologías.