¿Instrumentaliza Polonia sus Fuerzas Armadas cara a las elecciones de otoño?

A tan solo dos meses de unos trascendentales comicios, la presencia militar en la esfera pública ha aumentado considerablemente. En Lituania se debate el cierre total de fronteras con Bielorrusia.

Marcos Suárez.

Analista hispanoalemán de relaciones internacionales. Experto en geopolítica. @mssipmann

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El ejército se ha convertido en una cuestión trascendental en la opinión pública polaca.
El ejército se ha convertido en una cuestión trascendental en la opinión pública polaca.

Con la llegada a Bielorrusia de los mercenarios de Wagner de Yevgueni Prigozhin la situación de seguridad en la zona se complica. Altos mandos del grupo han estado entrenando a militares bielorrusos. La semana pasada, se inició una serie de ejercicios y maniobras conjuntas en el polígono Gozhski de la región de Grodno, cercano a Lituania y Polonia, en un contexto de tensión creciente.

Se detecta un aumento en los cruces irregulares de fronteras. El término “guerra híbrida” empleado por los analistas de seguridad hace referencia a la estrategia de Minsk de atraer migrantes y presionarles después para cruzar a los adyacentes Letonia, Lituania y Polonia, y producir así una sobrecarga de la guardia de fronteras y de los servicios sociales de estos miembros de la UE y la OTAN que acogen a disidentes bielorrusos y apoyan a Ucrania en la guerra con Rusia.

El grupo Wagner es sinónimo de violencia extrema y falta de institucionalidad. La organización paramilitar creció bajo el mando de Vladímir Putin, quien lo utilizó para hacer incursiones ilegales y evadir la responsabilidad internacional. Cuando desafiaron la autoridad del presidente medió Aleksandr Lukashenko. El propio autócrata bielorruso ha advertido que “los wagneritas” tienen intenciones de incursionar en Europa e “ir de excursión a Varsovia”.

La inteligencia británica ha apuntado una posibilidad realista de que el Kremlin deje de financiar las actividades de Wagner. El segundo pagador sería Minsk, mucho más modesto. Esto llevaría a una reducción del tamaño del grupo. Sin embargo, ese informe es incierto y poco creíble al no ofrecer datos.

Polonia movilizará a más de 2.000 tropas adicionales. Asimismo, los equipos añadidos incluyen helicópteros de combate. Ya hay desplegados más de 5.000 efectivos de la Guardia Fronteriza, además de 2.000 soldados, 500 policías de unidades antidisturbios y un número variable de miembros de la Fuerza de Defensa Territorial, un grupo paramilitar de voluntarios. Conviene recordar que Polonia no solo limita con Ucrania y Bielorrusia, también o hace con el enclave ruso de Kaliningrado. En los últimos años el Ejecutivo de Mateusz Morawiecki ha invertido miles de millones en nuevos equipos convirtiendo su país en una de las principales potencias militares del continente.

El secretario de Estado, Stanislaw Zaryn, explica que deben estar preparados para la posibilidad de que los mercenarios sean utilizados contra la seguridad nacional. Según Zaryn pueden escapar rápidamente al control de Lukashenko, y convertirse en un serio problema para Varsovia: “Son criminales de guerra que causan problemas allá donde estén”.

La prensa polaca informa de la existencia de publicidad de Wagner. Se ha detenido y acusado de espionaje a dos ciudadanos rusos “distribuyendo material propagandístico del grupo Wagner”, según informó el ministerio del Interior.

A tan solo dos meses de unos trascendentales comicios cabe preguntarse si la fuerza militar está siendo instrumentalizada. El hecho es que la presencia militar en la esfera pública ha aumentado considerablemente. Los políticos visten camisas verdes, visitan fronteras y bases militares. Hace escasos días con motivo de la celebración del Día del Ejército Polaco se llevó a cabo el mayor desfile (y caro, según los especialistas) en décadas.

El ejército se ha convertido en una cuestión trascendental. ¿Esto se debe a una amenaza real o a la campaña? Las opiniones están divididas. Unos consideran justificada la presencia del ejército en la población y las reacciones de las autoridades, adecuadas. Entre ellos, Beata Gorka-Winter, experta en seguridad de la Universidad de Varsovia: “en la escala de confianza social, el ejército ocupa el segundo lugar”. Los ciudadanos observan con gran preocupación la guerra en Ucrania. Con la aparición de combatientes de Wagner en Bielorrusia y la presión en las fronteras tememos todo tipo de incidentes.

Otros como Jaroslaw Kociszewski, perito en seguridad del Kolegium Nowa Europa Wschodnia, Stratpoints, denuncia que “la amenaza real se utiliza para ayudar a las autoridades a mantener el poder. Se finge que solo este Gobierno puede garantizar la seguridad mediante el aumento del ejército”.

Quienes no participaron en el desfile señalan su politización. Uno de ellos –Maciej Przygoda– lamenta que los discursos oficiales del acto fueron electoralistas y “esta no es la Polonia que yo quiero”.

En cuanto a Lituania, cierra temporalmente dos de sus seis pasos fronterizos con Bielorrusia. Centraliza así la mayoría de las actividades y controles en el puesto de Medininkai, mejor equipado técnicamente. Según el canal lituano LRT se trata de una medida preventiva. Su objeto: controlar amenazas a la seguridad nacional y posibles provocaciones. No obstante, podría ser el primer paso hacia el cierre completo. El Servicio Estatal de Guardia de Fronteras lituano estima que el número de mercenarios Wagner puede situarse en los 4.500, y la agencia oficial bielorrusa Belta califica la medida de hostil.

También Letonia moviliza efectivos adicionales de la guardia fronteriza y el envío de unidades de las FFAA. Riga ha interceptado en los últimos días a un mayor número de personas que pretendían entrar de forma irregular desde Bielorrusia. En lo que va de año se ha impedido la entrada a 5.799 migrantes, mientras que 292 han sido admitidos en el país por razones humanitarias. El número supera ya a los 5.286 interceptados en todo 2022.

El director de la Fundación para la Seguridad del Báltico, Otto Tabuns, recuerda la vulnerabilidad del corredor de Suwalki en cuyas inmediaciones se ha puesto de manifiesto la presencia de mercenarios. Subraya que para una mejor protección de este verdadero ‘Talón de Aquiles’ de la OTAN “un aspecto clave debería ser la defensa aérea”. Esto proporcionará cobertura a las fuerzas terrestres polacas y lituanas impidiendo al mismo tiempo a Rusia lograr una superioridad aérea por sorpresa. No basta con ampliar las líneas de defensa estáticas, como demuestra la guerra de Ucrania.

Por otra parte, el experto cree que las armas y capacidades nucleares de Putin en Bielorrusia (y Kaliningrado) no son una mayor amenaza de lo que ya eran en su anterior emplazamiento o cargadas en submarinos. En ambos casos se trata más de una acción psicológica que táctica. Moscú tiene que buscar otras formas asimétricas para desafiar la unidad aliada y la confianza de las naciones transatlánticas.

El posible “cierre total de fronteras” con Bielorrusia se debatirá el próximo día 28 en Varsovia entre Polonia y los Estados bálticos. De optarse por esta disposición, será coordinada para adoptarla de modo conjunto a modo de “solución regional”. Lo que califican de un ‘último recurso’ aparece como una medida cada vez más plausible.