Pilar Rangel

Opinión

La reducción de militares de España en Mali aumentará la inseguridad

Experta en Terrorismo Internacional y en la lucha contra Daesh.

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Es necesaria la presencia europea en Malí.
Es necesaria la presencia europea en Malí.

España participa en la Misión de entrenamiento de la UE, la EUTM MALI, con 316 militares que, según declaraciones de la Ministra de Defensa, sufrirá una reducción importante durante este año debido a la situación de inestabilidad que se vive en el Sahel y la presencia rusa.

Esto será otro elemento que perjudicará a la situación de inseguridad que se vive especialmente en Mali, dado que España contribuye con el mayor número de militares en el país tras la salida de Francia con Barkhane, la salida de Alemania y el anuncio de la República Checa de abandonar también la misión.

El General al mando de la EUTM MALI es el General español Santiago Fernández Ortiz-Repiso, que acaba de asumir el puesto en la misión. Uno de los motivos de replantearse la misión europea en Mali es que los militares de la FAMA, que han sido formados por la EUTM, no pasen a las órdenes de Wagner.

Evidentemente es necesaria la presencia europea en el Sahel, especialmente en Mali y Burkina Faso, no solo desde el ámbito de la seguridad regional y de la seguridad para Europa sino porque los huecos que dejemos serán cubiertos por otros países, como es el caso de Rusia.

La situación en Mali es una de las peores en los últimos años después de dos golpes de Estado y con la presencia militar rusa en el país, lo que hace que la misión de entrenamiento de la UE se tenga que adaptar a la nueva situación.

Igualmente, durante estos años, tanto el terrorismo como el crimen organizado no han parado de aumentar en estos países unido a la presencia de Wagner, que, al no tratarse de una fuerza antiterrorista, de lo que se ha encargado es de proporcionar seguridad y proteger los recursos mineros, por lo que los grupos yihadistas tienen una mayor libertad de movimiento hasta el punto de que han llegado muy cerca de Bamako. Y es que Wagner no está en el Sahel para combatir el terrorismo yihadista.

Sin embargo, Europa no puede abandonar el Sahel, y menos Mali, a pesar de dicha presencia rusa. Hace 10 años que comenzó la operación Serval por parte de Francia y parece que no hemos tenido en cuenta las necesidades locales para diseñar la cooperación en materia de seguridad. Nos hemos centrado solo en el ámbito militar.

Si bien la operación Serval fue un éxito, la Operación Barkhane fue un fracaso. Es impensable poder controlar cinco millones de kilómetros cuadrados en Mali con 5.000 hombres. Los estadounidenses fracasaron en Afganistán con 100.000 hombres en 600.000 kilómetros cuadrados. Los políticos franceses no percibieron que esta guerra fuera sobre todo un conflicto asimétrico lejos de las intervenciones anteriores en Libia o Costa de Marfil.

Los ejércitos y políticos franceses se han centrado en la eliminación de los líderes de los grupos armados en venganza por la muerte de soldados franceses, pero sin que esto influya realmente en el curso del conflicto.

Después de la retirada de Francia de Mali, y progresivamente de Burkina Faso, nuestro vecino del norte ha reposicionado su presencia en los países del Golfo de Guinea y busca fortalecer sus lazos con otros como Costa de Marfil o Camerún.

Mientras, España parece que se queda sola en el avispero del Sahel donde los grupos yihadistas se están acercando a Bamako y la presencia rusa no hace nada para evitarlo.

Haciendo un análisis prospectivo habría que preguntarse que, dado que los grupos yihadistas aprovechan estados fallidos para aumentar su influencia, cuáles son los escenarios futuros alternativos se prevén a corto plazo y cuáles serán los próximos países que sufrirán el azote del terrorismo. Es evidente que estos grupos terrorista seguirán avanzando hacia los países del Golfo de Guinea e intentarán expandirse hacia el oeste, especialmente hacia Mauritania y Senegal buscando siempre una salida hacia el mar.

La pregunta es si la misión de entrenamiento de la Unión Europea en Mali debe continuar en estas circunstancias, debe replantearse o debe lucharse contra el terrorismo yihadista en el Sahel desde otros ámbitos y desde otros países.

El Sahel es un escenario muy complicado y el enfoque debe ser militar unido al no militar. En el ámbito militar hay que dar una mayor prioridad a las operaciones de inteligencia unidas a operaciones conjuntas con otros actores de la zona y hacerlo de forma coordinada.

A nivel estratégico fue un error dejar el norte de Mali sin presencia estatal, ya que ese vacío fue ocupado por los yihadistas. Igualmente, la falta de gobernanza ha ocasionado grandes problemas políticos sociales entre la población. El gran problema de Mali es que es un Estado que nunca ha ejercido realmente sus funciones sociales o soberanas, y esa falta de Estado ha hecho que la misión militar francesa también fracasara al ser la única vía que se estaba utilizando.

Si hay alguna lección que hay que extraer es la necesidad de tener en cuenta a todos los actores implicados en la zona, la protección y la percepción de la población civil y las realidades locales, una lección que hasta ahora no parece haberse asimilado.

Igualmente, la solución militar no puede hacer frente por si sola al problema del terrorismo yihadista en el Sahel y el de la radicalización. La estrategia debe ser a nivel regional y multisectorial, partiendo de la idea de que hay que ofrecer soluciones africanas a problemas africanos.

La intervención militar debe ir acompañada de otro tipo de actuaciones dirigidas al desarrollo para evitar la radicalización y la violencia extremista y considerarse también a nivel local el diálogo con grupos extremistas violentos para ofrecer una contra narrativa eficaz frente a ellos

Es por ello por lo que nos encontramos ante el fin de un ciclo que se debe gestionar con una nueva estrategia que implique un nuevo modelo de intervención en el que, partiendo de las lecciones aprendidas, se comience a trabajar de forma eficaz en el Sahel reconstruyendo a los Estados en todos sus ámbitos y no solo en el militar y dedicando una especial atención a la población civil y a la actuación en el ámbito local, ya que lo contrario será volver a cometer los mismos errores.