En el día de ayer Azerbaiyán anunció, utilizando el mismo lenguaje que Rusia en Ucrania, el lanzamiento de una operación "antiterrorista" en Nagorno Karabaj con el fin de "restablecer el orden constitucional".
En declaraciones públicas, el Ministerio de Defensa de Azerbaiyán sostuvo que "la continua presencia de formaciones de las Fuerzas Armadas de Armenia en la región azerbaiyana de Karabaj es una fuente de grave amenaza para la paz y la estabilidad regionales" y contradice las cláusulas de la Declaración Trilateral firmada por los líderes de Armenia, Azerbaiyán y Rusia el 10 de noviembre de 2020. La Defensa armenia, por su parte, negó la presencia de sus fuerzas armadas en la zona.
Según el comunicado, el mando del contingente de paz ruso emplazado en la región y la dirección del centro conjunto de observación ruso-turco fueron informados de las actividades en curso.
Moscú, ahora con demasiados frentes abiertos, reclama a Azerbaiyán y Armenia "volver al camino del acuerdo político y diplomático", y ha mostrado su "profunda alarma" por la operación lanzada por el Ejército azerí en la autoproclamada república de Nagorno Karabaj reclamando a Azerbaiyán y Armenia que "cesen inmediatamente las hostilidades" y vuelvan a la vía del diálogo. En torno al enclave de Nagorno Karabaj hay desplegado un contingente de paz ruso de 2.000 militares y policías tras un acuerdo entre Ereván y Bakú. Sin embargo, los enfrentamientos entre ambos bandos no han parado de sucederse.
Ambos estados son ex repúblicas de la URSS, y Rusia está en una posición delicada entre el indisimulado apoyo de Turquía a Azerbaiyán, país al que los turcos se sienten unidos por lazos lingüísticos, religiosos y culturales (oficialmente el apoyo turco a Azerbaiyán se circunscribe a ejercicios militares conjuntos y al envío de instructores, pero hay pruebas de que Ankara ha enviado varios cientos de mercenarios sirios así como sus poderosos drones armados), y un acercamiento progresivo de Armenia (la primera nación en adoptar el cristianismo como religión oficial en los primeros años del siglo IV) a Estados Unidos y Europa, al sentirse aislada.
Como decíamos, el Ministerio de Defensa de Armenia negó las declaraciones de Azerbaiyán sobre la presencia de las Fuerzas Armadas armenias en Nagorno Karabaj, según revela su comunicado: "Los informes oficiales y de los medios azerbaiyanos continúan divulgando la falsa afirmación de que en Nagorno Karabaj supuestamente hay unidades de las Fuerzas Armadas de Armenia, equipo militar y efectivos. El Ministerio de Defensa armenio declara constantemente, incluido ahora, que en Nagorno Karabaj no hay tropas armenias".
Según el comunicado de Azerbayan, las actividades antiterroristas locales se iniciaron para:
- Garantizar las disposiciones de la Declaración Trilateral.
- Reprimir las provocaciones a gran escala en la región económica de Karabaj.
- Desarmar y asegurar la retirada de las formaciones de las Fuerzas Armadas de Armenia de nuestros territorios.
- Neutralizar su infraestructura militar.
- Garantizar la seguridad de los civiles que regresan a los territorios liberados de la ocupación, de los civiles involucrados en los trabajos de construcción y restauración y de nuestro personal militar y, en última instancia.
- Restaurar el orden constitucional de la República de Azerbaiyán.
- La operación incluye, en particular, el uso de armas de alta precisión para inhabilitar las posiciones y puestos de tiro de las formaciones armenias en la línea del frente y en profundidad, así como sus medios de combate e instalaciones militares.
"Reiteramos que la población civil y las instalaciones de infraestructura civil no son objetivos. Solo se están inhabilitando objetivos militares legítimos", aseguraron desde el Ministerio de Defensa de Azerbaiyán.
De acuerdo con el Ministerio de Exteriores de Azerbaiyán, la completa retirada de las tropas armenias de Nagorno Karabaj y la disolución de las autoridades de Stepanakert (Khankendi) son las únicas condiciones para alcanzar la paz en la región.
Las raíces de este conflicto
Nagorno-Karabaj es internacionalmente reconocida como parte de Azerbaiyán. Sin embargo, culturalmente ha estado históricamente más ligada a Armenia.
La población de Azerbaiyán (10 millones de personas) tiene una lengua y cultura propias, mayoritariamente musulmana. Sin embargo, la gran mayoría de la población de Nagorno-Karabaj (150.000 personas), que se encuentra dentro de Azerbaiyán, es de etnia armenia y la religión de la mayoría de habitantes es el cristianismo ortodoxo.
En la época de los zares, toda esta región del Cáucaso pertenecía al Imperio ruso. Tras la Revolución Rusa surgieron la República Democrática de Armenia y la República Democrática de Azerbaiyan. En 1920, ambas repúblicas pasaron a formar parte de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
Josef Stalin decidió ceder Nagorno-Karabaj a Azerbaiyán, pero como región autónoma. En ese momento, Nagorno Karabaj estaba compuesta con más del 90% de población armenia. En 1988 la asamblea regional de Nagorno-Karabaj votó formar parte de Armenia, pero el gobierno de la URSS no lo permitió.
Y en 1991, en plena guerra del Golfo y con Ucrania independizándose de Rusia, los habitantes de Nagorno-Karabaj, apoyados por Armenia, empezaron a hacer campaña para independizarse de Azerbaiyán. El parlamento de Azerbaiyán decidió quitar la autonomía al territorio y, tras esta decisión, los gobernantes de Nagorno-Karabaj organizaron un referéndum para separarse del país. El 6 de enero de 1992 declararon la independencia, lo que condujo a la guerra entre Azerbaiyán, que no quería ceder la zona, y Nagorno-Karabaj, apoyada por Armenia.
Durante el conflicto, además de mantener el control sobre Nagorno-Karabaj, los armenios también consiguieron ocupar una zona de Azerbaiyán que conecta con Nagorno-Karabaj, la zona ha seguido en tensión desde entonces. El último enfrentamiento, en 2016, dejó centenares de muertos.
Jurídicamente, Nagorno-Karabaj forma parte de Azerbaiyán, pero en la práctica ha conseguido mantener su propio gobierno, aliado de Armenia. Funciona como una democracia parlamentaria. En 2017 cambió su nombre a República de Artsaj, pero ningún país de la ONU lo reconoce.