Seguridad en el Mar Rojo: Europa debe dar un paso al frente

Este conflicto podría llegar a suponer un aumento de los costes de transportes marítimos de hasta el 70%.

Oscar Ruiz -Escudo Digital.

Experto en migraciones y analista internacional.

Guardar

Recreación de los ataques a embarcaciones comerciales en el Mar Rojo realizada con IA.
Recreación de los ataques a embarcaciones comerciales en el Mar Rojo realizada con IA.

Que los hutíes de Yemen hayan valorado muy positivamente la retirada de la participación española en la operación marítima “Guardián de la Prosperidad” ha derivado en que la opinión pública de nuestro país haya puesto en tela de juicio nuestra determinación a ayudar a la talasocracia norteamericana en la protección del importante comercio marítimo a través del Mar Rojo, el estrecho de  Bab al-Manded y el Golfo de Adén.

Según fuentes militares norteamericanas ya ascenderían a quince los buques mercantes que han sido víctimas de ataques por parte de los proxies iraníes, mayormente utilizando drones suicidas y sin que se haya contabilizado hasta ahora ninguna víctima mortal, aunque sí daños materiales y, sobre todo, el miedo a transitar por estas aguas tan importantes para el comercio marítimo mundial.

Y es que por estas aguas es donde transita el 12% del tráfico marítimo mundial y entre un 4% y un 8% de los cargamentos globales de GNL. Además, muchos barcos han tenido que alargar miles de kilómetros sus itinerarios para evitar esta zona en conflicto, lo que podría llegar a suponer un aumento de los costes de transportes marítimos de hasta el 70%. Con la llegada de la US Navy y sus aliados a la zona, donde ya han tomado acción destruyendo un número no determinado de drones suicidas hutíes, algunas grandes empresas vuelven a transitar, pero todavía algunas de las más importantes son reticentes a seguir utilizando esta clásica ruta.

Mapa de la zona del Mar Rojo con puntos estratégicos y ubicación de Yemen. Fuente Escudo Digital.
Mapa de la zona del Mar Rojo con puntos estratégicos y ubicación de Yemen. Fuente: Escudo Digital.

Pero, ¿qué es la Mision Guardian de la Prosperidad?

La Operación Guardián de la Prosperidad es una iniciativa multinacional de seguridad lanzada en diciembre de 2023 en respuesta a los ataques de los rebeldes hutíes de Yemen en el Mar Rojo. Esta operación involucra a varios países, y tiene como objetivo garantizar la seguridad en el Mar Rojo y el Golfo de Adén, dos importantes rutas marítimas. Los buques militares participarán bajo el paraguas de la Fuerza Operativa Combinada 153 y no escoltarán necesariamente a un buque en concreto.

La operación es una respuesta a la reciente escalada en los ataques hutíes, que amenazan el libre flujo de navegación y ponen en peligro las vidas de marineros inocentes, y busca afrontar los desafíos a la seguridad en esta región y proteger a los buques civiles de contenedores y de carga para que puedan transitar libremente por estas aguas.

La retirada de España, Francia e Italia de la misión

La primera intención, e incluso se llegó a anunciar oficialmente, fue la de que nuestro país, junto a Francia e Italia, participarían en este paraguas de seguridad marítima liderado por Estados Unidos. Se buscaron formulas “legales” para la participación de nuestras fuerzas armadas en esta aventura, incluso expandiendo las misiones y alcanza de la Operación Atalanta cuya misión es “es proteger del ataque de los piratas el tráfico marítimo en el océano Índico occidental, especialmente a los buques del Programa Mundial de Alimentos de la ONU. También proteger a los pesqueros para que puedan faenar sin peligro en aquellas aguas, controlar los puertos y las bases desde donde actúan los piratas y neutralizar los barcos nodriza que éstos utilizan para llegar a alta mar” y que precisamente lidera España en la actualidad, pero finalmente se decidió no usar esta vía puesto que se desvirtuaría la misión original.

Lo que tenemos que analizar en primera instancia es que esta misión, y en concreto este conflicto marítimo que se está produciendo entre el cuerno de África y el Canal de Suez, es fruto de la escalada militar del conflicto que se está llevando a cabo entre Israel y Hamas en la Franja de Gaza, y que también está teniendo su repercusión en Irak y Siria, donde las tropas americanas que allí permanecen pertenecientes a la coalición global que luchan contra  (lo que queda) del ISIS en Irak y Siria están siendo atacadas, cada vez de manera más intensa, por las milicias iraquíes, como siempre respaldadas por Irán y conocidas como las “Resistencia Islámica de Irak” y otros grupos asimilados, cuyo último ataque se produjo el lunes día de Navidad con el saldo de tres heridos norteamericanos, uno de ellos de gravedad, y provocando casi de manera inmediata, la respuesta de los militares americanos con el ataque de tres bases utilizadas por estas milicias proiraníes.

Una vez asimilado que la situación de hostilidad en las aguas del Cuerno de África significa solo una de las tres patas de la guerra entre Israel y Hamas en la Franja de Gaza sí podemos ver que tiene más sentido la “retirada” de nuestra fragata de la misión Guardián de la Prosperidad.

Y tiene más sentido porque la escalada regional puede estallar en cualquier momento; Israel, por su lado, que además de sus actuaciones militares propias en Gaza para borrar del mapa a Hamás, está realizando asesinatos selectivos de iraníes en el extranjero que de una manera u otra estarían apoyando a Hamas o Hezbolá, y siempre hace equilibrios en la delgada línea roja de las relaciones diplomáticas con sus vecinos, y por otro lado Estados Unidos, que ya sea con la misión naval que se acaba de constituir para proteger a los buques mercantes en su paso por Ormuz y Bob el-Manded en el Mar Rojo, o la protección de sus tropas en Siria e Irak, siempre ha sido de “gatillo fácil” con el riesgo de, como en cualquier conflicto armado, un error de cálculo de cualquiera de los actores involucrados podría traer al escenario a Irán, que aunque pleno protagonista de esta situación bélica por su apoyo militar y económico a los actores de esta crisis, sí que intenta mantenerse al margen de manera “oficial”, y que cuya entrada directa en la guerra podría escalar la inestabilidad en toda la región de manera difícil de calcular.

España, Francia e Italia esperan a una misión auspiciada por la Unión Europea o la OTAN (complicado este punto por el apoyo tácito de Turquía a Hamás), y la retirada de nuestra Armada de una misión dirigida por Estados Unidos podría evitar vernos envueltos en alguna situación bélica complicada y que podría llevarnos a entrar de lleno en la actual guerra, aunque los detractores de esta retirada abocan por apoyar a nuestro aliado, Estados Unidos, a pesar del riesgo que pudiera conllevar.

Sin embargo, sí que deberíamos ser partícipes directos de la protección del comercio marítimo y la libertad de navegación mundial en aquellas aguas, ya sea a título nacional o participando en alguna misión supranacional. Podría ser la oportunidad para que la Unión Europea diera un paso al frente y tomara el control de esta situación.